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Fidel: ¡Viva eternamente el ejemplo del 13 de Marzo!

Fuentes: Rebelión

Hasta hoy los homenajes conservan la impronta contenida en la consigna de Fidel aquel 13 de Marzo de 1991: “¡Viva eternamente el ejemplo del 13 de Marzo!”

Los actos heroicos ocurridos el 13 de marzo de 1957 se recuerdan este 65 aniversario como una efeméride de las grandes gestas del espíritu revolucionario de la juventud cubana.

Fueron muchas las ocasiones en que Fidel hizo un alto en el camino de la obra revolucionaria para rendir el homenaje a los mártires caídos en el Asalto al Palacio Presidencia y la toma de Radio Reloj y las luchas posteriores, con resalte especial para José Antonio Echeverría, Presidente de la Federación Estudiantil Universitaria. Así fueron los actos conmemorativos del 13 de Marzo en los años 59, 60, 61, 62, 63, 64, 65, 67, 69, 79 y 91 en los que abordaba, además, las grandes problemáticas de la realidad nacional de aquellos momentos.

El Asalto al Palacio Presidencial se ejecutó cuando apenas tres meses y días antes, el 30 de noviembre de 1956 Frank País lideró el Levantamiento armado en Santiago de Cuba; el 2 de diciembre de 1956, Fidel había desembarcado en el Granma para iniciar la lucha en la Sierra Maestra; Fidel había sobrevivido con solo dos docenas de los expedicionarios; había librado el primer combate victorioso contra el cuartel de la Plata el 17 de enero de 1957; se había reunido en la Sierra con la dirección nacional del 26 de julio y redactado ese mismo día 17 de febrero su Mensaje al pueblo de Cuba, el cual sería reproducido como firmado el 20 de febrero de 1957; había concedido la entrevista al periodistas Hebert Matthews aquel día 17 de febrero, quien dio a conocer al mundo que Fidel estaba vivo y peleando, en la edición del 24 de febrero de 1957 del periódico New York Times. 

Tal fue la vorágine de acontecimientos de la lucha armada en la Sierra Maestra previos al Asalto al Palacio Presidencial ocurrido en La Habana el 13 de Marzo de 1957.  

Fue en el acto con motivo del XXXIV aniversario del 13 de Marzo, en 1991, que Fidel narró aspectos esenciales relacionados con aquellos sucesos. Así los expuso en su discurso.

“Este es un día, no solo para ustedes los estudiantes, sino para la generación que participó directamente en los combates de aquellos años, que es imposible olvidar. Estábamos entonces en pleno corazón de las montañas —y no éramos siquiera un grupo numeroso— cuando, a esta hora aproximadamente, en las faldas de una de las más altas montañas de la zona de la Sierra Maestra donde nosotros nos movíamos, pusimos el radio y solo escuchábamos la señal de Radio Reloj, no se escuchaba una sola palabra. Comprendimos que algo grave, algo de gran trascendencia estaba ocurriendo en ese momento, puesto que no se explicaba aquella radio silenciosa; efectivamente, era que acababan de ocurrir dramáticos hechos, acababa de hablar José Antonio y de la estación solo quedaba en el aire su señal. Esperamos impacientes hasta que empezaron a llegar las primeras noticias de lo que había ocurrido por la propia radio. También supimos rápidamente —no recuerdo exactamente después de qué tiempo, creo que fue la misma tarde— de la muerte de José Antonio.

A José Antonio lo conocimos muy bien, hacía poco tiempo habíamos terminado los estudios en la universidad cuando llegó José Antonio. (Nota: Había ingresado en el curso 1950-51) Desde el primer momento se caracterizó por su carácter alegre, amistoso, de ese tipo de persona que solo con su forma de ser y su comportamiento ya conquista la simpatía de los demás. Era muy activo. Lo recuerdo en los primeros meses después del golpe de Estado de 1952, en las manifestaciones y en las luchas de los estudiantes —todavía no era dirigente estudiantil, él era un jovencito de la escuela de arquitectura, si mal no recuerdo; le decían Manzanita porque era de tez rosada, una característica de su físico, procedía de Cárdenas—, y ya todo el mundo lo conocía, era popular desde los primeros momentos por su actividad constante, su energía, su participación en las primeras filas de las manifestaciones y su valentía. Esas eran características de José Antonio. El se fue destacando y va ascendiendo, y en aquella lucha durísima, que se hizo mucho más dura después del 26 de julio de 1953, José Antonio va ascendiendo hasta que llega al cargo de presidente de la Federación Estudiantil Universitaria.

El imprimió a la Federación Estudiantil toda su energía y su espíritu, y creció mucho el espíritu de combate de los estudiantes, libraron tremendas batallas contra la policía. Recuerdo que nosotros estábamos presos y ellos en la calle en diversas manifestaciones de protesta y de lucha. Después, cuando nosotros ya habíamos salido de Cuba para preparar lo que después fue la expedición del «Granma» —entonces no había barco ni sabíamos cómo se llamaría—, los estudiantes también libraron grandes batallas, fuertes, fortísimas, contra la policía, eran batallas campales, y ahí estaba, en primera línea siempre, José Antonio.

Cuando estábamos próximos a regresar a Cuba —ya se había creado el Directorio Revolucionario— (Nota: Fue creado a finales de 1954), una representación del Directorio nos visita en México, discutimos largamente los problemas de Cuba e hicimos un acuerdo de actuar unidos el Movimiento 26 de Julio y el Directorio Revolucionario. Para nosotros eso era de suma importancia, porque a la fuerza de nuestro movimiento se sumaba la fuerza del Directorio Revolucionario y se sumaban figuras de prestigio nacional, entre ellas, fundamentalmente, José Antonio. Hicimos lo que se llamó el Pacto de México, para actuar juntos en la batalla por el derrocamiento de Batista. (Nota: La Carta de México fue firmada por Fidel y José Antonio el 29 de agosto de 1956) (…) No estaba coordinada la forma en que los estudiantes y en general el Directorio nos apoyarían. Eso iba a depender de los recursos que ellos tuvieran, de las armas que ellos tuvieran y de la forma en que decidieran apoyarnos.

Antes del triunfo, unos meses después de nuestro desembarco, los compañeros del Directorio, que habían hecho un acuerdo y todavía no habían podido participar en la lucha armada, se sintieron en el deber de cumplir aquel acuerdo que hicieron con nosotros en México, y cuando nosotros éramos un puñado de hombres en las montañas, ellos asaltaron el Palacio para cumplir su compromiso; asaltaron el Palacio para hacer su aporte, asaltaron el Palacio para apoyarnos a nosotros, que luchábamos en muy difíciles condiciones.

Hay que tener convicción —como dije antes— para venir con un grupo de hombres, en unos pocos automóviles, y penetrar en este edificio para liquidar al tirano. Era muy difícil que en tan desventajosas condiciones pudieran alcanzar sus objetivos, pero no vacilaron en el intento.

Por eso hoy, en este 13 de Marzo, ustedes se reúnen, con tanto respeto y devoción, a recordar este hecho heroico en que se derramó la sangre de patriotas, se derramó la sangre de estudiantes. Un día como hoy era necesario reflexionar sobre estos ejemplos que he mencionado de nuestra historia, cómo no nos pudo detener nada en el esfuerzo de regresar al país. Cumplimos la palabra. ¿Qué habría pasado si hubiera sido imposible? Imaginemos que el barco se quemara, imaginemos que las armas se perdieran todas —y por poco se pierden todas, porque al final salimos de México en medio de una persecución tremenda y una búsqueda intensa de nuestros combatientes; estaban buscando el barco, las armas, todo. Sin embargo, no vacilamos en proclamar nuestro compromiso, y qué no habríamos hecho para cumplirlo. No nos detuvo la tempestad, no nos detuvo el riesgo de aquel barco hundiéndose, porque ni siquiera cuando aquel barco se iba hundiendo apartamos el rumbo de Cuba. Podíamos hundirnos en el camino. ¡Aceptado!, hundidos, está bien, pero no íbamos a retroceder.”

Esta rememoración de Fidel 34 años después del Asalto del 13 de Marzo y de la muerte en combate de José Antonio Echeverría fue consecuente con su presencia siempre en las luchas hasta el triunfo de la Revolución. 

 El 13 de febrero de 1958 se fundó el Frente del Escambray del Directorio Revolucionario l3 de Marzo dirigido por el Comandante Faure Chomón, que más tarde en octubre, coordinaría las acciones armadas con las tropas del 26 de julio comandadas por Ernesto Che Guevara. 

 Cuando fue fundado el  Cuarto Frente Simón Bolívar, en octubre de 1958, en territorios de Holguín, Victoria de las Tunas, Bayamo, Gibara y Puerto Padre, bajo el mando del comandante Delio Gómez Ochoa, la Columna 32 de dicha frente llevó el nombre de “José Antonio Echeverría”.

Tal como se expresaba en la Carta de México, el triunfo de la Revolución hizo realidad estos postulados: “Que enfrentada ya la Revolución en una lucha a muerte contra la tiranía, la victoria será de los que luchamos asistidos por la historia.

Que la Revolución llegará al poder libre de compromisos e intereses, para servir a Cuba en un programa de justicia social, de libertad y democracia, de respeto a las leyes justas y de reconocimiento a la dignidad plena de todos los cubanos, sin odios mezquinos para nadie, y los que la dirigimos, dispuestos a poner por delante el sacrificio de nuestras vidas, en prenda de nuestras limpias intenciones.

Que la FEU y el 26 de Julio hacen suya la consigna de unir a todas las fuerzas revolucionarias, morales y cívicas del país, a los estudiantes, los obreros, las organizaciones juveniles y a todos los hombres dignos de Cuba, para que secunden en esta lucha, que está firmada con la decisión de morir o triunfar.”

Al triunfo de la Revolución durante su marcha en la Caravana triunfal hacia La Habana, Fidel enrumbó el 8 de enero 1959 hacia Cárdenas, la ciudad natal de José Antonio, donde visitó la casa donde vivía su familia y llegó hasta el cementerio local donde inclinó su frente ante la tumba del mártir revolucionario. Era el primer homenaje de Fidel a su compañero de combate. 

Hasta hoy los homenajes conservan la impronta contenida en la consigna de Fidel aquel 13 de Marzo de 1991: “¡Viva eternamente el ejemplo del 13 de Marzo!”

Wilkie Delgado Correa. Doctor en Ciencias Médicas y Doctor Honoris Causa. Profesor Titular y Consultante. Profesor de Mérito de la Universidad de Ciencias Médicas de Santiago de Cuba.

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