Un total de 15 casos fueron juzgados en Cuba entre junio de 2018 y mayo de 2019, por delitos con rasgos típicos de trata de personas, revela un informe del Ministerio de Relaciones Exteriores publicado a fines de enero de este año. «Esta baja incidencia se debe fundamentalmente al impacto de las acciones preventivas y […]
Un total de 15 casos fueron juzgados en Cuba entre junio de 2018 y mayo de 2019, por delitos con rasgos típicos de trata de personas, revela un informe del Ministerio de Relaciones Exteriores publicado a fines de enero de este año.
«Esta baja incidencia se debe fundamentalmente al impacto de las acciones preventivas y de enfrentamiento desarrolladas, a la política de Tolerancia Cero frente a este fenómeno, así como a la ausencia de redes delictivas organizadas que estén radicadas en el territorio nacional», consigna el Informe de Cuba sobre la prevención y enfrentamiento a la trata de personas y la protección a las víctimas (2019).
De 213 causas radicadas en el periodo por delitos de proxenetismo y trata de personas, además de 377 por corrupción de menores, clasificaron como trata seis casos de proxenetismo y ocho de corrupción de menores. Además, ocurrió un caso de privación de libertad con rasgos de trata.
De los 15 casos juzgados por trata, 12 corresponden a fines de explotación sexual, dos a mendicidad forzada y uno a trata con fines de esclavitud. En total se identificaron 25 víctimas, de las cuales 10 son mujeres, ocho son niñas, uno es niño y seis son hombres.
El más reciente reporte de Cuba da cuenta de seis casos menos que los referidos por las autoridades en su anterior informe, en el cual se contabilizan 21 causas juzgadas entre mayo de 2017 y mayo de 2018, con rasgos típicos de coerción y explotación.
Ello impone retos en la prevención, el enfrentamiento y protección a las víctimas, quienes por lo general han evidenciado una baja percepción de riesgo sobre este fenómeno y sus formas de manifestación, particularmente la trata con carácter transnacional, agrega el documento.
De acuerdo con apreciaciones de las autoridades policiales, se incrementan los hechos cometidos por personas residentes en el exterior y cubanos que se les asocian.
Como principal modalidad identifican la trata de personas con fines de explotación sexual de carácter transnacional, con comportamientos similares a tendencias internacionales en las etapas de captación, traslado y explotación.
El reporte señala que se mantienen los destinos Turquía y China, y en menor medida Italia, Alemania, Vietnam, Portugal, Islas Caimán, Jamaica, Chipre y Mali, donde se obtuvieron indicios de explotación sexual.
Una de las vías más frecuentes para la captación es el empleo de contrataciones artísticas irregulares en Cuba y tramitadas a través de internet o utilizando intermediarios en el territorio nacional, así como el empleo de terceros desconocidos o sin antecedentes, como cara pública para hacer captaciones y contratos.
Estos últimos se realizan en idioma extranjero, sin respaldo legal, y se utilizan para obtener visado en las embajadas de los países de destino.
En tanto, las salidas hacia el exterior son financiados por empresarios e intermediarios cubanos desde el extranjero, con quienes las víctimas contraen deudas por pasaje, hospedaje y alimentación que luego los tratantes emplean como mecanismo de chantaje y presión.
Entre quienes montan estas operaciones se identifican organizadores y clubes nocturnos con antecedentes de prostitución y explotación laboral en los países de destino.
Algunas potenciales víctimas de trata desconocen el lugar, contenido del trabajo y condiciones de su destino, lo que denota falta de percepción de riesgo, indica el informe.
Otro rasgo de estas captaciones es que se mantiene un bajo nivel de exigencia artística por parte de contratantes o intermediarios para la selección de sus potenciales víctimas, con preferencia de condiciones físicas y grupos de edades.
La salida del país con fines de trata ocurre igualmente mediante viajes con presuntos fines turísticos hacia países de libre visado o la utilización de otros como punto de tránsito para continuar viaje hacia el destino real.
Entre otras informaciones, el documento refiere que se están desarrollando cuatro procesos penales relacionados con estas manifestaciones y se investigan operaciones de explotación sexual de al menos cuatro jóvenes en China y Serbia, respectivamente, cuyas víctimas reconocieron haber sido captadas, engañadas y explotadas por una cubana y un serbio, ambos detenidos y procesados en Cuba por el delito de proxenetismo y trata de personas.
Por otra parte, se obstaculizaron 38 operaciones de traslado de jóvenes hacia los principales destinos identificados, se frustraron nueve casting y otras acciones de captación que implicaron 134 presuntas víctimas, 24 organizadores cubanos y 16 extranjeros, dentro y fuera del país.
Casi la mitad de estos casos fueron de abusos lascivos, seguidos de otras tipificaciones como corrupción de menores, violación, ultraje sexual, pederastia, estupro e incesto.
Aunque no constituyeron hechos de trata de personas, al no haberse cometido con fines de explotación, esos casos implicaron situaciones de riesgo o delitos contra los menores de edad que, de no haber sido atendidas, pudieron haber derivado en actos de explotación, alerta el informe.
Refiere, además, que para la atención a las víctimas de ese tipo de delitos funcionan tres centros de Protección a Niños, Niñas y Adolescentes en La Habana, Santa Clara y Santiago de Cuba.
Además de la asistencia de equipos multidisciplinarios altamente calificados, esas instalaciones cuentan con tecnología y procederes que evitan la victimización secundaria y la presencia de las y los menores en las vistas de juicio oral.
Con amplia información sobe las estrategias que sigue Cuba en su política de tolerancia cero frente a la trata de personas, el informe menciona la implementación del Plan de Acción Nacional para la prevención y enfrentamiento de la trata de personas y la protección a las víctimas (2017-2020) como herramienta fundamental en la actuación coordinada entre el Estado y las organizaciones de la sociedad civil ante ese flagelo.
También refiere acciones de cooperación e intercambio con organizaciones internacionales, como la Organización Internacional de Policía Criminal (INTERPOL), el sistema de las Naciones Unidas y los organismos homólogos de países europeos y de la región.