Recomiendo:
2

Frente Amplio como nueva encrucijada de proyecto en la izquierda reformista española

Fuentes: Rebelión

Yolanda Díaz lanza la propuesta de un nuevo proyecto político (1) donde priorizará la voz de la sociedad civil, significando de manera clara la crítica a los egos y la subordinación partidaria a los órganos colectivos del nuevo proyecto reformista.

Cogerá fuerzas en actos entre otros como el de Valencia con Mónica Oltra de Compromis, Mónica García de Más Madrid y Ada Colau alcaldesa de Barcelona, todas ellas al parecer a título personal, lo cual agudiza más los problemas personales y políticos entre los distintos partidos. Pero así mueven las piezas del tablero político el reformismo de izquierda, glosando la figura más destacada públicamente, hasta que las políticas identitarias de nación y género las fagocite.

La jugada indica que el desgaste en la participación del Gobierno y el disenso desde la escapada de Pablo Iglesias aumenta sin instrumentos de mediación y control, bajo una situación política de ataques al Gobierno de coalición desde fuera y dentro del Gobierno y solo el bien hacer de Yolanda Díaz destaca por encima y por la izquierda. Yolanda Díaz no se lanza al ruedo sin apoyos, y no solo los del acto valenciano entre otros muchos, suma las dirigencias de CC.OO y UGT. Felipe Alcaraz, histórico dirigente del PCE e IU, lo reflexiona con la necesidad de cambios desde la radicalidad de la perspectiva feminista y republicana (2) y Pablo Iglesias incide entre otras cuestiones, también desde la cuestión republicana confederal (3), aunque lo difícil será casar la radicalización de un programa republicano con un progresismo más liberal que representan Más Madrid y Compromis, y ello sin perder el apoyo de los sindicatos mayoritarios de clase.

Las propias limitaciones y contradicciones internas del proyecto reformista impiden todo debate colectivo sobre los aciertos y errores del Gobierno de coalición, a pesar de la importancia para el futuro también para los colectivos sin alternativa institucional para la clase trabajadora para clarificarse con el fin de apostar en el apoyo al reformismo de izquierda como lo mejor posible para el pueblo en la actual circunstancia. Pero yerran quienes crean que el avance de la izquierda se sustentará sobre el eje feminista y el federalismo republicano nacionalista como oportunidad ante las corruptelas de la monarquía oscurecidas por el poder mediático, incluidos público, o por la cobertura mediática al feminismo de género, en guerra contra los hombres por la violencia machista y su apuesta por la legalización de la prostitución, los vientres de alquiler y el borrado de la mujer con la Ley Trans, granero de votos para el fascismo que lo ridiculiza con una presentación mediática a la sociedad de un feminismo opuesto a las necesidades de las clases populares, muy precarizadas laboral y socialmente por los neoliberales del PSOE y PP. Aquí es donde hay que dar la alternativa, que en su hacer lo representa socialmente Yolanda Díaz desde el Ministerio de Trabajo. El comportamiento políticamente impúdico y provocador de Díaz Ayuso, para diferenciarse del PP neoliberal y desde el populismo fascista ganar las elecciones, lo demuestra.

El debate sobre la valoración del programa de gobierno de la coalición progresista debe sustentarse sobre si fue ambicioso o corto en sus objetivos, partiendo de la base de la correlación de fuerzas y desde la oportunidad política del momento. Y aquí vemos que se ajustó a la correlación de fuerzas al estar en retroceso social y falló en no situarse por delante en el tema de la reforma laboral y las pensiones, aprovechando la movilización social. Se debería haber ido a por la anulación de las reformas laborales y de pensiones de Mariano Rajoy sin dilación y las partes más agresivas de las de Zapatero, dentro de una reforma amplia del estatuto del Trabajador, de la Ley de la Seguridad Social y pensiones. Se reaccionó bien con los ERTES como contraposición a la pérdida de empleo por la pandemia, insuficiente el Ingreso Mínimo Vital por la incapacidad como estado de poder desarrollarlo, al ser competencia autonómica en manos del PP, PSOE y nacionalistas, contrarios al aumento del gasto social. Flojas el resto de las iniciativas y dos graves errores, el no desmarcarse de la mala gestión gubernamental de la pandemia por el bloqueo y cierre de la sanidad pública de centros de salud y especialistas favoreciendo a la sanidad privada, y la Ley de igualdad social y no discriminación por razón de identidad de género, expresión de género y características sexuales, por el borrado de la mujer entre otras cuestiones, provocando la división del movimiento feminista y abrir la puerta a los lobbies de presión de la legalización de la prostitución y vientres de alquiler.

Otra reflexión sobre el acuerdo de gobierno está en la falta del respeto a la filosofía del acuerdo en aquello que por sus motivos no ha sido recogido o sintetizado para blindar el apoyo de todas las partes sin fisuras a lo pactado. Desde el Gobierno por parte del PSOE Carmen Calvo, Nadia Calviño, Margarita Robles o Luis Escrivá, entre otros, hicieron un uso continuo de la confrontación con la coalición con apoyo mediático, incluidos los medios públicos, con propuestas contrarias al acuerdo de gobierno que tuvieron que ser desmentidas o negadas en su momento, con silencio del grupo parlamentario de Unidas Podemos y solo roto por declaraciones de Pablo Iglesias o Yolanda Díaz, como estrategia para crear confusión social, pérdida de credibilidad del Gobierno progresista y su ruptura.

Bulos que contaron con el apoyo manifiesto del infantilismo de izquierda y anarcoliberales, a quienes el sectarismo dogmático les impide hacer el análisis concreto de la realidad política que vivimos, expandiéndolos por la red y medios alternativos. Meter en un mismo saco a la derecha del PSOE, oligarquía financiera empresarial, al socialismo progresista y a la militancia de Unidas Podemos es no tener un análisis mínimo de las clases sociales ni de quienes conforman el campo popular. Decir que Escrivá va a privatizar las pensiones por encima del acuerdo de gobierno es hacer el sucio trabajo de la derecha dentro del campo popular y llevar la confusión a la clase trabajadora sin entender que para tumbar la reforma laboral y de pensiones de Zapatero se necesita acumular fuerza con la unidad o confluencia del sindicalismo de clase con los movimientos sociales y solo así lograremos la movilización de cientos de miles de trabajadores contra la reforma laboral y defensa de lo público, incluidas las pensiones. Así sí se logran victorias, bien porque doblegamos al capital como con la reforma de las pensiones de Rajoy o bien porque fortalecemos en el Parlamento la representación popular. En cambio, debilitar a este Gobierno sin otra alternativa por la izquierda garantiza el triunfo de las reformas de la patronal financiera y empresarial.

Por último, en la valoración hay que preguntarse que a quién favorecieron los ministerios-floreros sin cuerpo y sin competencias al estar repartidas las competencias entre las comunidades autónomas, ayuntamientos y la Comunidad Europea, incluida la Vicepresidencia de Pablo Iglesias. De todo esto la gente fue muy consciente, porque estar despolitizada no es ser tonta. La única competencia consistente la asumió Yolanda Díaz como Ministra de Trabajo y es la única que tiene capacidad, hoy día, de dar la batalla del relato por la izquierda, pero aun así la ineficacia de la crítica pública a la derecha del Gobierno y de la oposición por parte del resto de ministerios indica dejación, pérdida de la iniciativa política o la acomodación política. Más allá del debate colectivo de seguir apoyando al Gobierno después de las declaraciones de Calviño contra la anulación de la reforma laboral de Rajoy acordada en el pacto de gobierno, la expulsión de Alberto Rodríguez de su escaño por la Presidenta de la Mesa, decir que la defensa del diputado debería ser colegiada y resuelta por los tribunales como derecho democrático, ajeno al pacto aunque no nos guste el resultado. Lo importante no es mantener como sea este Gobierno, está en mantener la coherencia política y los principios solidarios colectivos. Dejar tirado a Alberto Rodríguez ante la cacicada de la Mesa del Congreso y la justicia española debilita la alternativa de mañana y desarma ante nuevas provocaciones cuando ninguna pistola nos obliga a tal rendición y menos cuando necesitamos todo el apoyo político para el nuevo Frente Amplio.

Notas:

(1) https://www.publico.es/politica/diaz-avanza-diseno-proyecto-politico-priorizara-voz-sociedad-civil.html

(2) https://blogs.publico.es/dominiopublico/39517/frente-amplio-constituyente/

(3) https://www.naiz.eus/eu/blogs/pablo-iglesias/posts/128 

Alonso Gallardo de los círculos comunistas de Unidas Podemos

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.