«Soy amigo de Cuba en cualquier circunstancia y lo he sido siempre», dijo Saramago durante una conferencia en la Universidad de La Habana en la que quiso zanjar la polémica creada por sus declaraciones de hace dos años sobre el régimen cubano. Tras el encarcelamiento de 75 opositores y la ejecución de tres secuestradores de […]
«Soy amigo de Cuba en cualquier circunstancia y lo he sido siempre», dijo Saramago durante una conferencia en la Universidad de La Habana en la que quiso zanjar la polémica creada por sus declaraciones de hace dos años sobre el régimen cubano.
Tras el encarcelamiento de 75 opositores y la ejecución de tres secuestradores de una lancha, en la primavera de 2003, el escritor expresó duras críticas a esas sentencias.
En su primera visita a la isla tras esta declaración, Saramago explicó que sigue pensando que «los fusilamientos han sido un error y algunos de los disidentes encarcelados lo están por un delito de opinión, y la opinión no puede ser nunca un delito».
«Soy amigo de Cuba, pero como a los amigos, siempre le diré lo que pienso», añadió en presencia del ministro cubano de Cultura, Abel Prieto.
En su intervención en la Universidad de La Habana, Saramago criticó el estado de la democracia en occidente que, a su juicio, está «amputada, secuestrada», con gobiernos que se han convertido en instrumentos del poder económico.
«La democracia, tal como se disfraza, se corrompe, es una tomadura de pelo», afirmó el escritor, convencido de que el modelo democrático actual «limita el poder de los ciudadanos».
Atacó también la «corrupción» del concepto democrático de Estados Unidos que, dijo, «intenta exportar la democracia incluso por la fuerza».
El presidente George «Bush es una marioneta, un títere (…) y está entre el poder económico, las multinacionales y las transacciones financieras», denunció.
En su intervención hubo también espacio para hablar de literatura, porque Saramago ha prologado una edición para jóvenes de «El Quijote» por encargo del gobierno venezolano.
«El Quijote, no estaba loco, estaba aburrido de la vida que tenía, harto de la rutina y el conformismo», afirmó el autor de «Ensayo sobre la ceguera».
Saramago, de 82 años, llegó a Cuba esta semana y concluirá su visita el domingo, tras mantener un encuentro con intelectuales y presentar «El Evangelio según Jesucristo» en La Habana.
El escritor no viajaba a Cuba desde hace seis años, cuando asistió a un taller organizado por la «Casa de las Américas», institución con la que ha mantenido estrechos vínculos.
Saramago suscribió recientemente una carta dirigida al Gobierno de EEUU para pedir la extradición a Venezuela del anticastrista Luis Posada Carriles, acusado por Cuba de graves actos de terrorismo y reclamado por la justicia venezolana.