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Gusanos en la Alhambra

Fuentes: Rebelión

«Raúl Rivero es un hombre que puso su pluma al servicio de quienes quieren destruir la nación cubana»(Fidel Castro, presidente de Cuba)La mentira y la desinformación lubrican desde antaño el motor del sistema capitalista. La demostración más palpable de esta aseveración se encuentra en la campaña propagandística que ejecuta el imperialismo yanqui contra la Revolución […]

«Raúl Rivero es un hombre que puso su pluma al servicio de quienes quieren destruir la nación cubana»
(Fidel Castro, presidente de Cuba)

La mentira y la desinformación lubrican desde antaño el motor del sistema capitalista. La demostración más palpable de esta aseveración se encuentra en la campaña propagandística que ejecuta el imperialismo yanqui contra la Revolución Cubana desde 1959. Una campaña, que junto a las operaciones de inteligencia, el sabotaje y el terrorismo, tiene cómo objetivo la destrucción del proyecto socialista cubano y la recuperación de la isla cómo colonia imperial.

Uno de los últimos hitos en esta ofensiva estadounidense contra el pueblo cubano ha sido el caso «Raúl Rivero». El planteamiento es sencillo y absolutamente torticero: El señor Raúl Rivero es un poeta y periodista independiente que ha estado encarcelado por defender la libertad de expresión en un régimen totalitario. Un argumento que presta un aura de romanticismo y heroísmo a quién no es más que un mercenario del Imperio: Un hombre que fue condenado por el sistema judicial cubano por los cargos de atentar contra la seguridad del Estado, estando a sueldo de una potencia enemiga que quiere derrocar al legítimo gobierno de la nación cubana. Este cúmulo de falsedades ha constituido un abastecimiento seguro y prolongado de titulares y columnas de opinión para la prensa neoliberal desde que el señor Rivero fue encarcelado en marzo de 2003. Una forma de acallar, aquí en España, la contestación antiimperialista y antibelicista que estremeció a la piel de toro y acabó arrojando al aznarismo de la Moncloa.

Rivero fue finalmente liberado por las «inclementes» autoridades cubanas a finales de 2004, siendo posible que en los próximos meses se traslade a la ciudad andaluza de Granada, tras ser invitado por el pleno municipal en julio. Esta invitación se aprobó con el voto favorable de los dos concejales de Izquierda Unida en la capital granadina y el total rechazo del resto de la organización, especialmente el PCA provincial. Provocó también la comprensible indignación de las fuerzas anticapitalistas y progresistas del Estado español, propiciando la realización de un encuentro procubano en el que participaron Ángeles Maestro, Juan Madrid, Carlo Frabetti, Andrés Sorel, Vázquez de Sola o Quintín Cabrera. Pues bien he sabido recientemente de forma indirecta que el alentador de esta invitación es el poeta y articulista José Carlos Rosales, miembro de un peculiar club de progres de salón que maneja desde hace años la reducida vida cultural de esta ciudad de provincias. Un conjunto de pe rsonajillos, que pululan entre el PSOE y IU, siendo algunos de ellos destacados ex militantes del Partido Comunista de España.

Paladín de lujo de esta asociación es el poeta y catedrático Luis García Montero, prohombre del llamazarismo, militante de IU y afiliado a CCOO. Este señor, discípulo de Rafael Alberti y Juan Carlos Rodríguez, expresaba en una entrevista con el diario la Opinión de Granada la siguiente letanía : «Casos como el de Raúl Rivero son una barbaridad. La gente de izquierdas debemos de tener clarísimo que este tipo de actitudes no tienen nada que ver con el porvenir del progreso. Castro no es un referente para la izquierda que necesita el siglo XXI. No me gustan los líderes carismáticos que hacen discursos de tres horas vestidos de militar y que utilizan la demagogia y el patriotismo para ganarse la simpatía del pueblo. La crítica a Castro no significa ningún apoyo a la política internacional de Estados Unidos ni una amenaza a la independencia de Cuba. Sólo soy partidario de la dignidad y la libertad de un pueblo que está siendo maltratado.» Lo que no desconoce con seguridad García Montero es que el uniforme verde olivo que lucen Fidel Castro y los militares cubanos es la contundente demostración de que Cuba es desde el 59 un ejército guerrillero infiltrado en territorio enemigo, dispuesto a derrotar a cualquier invasor que quiera coartar su independencia, laboriosamente construida durante décadas. Lo que no desconoce el poeta de la experiencia es que criticar a la Revolución Cubana desde la supuesta «izquierda» es prestar un grandísimo apoyo al imperialismo yanqui y a la mafia anticubana de Miami. Lo que no desconoce este «compañero» es que implícitamente también está criticando al Comandante Hugo Chávez, líder de la Venezuela Bolivariana que está asombrando al mundo.

Estos rojos divinos publicaron un manifiesto solicitando la liberación del mercenario Rivero en mayo del año pasado (http://www.paseodelostristes.com/manifiestoraul.html). Sería interesante repasar la lista de firmantes para encontrarnos con algunos de estos especimenes que pueblan el mundillo cultural español:

-El pesoísta Miguel Ríos, furibundo antipiratería y proSGAE, símbolo del SÍ en el pasado referéndum de la Constitución neoliberal de los burócratas de Bruselas.

-Fernando Valverde, poeta, columnista y coordinador del suplemento literario de la Opinión de Granada, que entrevistó a la mujer de Rivero, Blanca Reyes, deseando sin decirlo que las sanciones impuestas por la UE a Cuba aceleraran la restauración del capitalismo en la isla caribeña.

-Daniel Rodríguez Moya, poeta y articulista, creador y encargado del portal «paseodelostristes.com», diseñador de las webs oficiales de los poetas García Montero y Rafael Guillén. Al visitar el portal de Daniel podrán comprobar lo mucho que admira la juventud progresista y cultureta granadina al poeta mercenario Rivero.

-Álvaro Salvador, poeta de la experiencia, discípulo también de marxistas, y solidario con el proyecto antimarxista y capitalista que sostienen los disidentes-lacayos, y sus jefazos de la Casa Blanca.


-Miguel Ángel Arcas, poeta y editor, encargado de la editorial Cuadernos del Vigía, que casualmente posee en su catálogo a varios firmantes del manifiesto anticubano: José Carlos Rosales, Andrés Neuman,, Fernando Valverde, Daniel Rodríguez Moya, Álvaro Salvador y Milena Rodríguez Gutiérrez.

Editores y editados, amigos y amigas, progres y «progras», se reparten el escaso mercado editorial granadino, amparados por el PSOE y por algunos desinformados de IU. Una asociación de intereses, tanto políticos, cómo laborales, cómo editoriales, incluso cómo sentimentales, teje la madeja de esta trama que pervierte el significado de la izquierda y sirve con denuedo a la estructura corrupta y corruptora que sostiene la Monarquía Neofranquista de los Borbones. Homenajes al camarada Rafael Alberti combinados con insultos a su memoria y al lugar donde ha decidido vivir, trabajar y luchar Aitana, la hija del poeta. Macarras de la moral, estos señores y señoras cortan el bacalao cultural en esta ciudad desarrapada, donde el hermano del señor Montero es concejal del ramo por el Pepé.

El promotor del acogimiento para Raúl Rivero, José Carlos Rosales es compañero de la poetisa cubana exiliada Milena Rodríguez Gutiérrez, hija de una mujer que fue esposa o amante del poeta mercenario Rivero. Parece que ya vamos entendiendo algunas razones más que explican la actuación anticubana de estos intelectuales del capital, que atacan sin vacilar la dignidad de la población cubana, defendiendo a un maltratador de mujeres y defendiendo sus sucios intereses de clase, representando el rostro humano de un sistema que hambrea a tres cuartas parte de los habitantes del planeta. Siempre se pueden criticar Guantánamo y Abu Ghraib sin mencionar las barbaridades que se perpetran en comisarías y cuartelillos de la España Borbónica y de ZP. Siempre se puede condenar el terrorismo de ETA, pero no el de EEUU contra Cuba, que ha producido 3.000 víctimas mortales en cuarenta y cinco años.

Inmigrantes senegaleses apaleados por los guindillas «granaínos», trabajadores que engrosan las listas de siniestralidad laboral, indigentes que soportan el temporal envueltos en cartones y mantas raídas, desempleo, delincuencia juvenil, ausencia total de infraestructuras en el barrio de Almanjáyar, miles de republicanos enterrados en la Fuente de las Lágrimas, demasiados vacíos sociales en nuestra ciudad, una ciudad para la que la conquista cristiana en 1492 supuso «un momento malísimo, aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una delicadeza única en el mundo, para dar paso a una ciudad pobre y acobardada; a una ‘tierra de chavico’ donde se agita actualmente la peor burguesía de España», tal cómo dijera Federico García Lorca. Ante este panorama desalentador la pandilla de la gauche divine calla y se sube al carro de Raúl Rivero.

Sin embargo el poeta y catedrático Juan Carlos Rodríguez, maestro de alguno de estos señores, mantiene la dignidad y continúa batallando por la transformación de la sociedad, por el vitalmente necesario socialismo (http://www.rebelion.org/noticia.php?id=10288). Los demás, fluctúan entre Llamazares y ZP, entre su realidad y sus deseos, entre la Constitución europea y la española, mientras en Cuba, en Venezuela los pueblos hacen historia y los imperios van perdiendo conciencias.