El viernes 1 de marzo de 2019, tuvo lugar el «debut» callejero de «Rebel.lió/Extinció Valencia», en la plaza de la Virgen. El grupo prodefensa del clima nació a partir de una asamblea que se celebró el 16 febrero de 2019 como eco del movimiento mundial anticambio climático «Extinctión//Rebellion». Se celebró la concentración con la alegría […]
El viernes 1 de marzo de 2019, tuvo lugar el «debut» callejero de «Rebel.lió/Extinció Valencia», en la plaza de la Virgen. El grupo prodefensa del clima nació a partir de una asamblea que se celebró el 16 febrero de 2019 como eco del movimiento mundial anticambio climático «Extinctión//Rebellion».
Se celebró la concentración con la alegría que da la vivacidad de quinceañeras y quinceañeros, aunque mayormente de quinceañeras. No fue numerosa, unos 300 manifestantes, pero no se puede pedir más a un movimiento tan incipiente, aunque sí estuvo bien cubierto por los medios de comunicación, llegó a aparecer este movimiento valenciano hasta en el telediario de Euronews en la mañana del 2 de marzo.
También estuvimos algunos maduritos o muy mayores, como yo mismo, pero éramos pocos. Será porque los mayores piensan, egoístamente, que por muy rápido que venga el colapso climático será cosa de varios decenios y a ellos no les tocará. Es triste que se pueda llegar a pensar esto. Aunque también es cierto que existen algunos mayores que por encima de su existencia o no (y pensando en cuando ellos ya no estén) sí aman a la madre tierra y a sus habitantes, jóvenes, adolescentes o recién nacidos. Sí, también existen los ancianos solidarios con la biosfera, sus jóvenes y sus generaciones futuras.
Este chispazo del movimiento de desobediencia civil «Extinction Rebellion«, surgió en la reciente cumbre del «Grupo de los 20» de Davos, a partir de una indignación juvenil, liderada por la sueca de 15 años Greta Thunberg. También hay quien llama a este movimiento el «15 M» (por la huelga general mundial de estudiantes convocada para el 15 de marzo de 2019) de forma parecida a como surgió el otro «15M» (el 15 de mayo de 2011) que se originó a partir de una previa manifestación juvenil en la plaza de Antón Martin de Madrid del movimiento denominado «Juventud sin futuro».
Y es que los adolescentes de hoy día son los que más intensamente van a sufrir el cambio climático si no hacemos algo urgente para evitar el colapso de la biosfera. Pues ya solo nos quedan 12 años para impedir que el proceso de este cambio climático no se haga mortífero e irreversible tal como se gritaba, con toda la razón, en esta concentración.
Tenemos que considerar que los adolescentes de hoy serán los hombres y mujeres del mañana. Pero serán unas personas adultas, que si no ponemos remedio urgente (insisto), además de ser una «generación sin futuro» también será una «generación sin atmosfera». Se verán obligadas a vivir de continuo con cámaras antigás, cámaras de protección contra los gases de efecto invernadero (GEI), si antes no han perecido todos por un «golpe de calor». Yo mismo tengo dos nietos que aún no han llegado a la adolescencia y estoy muy preocupado por su futuro.
Y la única forma de poner remedio urgente a este (ya encima) cambio climático será a base de comenzar a actuar con un «decrecimiento feliz«. Esto es, empezar a trabajar menos, esquilmar menos, producir menos, consumir menos y con todo esto contaminar menos y lograr vivir mejor. O al menos continuar seguir viviendo. Habrá que huir de este consumismo (que es una sinrazón) de pseudonecesidades. Y al fin, también habrá que considerar que mucha gente de la ciudad y de la industria, deberá pasar al campo para producir vida y comida sana y agroecológica.
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