Esta nueva sección de Rebelión surge por el deseo político de articular un espacio crítico que escenifique, discuta, difunda, problematice y promueva los feminismos contemporáneos y las teorías de género y sexualidad, desde un enfoque multidimensional en el que se entrelacen variables etarias, de clase, raza y etnicidad, además de cuestiones de carácter geopolítico. Recurriendo […]
Esta nueva sección de Rebelión surge por el deseo político de articular un espacio crítico que escenifique, discuta, difunda, problematice y promueva los feminismos contemporáneos y las teorías de género y sexualidad, desde un enfoque multidimensional en el que se entrelacen variables etarias, de clase, raza y etnicidad, además de cuestiones de carácter geopolítico.
Recurriendo a un argumento que utilizara la intelectual y activista feminista chilena, Julieta Kirkwood, alrededor del año 1985 en plena Dictadura: «[…] dentro del abanico de relaciones de dominación, la que ha tenido mayor elaboración teórica es la que se ocupa de las relaciones entre clases sociales antagónicas. Sin embargo, la teorización exclusiva sobre dicho conflicto no resuelve ni expresa la totalidad de las formas de dominación, ni todas las contradicciones en ella se originan. Por el contrario, en la medida en que dicho conflicto es instituido como el eje de la teorización y la práctica política contestataria, debería también asumir con la misma urgencia los problemas que implican las otras contradicciones. De no hacerlo así, no resultará idóneo para conducir el proceso global de liberación social, y lo político se resolverá, probablemente, en nuevas formas de dominación y en nuevas rigideces» (Ser política en Chile, p.54); consideramos que los problemas relativos al cuerpo, el cuidado de otros, la intimidad, las formas de ejercer la feminidad y masculinidad a través de la historia, no pueden ser subsumidas en las dinámicas de clase o vistas solo desde una perspectiva marxista tradicional. Por el contrario, creemos que, interactuando con la crítica general al capitalismo, deben ser abordadas desde una especificidad que busque desregular las lógicas hegemónicas en cuanto a género y sexualidad en las sociedades actuales, como también localizarlas para dar cuenta de los pactos coloniales y neocoloniales que acogen o que las sostienen.
Los canales de información hegemónicos oscurecen, banalizan e invisibilizan estas formas de opresión, por eso es fundamental para un medio de contrainformación anticapitalista y antiimperial como lo es Rebelión contar con un espacio antipatriarcal que disienta de la doxa machista y homofóbica.
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