El profesor Joan Benach sostiene que son necesarios estudios que valoren factores como los sociales, económicos, políticos y medioambientales
Las imágenes eran nítidas. Los mapas de España que reflejan los índices de mortalidad en los diversos municipios mostraban que el índice de muertes por cáncer y otras enfermedades, como la cardiopatía isquémica, en la Bahía de Algeciras, Huelva, Sevilla y sur de Extremadura es mucho más elevado que en el resto de España.
Los mapas ilustraban la conferencia ofrecida el viernes en Algeciras por el profesor Joan Benach en las jornadas ‘Crisis de salud pública en el Campo de Gibraltar’, organizadas por grupos ecologistas y colectivos sociales de la zona; y que contaron además con la participación de los profesores Carles Muntaner y Concepción Cruz. La pregunta resulta evidente: ¿por qué? En opinión de Benach, la salud pública es un problema complejo en el que influyen diversos factores, como los medioambientales, los políticos, los sociales y los económicos. Analizó estos aspectos e hizo un llamamiento a las administraciones para que lleven a cabo actuaciones de salud pública «muy profundas».
«Es un hecho constatado que hay muchos municipios que tienen un alto nivel de mortalidad y por causas de muerte», señaló en declaraciones antes de su intervención. «Resulta sorprendente ver noticias como la publicada hoy en algún medio que sostienen que el Campo de Gibraltar no tiene un mayor riesgo de mortalidad con respecto a otras zonas del territorio español». «En este sentido», continuó, «me parece que hay que hacer una autocrítica muy profunda por parte de la administración y de los distintos intereses económicos y políticos en una zona como ésta».
Admitió que los «estilos de vida», un término que rechaza y que incluye aspectos como el tabaquismo, pueden desempeñar un papel importante. Sin embargo, matiza que aunque «los mal llamados estilos de vida parecen una opción personal, son conductas que están influidas por factores sociales».
Causas de la mortalidad
Según Benach, averiguar las verdaderas causas de la elevada mortalidad en la zona podría requerir muchos años debido a la complejidad del problema. Recuerda, por ejemplo, que detección y relación del tabaquismo con el cáncer de pulmón y otras enfermedades requirió 15 años, por lo que recomienda aplicar el principio de precaución. Explicó que ante los indicios de la existencia de un riesgo, son precisas actuaciones de salud pública que incluyan medidas relacionadas con la vigilancia de la salud, detección precoz, prevención y la atención sanitaria. «Son muchas cosas que me temo que no son las que se están realizando», advirtió.
Destacó la importancia de que se someta a debate el modelo de desarrollo económico e industrial de las zonas con un mayor índice de mortalidad. Recordó que hay «una profundísima crisis económica en todo el planeta». Pronosticó que el modelo de consumo y de las fuentes energéticas va a cambiar en los próximos años ante la actual crisis petrolera. Todo ello requiere, en opinión del profesor, la búsqueda de un modelo sostenible «más allá de la retórica, con independencia de que todas las administraciones quieren vestirse de verde». «Esto también tiene que ver con la democracia porque los políticos están legitimados con los votos de los ciudadanos, pero la democracia no es sólo votar, es participar de una forma directa y eso es algo muy limitado, no sólo aquí, sino en otros muchos lugares».
Las desigualdades sociales son otro elemento que hay que tener en cuenta. El conferenciante recurrió a ejemplos como el caso llamativo de la barriada de Calton en Glasgow (Escocia) donde la esperanza de vida media es de 54 años, 28 años menos que en otra barriada próxima donde el nivel socioeconómico de los habitantes es mucho más elevado. «Normalmente la desigualdad es invisible y hay que hacerla visible», aconsejó.
Informes independientes
Benach acusó a las administraciones públicas de «negar o minimizar el problema» en un alto número de casos. «Buscar estudios para justificar sus visiones es una actitud muy habitual». En este sentido, cuestionó la independencia de algunos de los informes pagados por la Junta de Andalucía». «Eso supone que no son necesariamente independientes, porque, aunque los estudios científicos no son blanco o negro, cuando los paga la Junta se tiende a enfatizar ciertas cosas y no tanto otras».
Benach también hizo referencia al informe realizado recientemente por la Universidad danesa de Aarhus por encargo de Gibraltar, en el que se establecía que los índices de cáncer «entraban en el ámbito de la normalidad», aunque llamaba la atención sobre las emisiones procedentes de las industrias. «En este caso hay que preguntarse qué es lo normal porque la normalidad no es un criterio demasiado científico».
Ante esta situación, Benach propone un paquete de medidas que incluyen «no minimizar el problema», crear un comité científico internacional independiente que realice estudios «interdisciplinares», divulgar la información y llevar a cabo programas específicos de vigilancia, detección y tratamiento de enfermedades como el asma, el cáncer o las cardiopatías.