Recomiendo:
0

Hasta el infinito y más allá

Fuentes: Rebelión

Se llama Xabi, aunque eso no importa mucho, yo Antzine, eso tampoco. Hemos crecido juntas, eso si es importante y nos queremos mucho, eso lo es aún más. Hemos jugado, peleado, ido a la playa, al monte, comido helados y jugado a ser vaqueros que escapaban de los indios en un viejo tren de madera […]

Se llama Xabi, aunque eso no importa mucho, yo Antzine, eso tampoco. Hemos crecido juntas, eso si es importante y nos queremos mucho, eso lo es aún más.

Hemos jugado, peleado, ido a la playa, al monte, comido helados y jugado a ser vaqueros que escapaban de los indios en un viejo tren de madera que hacía el recorrido entre las montañas, desde Zumarraga hasta Zumaia. Nos hemos ido haciendo mayores, nos hemos felicitado en todos y cada uno de los cumpleaños de nuestras familias y nos hemos deseado Urte Berri On cada año hasta la última vez, en diciembre de 2000.

Hace 12 años que Xabi esta preso. Desde entonces hemos viajado en tren, avión, coche y autobus. Hemos visitado las cárceles de Fleury, Boys D´Arcy y La Sante en Francia. Allí al menos podíamos estar juntas en un pequeño locutorio con una mesa en medio, y así apretadas en un lado de la mesa, mi ama, mi hermano y yo podíamos abrazarle, tocarle y besarle a el, que estaba al otro lado.

Yo siempre le decía que tenia las manos frías, así que un día antes de la visita el estuvo frotándose las manos una y otra vez para que entrarán en calor, pero llegamos tarde, tuvimos problemas con los funcionarios y a el le dijeron que no habría visita. Por fin conseguimos entrar y lo primero que Xabi me dijo fue: lo siento otra vez tengo las manos frías, he estado frotandolas una y otra vez pero me han dicho que no habíais venido. No importa, le dije hoy también te las calentaré yo.

Ahora esta en Puerto de Santa Maria, Cadiz. Hace 8 años que solo le vemos 40 minutos en un viejo, sucio y triste locutorio a través de un cristal. Lo hacemos una vez cada 2 meses. No somos familia, así que no tenemos derecho a VIs a Vis, pero tampoco «solo amigos» así que no podemos y no queremos dejar de ir, o ir solo de vez en cuando.

Xabi es del Atletic y este ultimo viernes la Real le ha ganado al Atletic en San Manes. Este sábado hemos tenido visita y mi hermano se ha puesto la camiseta de la Real debajo de la cazadora. Cuando se la ha quitado, Xabi se ha puesto serio y ha fingido estar enfadado y ha dicho: hacer semejante paliza de viaje y venir a verme así… ya te vale ah y no cojo el telefonillo (el tiene que hablar a través de un telefono para que nosotras podamos oirle). Entonces lo ha cogido y las tres nos hemos echado a reír y hemos puesto nuestras manos en el cristal, ese odioso, sucio y feo cristal que nos separa físicamente.

Hemos puesto nuestras manos como símbolo de unión, de una unión que no se romperá jamas, porque va más allá de la distancia que nos separa, más allá de los miles y miles de Kilometros recorridos una y otra vez, más allá de las horas transcurridas antes y después de cada visita, del cansancio, del frío, del calor.

Seguiremos ahí querido Xabi, compartíendo risas y lagrimas con el resto de familiares y amigas y amigos de todas vosotras, hasta el final.

Seguiremos ahí recorriendo kilometros, para compartiros a todas hasta que volvaís a casa.

Resistid dentro que nosotras lo haremos fuera, porque os queremos, os queremos hasta el infinito y más allá.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.