El reciente deceso del preso común Wilman Villar Mendoza, nacido en Contramaestre, Santiago de Cuba, el 30 de marzo de 1980, y quien profesaba la fe Bautista, a causa de serias complicaciones que provocaron un fallo multiorgánico en su organismo, ha sido motivo de fuertes controversias, en las que los enemigos de Cuba buscan sacar […]
El reciente deceso del preso común Wilman Villar Mendoza, nacido en Contramaestre, Santiago de Cuba, el 30 de marzo de 1980, y quien profesaba la fe Bautista, a causa de serias complicaciones que provocaron un fallo multiorgánico en su organismo, ha sido motivo de fuertes controversias, en las que los enemigos de Cuba buscan sacar falaz provecho en su guerra ideológica contra nuestro pueblo.
Según la Nota Informativa aparecida el 19 de enero, en el periódico Granma, Wilmar falleció en Santiago de Cuba, en la sala de cuidados intensivos del hospital Clínico Quirúrgico «Doctor Juan Bruno Zayas», a causa de fallo multi-orgánico secundario a un proceso respiratorio séptico severo, que llevó al paciente a un shock por sepsis. Su fallecimiento ocurrió luego de una larga batalla médica por salvar su vida desde el mismo momento en que ingresó a ese centro hospitalario, el 13 de enero, presentando un agudo cuadro de neumonía severa del pulmón izquierdo. Sin escatimar esfuerzos, se le aplicó ventilación y nutrición artificial, fluidoterapia, hemoderivados, apoyo con drogas vasoactivas y antibióticos de amplio espectro de última generación.
Wilmar Villar fue un individuo violento, quien cumplía una sanción desde el 25 de noviembre pasado, como resultado de haber cometido varios delitos: una fuerte agresión física a su esposa, Maritza Pelegrino Cabrales, el 12 de julio de 2011 y en plena vía pública, desacato, resistencia a la fuerza policial en el momento de su detención y escándalo público. La esposa de Wilmar, más que por un Sindroma de Estocolmo, un síndrome del avestruz o el de la mujer maltratada, se prestó inmediatamente a seguir las indicaciones de José Daniel Ferrer, actual jefe del grupúsculo Unión Patriótica de Cuba. En el trasfondo de su cooperación con el show mediático, estaba una remuneración mensual de 80 CUC, prometidas por el mercenario Ferrer. La ambición pudo más que fidelidad y la honestidad.
El naciente «disidente» en Contramaestre, sabedor de que la justicia recaería sobre él, tanto por su conducta antisocial como por su venidera condena, no vaciló en codearse con varios contrarrevolucionarios de la zona, particularmente con José Daniel Ferrer, quienes le crearon la falsa ilusión de que, si se presentaba como un opositor de conciencia, podría lograr evadir la condena o, al menos, que la opinión pública reclamara su excarcelación. A partir de ese momento, Wilmar se convirtió en una marioneta de las pretensiones de José Daniel Ferrer de crear un falso ambiente de deterioro de los derechos humanos en Cuba, para obtener mayores beneficios de sus financistas de la USAID y de los mafiosos de Miami.
Embullado por sus nuevos socios de andanzas provocadoras, se sumó por primera vez a una actividad mediática: una marcha realizada el 14 de noviembre del año pasado, bajo la tutela de de la Unión Patriótica de Cuba. Estas y el curso pendiente del proceso que se le seguía por los sucesos del 12 de julio de 2011, condujeron a su detención. A partir de ese momento, José Daniel Ferrer entró en acción para venderlo como «preso de conciencia», luego de que fuera sancionado a 4 años de privación de libertad e internado en la prisión de Aguadores. Muchos fueron los llamados hechos por Ferrer a través de la detractora Radio Martí y por su cuenta de twitter @ jdanielferrer. Como era obvio, Ferrer recibió grandes cantidades de dinero y de recursos que se embolsilló para su beneficio personal, ofreciéndole una pequeña tajada al detenido y a su esposa.
La labor de Ferrer fue falaz y pecaminosa. Por diversos medios influyó sobre el incauto Wilmar para que mantuviera un comportamiento provocador en la prisión, so pretexto de que pronto sería excarcelado por las presiones mediáticas de los «simpatizantes» con su causa. Esta malsana manipulación condujo a los resultados ya conocidos por todos: la fabricación deliberada de un nuevo «mártir» de la contrarrevolución.
BREVE HISTORIA DE UN MANIPULADOR
José Daniel Ferrer tiene una larga hoja de servicios a favor de los enemigos de Cuba, desde 1997, que conllevaron a su detención el 18 de marzo de 2003, luego de comprobarse sus vínculos estrechos con funcionarios de la SINA y de prestarse al rol desestabilizador de la misma dentro de Cuba, a cambio de dinero sucio. De pésima conducta social y sin vínculo laboral durante más de 24 años, se ha caracterizado por ser sumamente agresivo, maltratador de mujeres, patrón similar al del difunto Wilmar, aunque en este caso sus agresiones han recaído sobre su madre. Presenta, según estudios de su personalidad, un bajo coeficiente intelectual, ambicioso y ególatra. No en varias ocasiones ha comentado que «será un ministro cuando se caiga esto».
Fue uno de los firmantes del Proyecto Varela, el 10 de mayo de 2002, violatorio de las normas constitucionales imperantes en el país.
El día 7 de abril del 2003, Ferrer fue condenado por la Sala de los Delitos Contra la Seguridad del Estado, del Tribunal Provincial Popular de Santiago de Cuba, mediante la sentencia Nro. 7, junto a otros contrarrevolucionarios, durante la causa 4/2003, por los delitos de Actos contra la Independencia o la Integridad Territorial del Estado, contenidos en la Ley 88, del 1999. Le acompañaban como acusados Jesús Mustafá Felipe, Alexis Rodríguez Fernández, Leonel Grave de Peralta y Ricardo Enrique Silva Gual, los que, como él, se encontraban desocupados y sin integrarse a la vida social del país.
Según los documentos del Tribunal, todos los acusados «venían desempeñándose como mercenarios al servicio del gobierno de los. Estados Unidos de América, (…) «reciben cuantiosos recursos materiales y financieros suministrados por la administración norteamericana, a través de funcionarios y agentes en el exterior, como son Daniel González Casas, miembro de la Fundación Nacional Cubano Americana, Frank Hernández Trujillo, cabecilla del Grupo de Apoyo a la Disidencia, ambos connotados terroristas y enemigos abiertos de la Revolución cubana».
En el mismo juicio de comprobó el abastecimiento en recursos y dinero, recibidos por Ferrer y los otros inculpados por parte de la SIN y grupúsculos mafiosos de Miami como la FNCA. Quedó probado, asimismo, que Ferrer recibió varios miles de dólares, vía Western Union, de parte Daniel González Casas y de Frank Hernández Trujillo, radicados en Miami y vinculados a actividades terroristas y desestabilizadoras contra Cuba. Parte de ese dinero lo usó Ferrer para comprometer a otros ciudadanos en actividades antigubernamentales.
Quedó demostrado que Ferrer se dedicó a divulgar la propaganda enemiga de Radio Martí en su zona de residencia en Loma Blanca, Palmarito, Santiago de Cuba. De la misma manera divulgaron un centenar de falsas denuncias sobre supuestos atropellos ocurridos en la Isla, usando la misma fonía enemiga. Ferrer también fue el artífice de una provocación contrarrevolucionaria en el Santuario del Cobre, ocurrida el 8 de setiembre de 1999. Otro hecho provocativo lo realizó el 21 de enero del 2001 en La Salada, en Contramaestre, Santiago de Cuba, en unión de Leonel Grave de Peralta y Jesús Mustafá Felipe.
Igualmente se demostró que el 21 de enero del 2003 mantuvo un encuentro con el entonces jefe de La SINA, James Cason, donde reciben instrucciones, literatura subversiva, dinero y otros medios para realizar su actividad provocadora.
Luego de recibir una condena de 25 años de privación de libertad, José Daniel Ferrer García, ha mantenido una conducta agresiva dentro de las instituciones penitenciarias en las que ha estado recluido, a saber Kilo 8, en Camagüey; en una prisión de Guantánamo; El Típico, en Las Tunas; Aguadores, en Santiago de Cuba. Siempre ha seguido una conducta irrespetuosa hacia las reglas penitenciarias, provocando incidentes con otros detenidos. Este maltratador de mujeres, delincuente, desocupado y mercenario, fue nominado en el año 2011 para el Premio «El Tulipán de los Derechos Humanos», conferido por el gobierno de Holanda, copatrocinador de la actividad anticubana en la arena internacional.
El 20 de diciembre de 2010, ya excarcelado y con licencia extrapenal, luego de cumplir cerca de ocho años de su condena, Ferrer participó en una provocación mediática en Palma Soriano, siendo detenido durante varios días.
Si realmente hay que buscar un culpable de la muerte de Wilmar Villar, la opinión internacional ha de apuntar hacia su auspiciador José Daniel Ferrer, quien lo alentó y engañó con la falsa promesa de lograr su libertad mediante la traición. A ambos no solo los unió la traición a la Patria, sino su condición antisocial y ser abusadores violentos de mujeres.
No hay otro culpable.
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