El poeta, dramaturgo y ensayista español Alfonso Sastre ha publicado una extensa obra dramática y teórica que le ha ganado un lugar esencial en la dramaturgia del siglo XX. Su teatro de vanguardia fue un elemento clave en el desarrollo y transformación del teatro español y su pensamiento crítico y de compromiso político y social […]
El poeta, dramaturgo y ensayista español Alfonso Sastre ha publicado una extensa obra dramática y teórica que le ha ganado un lugar esencial en la dramaturgia del siglo XX. Su teatro de vanguardia fue un elemento clave en el desarrollo y transformación del teatro español y su pensamiento crítico y de compromiso político y social lo ha hecho portavoz de los movimientos de izquierda.
Recibió el Premio Nacional de Teatro en 1985 por La taberna fantástica; en 1991, el Premio Nacional de Literatura, en su modalidad teatral, por Jenofa Juncal, la roja gitana de Jaizkibel, y en 2003, se le concedió por unanimidad el Premio de Honor Max de las Artes Escénicas en reconocimiento a «sus aportaciones singulares, entrega y defensa de las Artes Escénicas».
El Coloquio Internacional Memoria y futuro: Cuba y Fidel motivó profundas reflexiones sobre la trascendencia del la obra y la acción de Fidel ¿qué saldo nos deja este encuentro?
Ha habido reflexiones muy interesantes de todo tipo, existía la amenaza de que se convirtiera en una especie de colección de panegíricos, en un momento así es lógico que fuera eso, y ha sucedido eso. Ha habido una serie de testimonios de admiración, elogios de la figura de Fidel Castro, afortunadamente. Además, se ha reflexionado sobre temas muchas veces relacionados con proyectos en los que Fidel subrayó su interés, por eso se ha citado muchas veces: Fidel pensó esto, en tal y tal situación deseó que hubiera tal cosa… Por ejemplo, nada más al poquísimo tiempo del triunfo de la Revolución se crea el ICAIC (Instituto Cubano de Arte e Industrias Cinematográficos) que no fue un organismo burocrático, sino todo lo contrario: la fuente de un cine cubano de importancia mundial, y eso fue una de las primeras realizaciones de la Revolución, es decir, hubo una Ley de Reforma Agraria -muy importante- pero además la fundación del ICAIC. También una cosa importantísima para nosotros los escritores, la fundación de la Casa de las Américas, y esas dos fundaciones están directamente inspiradas por el Comandante.
Alfredo Guevara fue compañero de Fidel Castro en sus tiempos estudiantiles, Haydée Santamaría del asalto al Cuartel Moncada. De esas cosas se ha tratado y hemos reflexionado, discutido, han sido dos días intensos, fuertes, hemos estado muchas horas charlando, conversando.
¿En alguna obra dramatúrgica de Sastre se ha reflejado la figura y el pensamiento de Fidel?
La figura literalmente, no. No aparece ningún personaje que sea Fidel en ninguna de mis obras. La Revolución Cubana, su espíritu, en muchas. Lo decía en estos días, que dos de los motores, digamos espirituales, de mi trabajo literario y artístico, han sido la lucha de Vietnam por su liberación y la Revolución Cubana. Sin esos dos proyectores de luz, mi obra hubiera sido diferente; es inconcebible sin ese apoyo que yo sentía por parte del heroico pueblo vietnamita por un lado y el heroico pueblo cubano por otro, ambos venciendo al imperialismo.
Por primera vez en la historia del imperialismo este sufre dos fuertes derrotas, una la que sufrieron en Vietnam, la otra la que sufrieron a medida que la Revolución Cubana se consolidó y persistió a pesar de todo y está en nuestros días ahí ejerciendo además un magisterio sobre América Latina. Es decir, lo que está pasando en países como Venezuela sería impensable si no hubiera habido Revolución Cubana. La amistad entre el presidente Chávez y Fidel Castro no es una anécdota cualquiera, es una amistad de profundas raíces históricas más allá de la simpatía personal que se tengan.
Alguna prensa malintencionada ha hecho comentarios sobre el hecho de que Fidel no esté fisicamente en el coloquio ¿qué comentarios haría al respecto?
Es cierto que no hemos gozado de la presencia física del Comandante, eso es evidente; pero su ausencia está absolutamente ocupada por el hecho de que hemos venido aquí a felicitarle por su cumpleaños, porque sabemos que está relativamente bien, que su proceso de recuperación sigue adelante y estamos contentos por el hecho de que Fidel Castro obedezca en este caso a sus médicos, quienes seguramente le aconsejan no hacer esfuerzos muy extremados, de modo que su presencia entre nosotros está garantizada, no es un ausente, está presente en todos nosotros.