Las inundaciones son permanentes en India, pero las registradas este año fueron de tal magnitud que muchos ambientalistas culparon a las enormes represas construidas precisamente para controlar los sistemas hídricos naturales. «Hay mucho que aprender de las inundaciones provocadas por este monzón. Al contrario de lo que se pretende, que las represas controlen las inundaciones, […]
Las inundaciones son permanentes en India, pero las registradas este año fueron de tal magnitud que muchos ambientalistas culparon a las enormes represas construidas precisamente para controlar los sistemas hídricos naturales.
«Hay mucho que aprender de las inundaciones provocadas por este monzón. Al contrario de lo que se pretende, que las represas controlen las inundaciones, de hecho la situación se empeoró por ellas», sostuvo Medha Patkar, una reconocida activista que se opone a esas instalaciones.
Este año, con muchos países río abajo acusando a los responsables de las cuencas superiores de calcular mal la liberación de agua, fue especialmente difícil para los defensores de las grandes responder a críticas como las señalas por Patkar.
Incluso, funcionarios del vecino Nepal culparon a India de no abrir las compuertas de sus represas a tiempo, por lo cual se agravaron las consecuencias de las crecidas en ese país del Himalaya.
«El mal manejo y las operaciones negligentes en los grandes embalses de los ríos Tapti, Narmada, Krishna, Godavari, Mahi y Sabarmati crearon un desastre provocado por el hombre en los estados indios de Gujarat, Maharashtra, Madhya Pradesh, Karnataka y Andhra Pradesh», dijo el experto en hidrología y coordinador de la Red de Represas, Ríos y Personas de Asia Meridional, Himanshu Thakkar.
«Los estados más afectados son los que tienen grandes diques», indicó.
Thakkar reclama una «investigación independiente y creíble de por qué se dio esa situación cuando pudo haberse prevenido con un manejo eficaz de los proyectos». Aún debe estimarse la verdadera magnitud del desastre, pero cientos de miles de personas habrían sido afectadas por las inundaciones.
Algunos expertos creen que el aluvión, que afectó a vastas porciones del país, se debe al fracaso de mantener un equilibrio adecuado entre el control del caudal de agua y los otros usos de las grandes represas, el regadío y la generación de energía hidroeléctrica.
Ramaswamy Iyer, un ex alto funcionario del Ministerio de Recursos Hídricos, dijo a IPS que muchas de las represas están diseñadas específicamente para controlar las crecidas. «Pero hay un conflicto inherente con sus otros objetivos: los de tratar de maximizar la energía hidroeléctrica y el regadío», señaló.
Iyer sostuvo que el control de las inundaciones requiere que la presa permita un espacio adecuado para recibir los torrentes de agua, pero el mayor potencial hidroeléctrico necesita que los niveles de agua sean los más altos posibles.
«Como se eleva la presión para aumentar la generación de energía, el objetivo de controlar las inundaciones pierde importancia. Eso hace que el agua tenga que ser liberada de golpe y a gran escala y que se liberen torrentes de agua desastrosos», indicó.
«Los documentos oficiales reconocen ampliamente que la gran cantidad de lodo, acumulada por el excesivo número de represas, es mucho más alta de lo previsto», sostuvo Dinesh Mishra, ingeniero y representante de Barh Mukti Abhiyan (Campaña por Libertad y Alimentos).
«El verdadero problema es el cieno, no el agua, pues deteriora la posibilidad de acumulación de los embalses, reduciendo su capacidad de absorber las corrientes», explicó.
Pero Thakkar atribuye los estragos de este año a la mera ineficiencia. En especial, las inundaciones que arrasaron la ciudad de Surat, en el occidental estado de Gujarat, pudieron prevenirse, sostuvo.
Tres cuartas partes de esa ciudad, conocida por su producción de diamantes, permanecen bajo agua. El ejército tuvo que auxiliar a miles de personas que quedaron aisladas.
Se estima que alrededor de tres millones de personas quedaron sin suministros básicos como alimentos y agua potable en la noche del 6 de agosto, cuando el departamento de irrigación liberó sin previo aviso 22,65 metros cúbicos por segundo de la represa de Ukai.
Thakkar considera que había suficiente información disponible sobre las precipitaciones que sugerían que la liberación de agua en cantidades manejables debió comenzar el 1 de agosto. Pero esto no se tomó en cuenta, y cuando finalmente se dejó correr casi duplicó la capacidad de drenaje del río Tapti. Y lo peor fue que coincidió con la marea alta.
Las inundaciones empeoraron la ya dramática situación en la región de Marathawada, en el occidental estado de Maharashtra, donde cientos de agricultores se suicidaron este año a causa de la angustia causada por la sequía.
El activista de Nisarg Mitra Mandal, Vijay Diwan, analizó la situación con sumo cuidado.
«Si se compara las precipitaciones de los primeros cinco años se ve que el caudal de lluvias caídas no fue significativamente superior este año en los distritos de Jalna, Parbani y Nanded, así que la gente se pregunta si estas inundaciones estuvieron relacionadas con la ineficiencias de represas como Jayakwadi e Issaper y proyectos de irrigación como Vishnupuri», señaló.
La gente de estos distritos quedó atrapada por los grandes volúmenes de agua vertidos por las represas río arriba y los que no dejaron correr las de río abajo, explicó Diwan. Ya había una cantidad considerable de agua almacenada en esas instalaciones cuando comenzó la lluvia.
Thakkar señala que la información disponible en muchas represas da cuenta de la gran cantidad de agua almacenada justo antes del comienzo del monzón, la corriente de aire caliente que cambia de dirección cada seis meses e impacta especialmente en esta región de Asia. Esa situación reduce la capacidad de la presas para absorber las lluvias torrenciales.
«Claro, los embalses necesitan almacenar agua por si no se presenta el monzón, pero tiene que haber normas que rijan qué se considera protección adecuada. En el caso de Ukai, el agua acumulada antes del monzón superaba las necesidades de Surat», señaló Thakkar.
«Claro, se pueden discutir varios aspectos del manejo de las represas, pero las inundaciones de este año generaron serias dudas respecto de la utilidad de estas instalaciones como protección ante las crecidas».
«Nuestra experiencia nos enseña que aun las represas relativamente pequeñas pueden provocar crecidas desastrosas, y ahora se están proyectando casi 160 más en el noroeste y algunos de los proyectos son enormes» dijo Ravindranath, experto en alertas de crecidas en el nororiental estado de Assam.
Además, el nordeste ha sido testigo de grandes desastres ecológicos en las cuencas de los ríos por la tala ilegal, la extracción de las canteras y la minería.
«El futuro es peligroso por los daños de las cuencas y la construcción de represas a gran escala», indicó Ravindranath de la conocida organización Amigos de la Cuenca del Río
Un aspecto importante de las crecidas de este año es que mientras que se anegaron áreas conocidas por su escasez de agua –hubo una inundación devastadora en el árido distrito de Barmer, en Rajasthan– algunas de las cuencas con abundante agua presentaron signos de sequía, señaló Iyer.
El presunto manejo ineficaz del agua de este año es el mejor argumento contra el ambicioso y controvertido plan de India para conectar sus principales ríos entre sí y así compensar las inundaciones con las sequías, dos fenómenos que se presentan a la vez en zonas bien distantes de este gran país, según activistas.