El 19 de junio de este año 2019, apareció un artículo en la revesita»LIBREMERCADO»,de titulo larguísimo, «Las ideas de Greta Thunberg supondrían un impuestazo de 60.000 millones de euros al año en España« [1] , escrito por Álvaro Martín Seguir. Y que tiene como subtitulo la frase: «Greta Thunberg y su movimiento están equivocados en […]
El 19 de junio de este año 2019, apareció un artículo en la revesita»LIBREMERCADO»,de titulo larguísimo, «Las ideas de Greta Thunberg supondrían un impuestazo de 60.000 millones de euros al año en España« [1] , escrito por Álvaro Martín Seguir. Y que tiene como subtitulo la frase: «Greta Thunberg y su movimiento están equivocados en los medios que quieren poner en marcha para frenar el cambio climático».
En él, su autor ha desatado un velado ataque a Greta Thunberg y su movimiento mundial Fridays For Future, que lucha por que se evite, el aumento de CO2,la subida de la temperatura global por encima de lo soportable y un inminente Cambio Climático.
El primer ataque se centra en llamar a Greta «adolescente de moda» quien es (continua diciendo): «una autoproclamada `activista por el clima´ de 16 años». Y prosigue un poco más adelante: «¡voilà! Descubrirá su profunda ideología anticapitalista. Culpa de todo al capitalismo y propone fuertes políticas intervencionistas para tratar de «salvar el mundo». Por fin termina su ataque afirmando que: «Thunberg tiene una profunda ignorancia sobre los más elementales conceptos de economía básica, principalmente sobre los incentivos de mercado«. Con respecto a esto último el autor del escrito no es capaz de discernir entre sí Greta tiene una profunda ignorancia sobre «economía básica» (economía mecanicista y retrograda, única disciplina que no ha evolucionado desde el siglo XVIII) y los «incentivos de mercado» o sí será que eta joven de forma inteligente y responsable no quiere acordarse de esa mancha que son la «economía básica capitalista» y los «incentivos de mercado«. Al caer en ese olvido o desconsideración demuestra que (algo por desgracia hoy es poco frecuente) no es una «fundamentalista de incentivos del mercado» [2], ni del PIB, ni del crecimiento capitalista.
Y pasa a continuación a escandalizarse, como buen fundamentalista del mercado, porque: «El movimiento Fridays For Future» ha proclamado en muchas ocasiones que su objetivo principal es tener al menos una contribución de producción energética de cero emisiones del 75% del mix energético total, mientras que en muchos países europeos (sin llegar a comentar que esos países se encuentran entre los nefastos países neoliberales fundamentalistas del mercado) está contribución al mix energético es menor del 35%.Y piden un impuesto de 180€/tm. de CO2 emitido. «Los niños (y vuelve a la carga despreciativa con el termino «niños», en el sentido de inmaduros, ignorantes) salen los viernes a la calle y reclaman un impuesto al CO2 de -por ejemplo, en Alemania- 180€/tm al año… ¡desde ya mismo!». Se muestra superescandalizado por el despilfarro que supone esto y dice: «Hablamos de 58.500 millones de € (derivados del impuesto mencionado de180€/tm) los que, repentinamente, abandonarían las arcas privadas para engrosar las del Estado de España, supongo que para subsidiar organismos de control, observatorios diversos, parados y empresas de dudoso éxito comercial, pero con un `encomiable´ proyecto sostenible». Continua diciendo que se da el caso de que: «en 2018 nos gastamos en educación 51.275 millones de €. Por lo que los de 58.500 millones pedidos por Fridays For Future-España no son más que un tremendo despilfarro».
Sí, hay que admitir que la cifra es abultada y hay que admitir que los presupuestos para enseñanza necesariamente deben ser prioritarios. Pero no es abultada si consideramos que nos encontramos en una situación superespecial y de superalarma climática y emergencia de colapso apocalíptico. Colapso no solo del capitalismo y de «incentivos de mercado» (algo que conoce tan afondo y en lo que tanta fe religiosa tiene el autor del articulo), sino de la existencia de vida en el planeta Tierra.
Y todo esto colapsará, (incluidos los «incentivos de mercado») precisamente por esa fe ciega en los «incentivos de mercado» y por la obsesión en el crecimiento de la acumulación del PIB. Pero los «fundamentalistas del mercado» (tal y como los llama el premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz), con su obsesión acumuladora y cortoplacista, sólo son capaces de ver en corto espacio de tiempo y en su miopía a una limitadísima profundidad de espacio. En cuanto les sacas de su fundamentalismo y fe ciega en «incentivos de mercado», que ven como lo único que es preciso considerar y por encima de todas las cosas, se les nubla la vista y sólo ven un espacio absolutamente borroso en el que les resulta imposible discernir ni lo mas abultado.
Totalmente incapaces de ver algo tan extremamente abultado como es el inminente colapso apocalíptico, que les estamos dejando a los menospreciados por el autor: «niños». Que son los que van a sufrir los efectos más hondos del colapso. Los más profundos, porque los mas iniciales ya los estamos sufriendo hoy: la desaparición del total del hielo de Groenlandia en cuatro días [3] , en Dubai (Kubit) en junio se dio el record mundial de calor: 63ºC [4] , se está teniendo que desplazar Yakarta con 10 millones de habitantes, capital Indonesia, hacia el interior de la isla porque el nivel del agua sube a un ritmo de 25cm cada año [5] , ya el desierto Sahara crece a un ritmo de 9Km/año y 4veces más deprisa en algunas zonas [6] , este fenómeno y los desastres causados por el Cambio Climático, derivado de los » incentivos del mercado» (es decir el crecimiento económico) produjeron en 2017 18,8 millones de personas que se vieron desplazadas por estos desastres; esta cifra incluye a 1,3 millones de desplazados por la sequía [7] . Y podríamos seguir contando y no acabar problemas que está causando la fanática adoración de los » incentivos del mercado», tan deferidos por el autor como la casi única cosa defendible en esta vida.
Para que sigamos un modelo económico no tan negativo y costoso como es defendido por el movimiento «Fridays For Future», nos pone como ejemplo que el Estado intervenga e introduzca un impuesto al carbón o un «impuesto pigouviano», que recibe dicho nombre por el conocido economista británico Arthur C. Pigou. Como ya ha llevado a la práctica Justin Trudeau en el gobierno de Canadá, siguiendo las recomendaciones de algunos economistas como Gregory Mankiw. Así que Trudeau decidió imponer un recargo de 20$/Tm de CO2, que alcanzará 50$/tm a principios de 2022. Y Álvaro Martín nos afirma: «pero la parte buena de este impuesto es que el 90% de los ingresos regresarán a los bolsillos de los ciudadanos canadienses en forma de cheques, de modo que el Gobierno no decidirá en qué gastarlo y será responsabilidad directa de los ciudadanos. Según cálculos efectuados por la Administración canadiense, cada familia que vive en Canadá recibirá una media de 700 $ al año procedentes del nuevo impuestos al carbón».
Es decir, se trata de cargar los costes al productivista y al consumista para que pague el daño que hace y se desanime en su contaminación pero se le devuelve el dinero que ha pagado para que éste contribuyente pueda seguir siendo productivista o consumista y contaminador; ¡menudo negocio!, es como la pescadilla que se muerde la cola. Eso si, el santo crecimiento económico y el sacro PIB siguen aumentando. Mientras tanto, los gases de efecto invernadero no cesan de aumentar y los recursos planetarios no cesan de disminuir.
En cualquiera de los casos, no creo que el problema del C.C. se consiga superar con la filosofía de: «el que contamina paga» y más aún si este pago luego se devuelve. Lo que aniquila el dinero no se puede arreglar con dinero, sino todo lo contrario huyendo de él como de llamas abrasadoras. En el mejor de los casos solamente serían medidas keynesianas, como aquellas que, después de la segunda guerra mundial, comenzaron a funcionar, pero solo en plan cortoplacista, aunque a la larga nos han traído hasta aquí a esta situación de colapso económico, ecológico, social y biosferico, como consecuencia de tanta veneración fundamentalista al crecimiento, a la acumulación oligárquica del PIB, a la obsolescencia programada, al usar y tirar y a tantos » incentivos del mercado».
Notas:
[1] https://www.libremercado.com/2019-06-19/lo-que-greta-thunberg-no-entiende-sobre-capitalismo-1276640438/
[2] El Premio Nobel de economía, Joseph Stiglitz en su libro: «Neoliberalismo y globalización», nos comenta: «los «fundamentalistas del mercado» son los que creen que el mercado por sí sólo, resuelve los problemas de la distribución de la riqueza, que el Estado es un lastre para el crecimiento y que hay que achicarlo. Es importante la palabra «creen», porque el neoliberalismo es un credo y como todo credo, tiene a sus fundamentalistas, como cualquier religión. No se basa en evidencias reales. La realidad contradice sus teorías en los lugares en los que es aplicada, en Argentina tenemos infinidad de ejemplos de ello.
[3] http://www.rtve.es/noticias/20120725/casi-todo-hielo-superficial-groenlandia-se-derrite-solo-cuatro-dias/550184.shtml?fbclid=IwAR12L1o2poBJOGBJfcsQYgYAaSGGGlwXrjv2WIw3cgDREVa3peO2nHaNSMM
[4] https://sipse.com/mundo/kawait-dubai-record-mundial-calor-63-grados-336005.html
[5] https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-45168502
[6] http://www.curiosidadsq.com/2013/01/Los-Desiertos-Crecen.html
[7] https://www.europapress.es/internacional/noticia-migraciones-climaticas-reto-hay-abordar-ya-20181127171756.html
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