El fuego afecta a una nave, viviendas, pastos y al local de la asociación de mujeres Tabadol. Su presidenta, Houda Akrikez, denuncia el abandono institucional
El jueves 17 de julio de 2025 se produjo un incendio en el sector 6 de la Cañada Real, un barrio informal autoconstruido que se mantiene desde hace décadas en una antigua vía pecuaria al sureste de Madrid, cuenta con unos 3.000 habitantes, en su mayoría gitanos y magrebíes, y lleva desde octubre de 2020 sin suministro eléctrico. Según ha hecho público Emergencias Madrid, se movilizaron 19 dotaciones de bomberos del Ayuntamiento de Madrid y el SAMUR atendió a cuatro personas. El fuego afectó a una nave, varias viviendas, pastos y al local de la asociación de mujeres Tabadol, que denuncia la falta de luz y el abandono institucional de la Cañada. El pasado febrero, el Comité Europeo de Derechos Sociales del Consejo de Europa condenó a España al considerar que el corte de luz en los sectores 5 y 6 de la Cañada Real vulnera diez derechos reconocidos en la Carta Social Europea.
Hablamos con Houda Akrikez, presidenta de Tabadol, que cuenta que durante las siguientes 24 horas se produjeron otros dos incendios de menor importancia en el sector 6 y que el local de la asociación fue derribado por una excavadora tras ser afectado por las llamas.
¿Qué nos puede contar acerca de los incendios? ¿Qué daños han causado?
El jueves, sobre las 14:30 se produjo el más grande. Después hubo otro incendio el viernes, sobre las 12:30 horas, y un tercero la noche del viernes al sábado. No conocemos las causas.
La casa de una familia gitana ha desaparecido, otras personas han perdido sus vehículos y equipos como baterías o paneles solares que daban suministro eléctrico a las viviendas. Son productos con unos costes muy altos y la pobreza hace difícil reponerlos.
Hubo algunas intoxicaciones por el humo. Fue difícil de gestionar porque son todo casas bajas, están muy cercanas y la gente no se quería ir porque temía por sus pertenencias, no querían alejarse de sus hogares. Un hombre de más de 89 años fue trasladado al hospital, al igual que otra mujer mayor. Varias personas sufrieron ataques de ansiedad.
Ha desaparecido el local de la Asociación Tabadol. Tras el incendio una excavadora tiró lo que quedaba.
En el comunicado que ha difundido Tabadol vinculan estos incendios con el corte de luz y con la política de las instituciones hacia la Cañada Real, ¿cuál consideran que es la relación?
Llevamos muchos años viviendo en Cañada Real, algunas llevamos desde los años 90, otras desde los 80, y jamás hemos vivido tantos incendios como en los últimos cinco años, desde que se cortó el suministro eléctrico.
Al no contar con suministro eléctrico, nos vemos obligadas a utilizar otros sistemas para iluminar o calentar nuestras casas: tenemos muchas bombonas de gas, tenemos muchas baterías que están sometidas al calor –está haciendo muchísimo calor– y quieras que no, todo este material es peligroso. Un generador de gasolina, una bombona de gas, una batería eléctrica, un panel solar, todo eso presenta riesgos si se produce un incendio.
¿Cómo han reaccionado desde la asociación?
Ante una situación de emergencia, hay que responder de inmediato, no podemos esperar a reunirnos y decidir qué hacer. Hemos hecho un llamamiento a todas las organizaciones que apoyan la lucha de la Cañada Real y a la Asociación Tabadol. Hemos intentado responder a todas las necesidades de las personas afectadas durante el fin de semana: agua, alimentos, lugares para que duerman quienes no han podido hacerlo en sus viviendas o limpiezas de las parcelas.
¿Cuál ha sido la respuesta institucional?
No sabemos lo que quieren hacer las instituciones, todavía no nos han dicho nada. No pudimos acudir a la reunión que tuvo el viernes la administración con las entidades sociales porque teníamos otras tareas más urgentes. Esperamos poder estar presentes en la próxima.
Bajo nuestro punto de vista, lo esencial es que la administración reconozca los daños que han sufrido las familias, afectadas por los cortes de suministro. Eso es esencial en el marco de la democracia y los derechos humanos. Se tienen que hacer cargo de las pérdidas. Una familia gitana joven ha perdido su hogar. Esa familia necesita una solución inmediata. No podemos permitirnos estar esperando una reunión detrás de otra hasta que se tomen decisiones. Pensamos que sería muy positivo que la administración se hiciera cargo de los pagos de los paneles solares que han sido destruidos por el fuego. Esperamos una respuesta inclusiva, que no nos deje de lado.
Afirman que el jueves los bomberos se quedaron esperando durante 40 minutos a que llegara la policía antes de entrar a sofocar el incendio.
En el primer incendio, el mayor, los bomberos estuvieron esperando en la entrada de Valdemingómez hasta que llegara una patrulla de policía. No entendemos que se quedaran esperando mientras había una emergencia. Nos hace pensar que unas vidas valen más que otras, que hay clasismo y sobre todo racismo, porque la mayoría somos gente migrante y gitana. Agradecemos mucho el trabajo de los bomberos y de la policía, pero realizamos una crítica constructiva.
Antes ha mencionado que se ha derribado el local de la asociación, ¿quién lo ha hecho y a qué se debe?
No sabemos quién ha derribado el local de la asociación. No entendemos el porqué, puede ser por algún motivo de seguridad, pero sería muy bueno que nos lo hubieran comentado porque conseguir un espacio para las mujeres, para organizarnos, para encontrarnos, para fortalecernos, nos ha costado muchos años, mucho trabajo y mucho dinero. Que ahora vengan a tirarlo, sin darnos ninguna explicación, nos duele muchísimo.
Estamos sin fuerzas, hemos estado trabajando sin parar y no nos ha dado la vida para hablar con nadie todavía.
Difundieron un comunicado en el que solicitan apoyo económico de urgencia. ¿Han recibido ayuda de organizaciones y personas comprometidas?
Sí, sentimos mucho el cariño de la gente, de las personas que nos rodean y de otras que no conocemos. Estamos muy agradecidas con todas las personas que han apoyado nuestra lucha y que han respondido tan rápidamente a nuestra llamada. Nos da mucha fuerza y ganas de seguir luchando por una sociedad justa.
La Asociación Tabadol nació simplemente porque en la Cañada Real se estaban violando nuestros derechos básicos, porque a partir de 2007 empezaron a derribar nuestras casas y no entendíamos el motivo. Pero con el paso del tiempo nos hemos visto metidas en muchas más luchas, y la más importante es que las mujeres tengamos voz en una sociedad donde nos abruma el machismo. Podemos estar orgullosas de nuestro proyecto social y humano y de los apoyos que hemos conseguido en el antirracismo y en el feminismo.