Grupos de extrema derecha de Miami rumian su frustración y alientan planes contra la Cumbre de NOAL en Cuba

Estoy por creer que es absolutamente cierto. Dicen que los perros hueveros, no escarmientan ni aunque le quemen el hocico. Lo anterior viene a cuento por una noticia procedente de Miami; según la cual, grupos de la extrema derecha anticastrista -que todavía rumian su frustración porque los cubanos de la isla no se rebelaron contra el gobierno tras la reciente crisis intestinal del presidente Fidel Castro-, están alentando planes contra la Cumbre del Movimiento de países No Alineados, que tendrá lugar en La Habana en septiembre próximo.

Después de todo, la labor subversiva es abierta. En el desayuno mensual de la organización anticastrista M.A.R por Cuba -efectuado en Miami, el pasado 19 de agosto-, la directora, María Eugenia Cosculluela, señaló que una delegación integrada por representantes de esa organización y de «Plantados Hasta la Libertad y la Democracia», acompañados de activistas exiliados cubanos y venezolanos, partirá próximamente hacia Costa Rica, Nicaragua, Perú y República Dominicana, para «llevar a cabo y participar en una serie de actividades encaminadas a desarrollar una «Campaña por el cambio en Cuba», y tratar de conseguir apoyo para sus planes contra la Cumbre de NOAL de las delegaciones de esos países».

El reciente incidente diplomático entre el presidente costarricense Oscar Arias y el vicepresidente cubano Carlos Lage -cuando el primero se pronunció de manera injerencista sobre la situación interna de Cuba-, y los antecedentes de hostilidad hacia Cuba de Arias, durante su primer mandato; podrían haber atraído la atención de los grupos anticastristas de Miami, interesados en conseguir un cupo en la delegación oficial a la Cumbre, de alguno de los países mencionados, que les permita llevar a cabo sus acciones provocadoras durante el evento.

En todo caso, en el pasado Oscar Arias mantuvo estrechas relaciones con elementos y organizaciones anticastristas radicadas en Miami y recibió a connotados terroristas y agentes de la CIA como Carlos Alberto Montaner y Orlando Gutiérrez. En Costa Rica, por demás, residen elementos anticastristas que han dado apoyo a Luis Posada Carriles en diferentes momentos de su peregrinar por Centroamérica, y allí vive el hijo del ex comandante Huber Matos, desde que tuviera que salir huyendo de Estados Unidos por un desfalco a la institución del Medicare.

Lo cierto es que este tipo de maniobra contra Cuba no es algo nuevo. En años recientes, en más de una ocasión, el gobierno nicaragüense, a petición del gobierno estadounidense, se prestó para que Luis Zúñiga1, un directivo de la organización Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), con antecedentes y actividad terrorista, formara parte de su delegación a las sesiones de la CDH en Ginebra.

Por otro lado, observadores en La Habana reconocen que la enfermedad del presidente cubano contribuyó a frustrar la organización de algunos planes contra la Cumbre de los No Alineados, alentados desde Miami; toda vez que los disidentes internos, quienes supuestamente debían participar en acciones de desestabilización, optaron por quedarse quietos y desoír los estridentes llamados de Miami a la «insurrección popular».

Un diplomático latinoamericano en La Habana, a quien consulté sobre las declaraciones de la señora Cosculluela y los planes de la extrema derecha anticastrista, en ocasión de la Cumbre de los No Alineados me contestó: «Yo creo que lo más sensato es que los extremistas de Miami vayan a llorar sus penas a la Casa Blanca; pues, en La Habana, el horno no está para galleticas». Los cubanos se han propuesto hacer una Cumbre exitosa como regalo de cumpleaños para Fidel Castro y es difícil que alguien los haga desistir de la tarea.