«En una pelea entre dos elefantes quien pierde es la hierba». El acontecimiento más visible y trascendental que ha sacudido el escenario económico y político ecuatoriano en los últimos años ha sido la caducidad del contrato a la compañía norteamericana Occidental, que de carambola echó al basurero el Tratado de Libre Comercio con EEUU. Descontando […]
quien pierde es la hierba».
El acontecimiento más visible y trascendental que ha sacudido el escenario económico y político ecuatoriano en los últimos años ha sido la caducidad del contrato a la compañía norteamericana Occidental, que de carambola echó al basurero el Tratado de Libre Comercio con EEUU. Descontando la legalidad y acierto soberano en la salida de Oxy, es necesario preguntarnos ¿quién, a más del Estado, se benefició o pretende beneficiarse de la salida de la petrolera gringa? Suele decirse que cuando alguien muere hay que preguntar a quien sirve el muerto, esta expresión es precisa para ilustrar algunos acontecimientos, teniendo como telón de fondo la larga disputa entre EEUU y Brasil por la hegemonía económica de América del Sur y el control de los recursos naturales de la cuenca amazónica.
Una aproximación a la estrategia de expansión de Brasil en la región, se evidencia en las pretensiones de PETROBRAS de controlar las reservas de petróleo y recursos de biodiversidad dentro del Parque Nacional Yasuní, donde se ubica el proyecto más grande de crudos pesados de Ecuador (ITT). Las intenciones de operar el bloque 15 recuperado, la continuidad de la operación en el Bloque 18 pese a existir un pedido de caducidad contractual, así como el anuncio del Presidente Rafael Correa de iniciar la explotación del ITT, podrían echar luces sobre el tema.
El nuevo imperio y su estrategia
Para Brasil la ocupación de la Amazonia juega un papel similar, salvando algunas diferencias, a lo hecho por Estados Unidos en la sangrienta expansión hacia la costa del Pacífico, conocida como la conquista del oeste. Según Severino Bezerra Cabral, de la Escuela Superior de Guerra, el dominio de Brasil sobre la cuenca amazónica «constituye una alta maniobra geopolítica que, si se realiza con éxito, elevará al país a la condición de uno de los dos megaestados del siglo XXI». Esta estrategia geopolítica es bastante vieja y es parte del Sistema de Vigilancia de la Amazonia (SIVAM), y definida claramente por uno de los más ardientes estrategas geopolíticos brasileros, el Barón de Río Branco, hace más de un siglo: «Brasil no debe quedarse en la obra hecha, sino que debe llegar hegemónicamente al Pacífico».
Cien años después de esas expresiones, el ex metalúrgico Luiz Ignacio Lula Da Silva, Presidente de Brasil, intenta materializar la estrategia a costa de todo. Aunque las acciones militares no se visibilicen todavía en la agenda próxima, otros instrumentos, como la ocupación de países a través de empresas y préstamos económicos a los gobiernos están en marcha en la región y en Ecuador en particular. En el sendero de convertir a Brasil en una potencia, Petrobrás es sin duda el símbolo de la expansión, aunque hay otras empresas que acompañan la estrategia, no necesariamente estatales o mixtas, en su mayoría son privadas: Odebrech, Andrade Gutiérrez, entre otras.
Una de las herramientas para lograr ese objetivo es construir corredores de salida al Océano Pacífico. Uno de ellos, sino es el principal y que le permitirá a Brasil acceder a un gran puerto en el Océano Pacífico, es el eje multimodal Manaos-Manta. Se trata de una importante vía de movilización de mercancías que le garantizará a la burguesía brasileña llegar hasta el Puerto de Manta, para avanzar en su anhelo de lograr una posición dominante en el subcontinente.
Entre los objetivos estratégicos del régimen de Lula para el primer decenio del presente siglo, se contemplan proyectos de inversión de Petrobras por US$ 56.400 millones, de los cuales cerca de US$ 15.000 millones son parte de la estrategia de control de la región, según el periódico O Globo. En el 2006 se experimentó un incremento del 40% de las «inversiones» de Petrobrás en América del Sur.
Petrobrás y otras compañías brasileñas se respaldan en el poderoso Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), que como recuerda Raúl Zibechi, es la «espada bolivariana de Lula». «El gobierno brasileño encontró en el BNDES el instrumento para construir la integración física» que será la base de la Comunidad Sudamericana de Naciones». Con un presupuesto mayor a los USD 30 mil millones, supera la capacidad monetaria del propio Banco Mundial. El BNDES financia los grandes proyectos que se levantan en América del Sur y que son parte de la Iniciativa para la Integración de la Infraestructura Regional Sudamericana , IIRSA, el cerebro de la Comunidad Sudamericana de Naciones. En esa dirección Lula ya materializó préstamos por 5 mil millones de dólares a casi todos los países de la región, entre los que cuentan créditos a Ecuador.
El verdadero rostro de Petrobrás
La petrolera fundada el año 1954 durante el gobierno de Getulio Vargas, bajo la consigna nacionalista «El petróleo es nuestro», con el paso de los años y sometida al modelo neoliberal, acabó muy lejos de sus objetivos de empresa estatal representante del sentimiento e interés del pueblo brasilero. La participación del Estado en Petrobrás es minoritaria, controla directamente sólo el 32.2% de las acciones y 7.6% a través del BNDES, mientras el 57.5% pertenece a grandes y pequeños capitalistas en su mayoría extranjeros. Aunque el gobierno diga controlar las llamadas acciones ordinarias y de obtener mayoría en el directorio de la empresa, ésta se mueve por una lógica eminentemente extractivista y de acumulación de capital.
En Bolivia, hasta antes de la redefinición contractual impulsada por el Gobierno de Evo Morales, Petrobrás tenía el 45,9% de las reservas probadas y probables de gas y el 39,5% de las reservas de petróleo y un dominio en toda la cadena: producción, transporte, refinación y comercialización de hidrocarburos hacia Brasil y Argentina.
De acuerdo con un estudio del investigador Raúl Zibechi, del Semanario Brecha de Montevideo, Petrobrás: «es la principal empresa de Brasil, la segunda productora de petróleo en Argentina, la primera de gas en Bolivia y la tercera mayor compañía industrial de América Latina. Se sitúa entre las doce principales empresas petroleras del mundo y en 2004 estuvo en el duodécimo lugar en cuanto a ganancias, por encima de Coca Cola y JP Morgan Chase, y apenas por debajo de Microsoft y Chevron Texaco14, lo que la sitúa como una de las empresas más rentables del mundo.
Entre 1984 y 1993 fue la segunda en el mundo en cuanto a volumen de descubrimiento de petróleo, luego de la venezolana PDVSA. En 1994 batió el récord mundial de explotación de petróleo en aguas profundas al superar los mil metros bajo el nivel del mar y es la primera en perforaciones submarinas (su especialidad) con 180 pozos, frente a 55 de Shell, 17 de Texaco y 10 de Esso15. En 2004 sus ingresos fueron de 43,000 millones de dólares, tenía 13,821 pozos en producción (665 marítimos) 30 mil kilómetros de oleoductos, 509 buques (45 en propiedad), 16 refinerías y su producción actualmente alcanza los dos millones de barriles diarios. Las inversiones de Petrobrás en América del Sur son impresionantes y crecen a un ritmo vertiginoso. En Bolivia, desde 1996 invirtió 1.600 millones de dólares, controla los dos principales yacimientos de gas y el 20% de los puestos de venta de gasolina. El gasoducto de Tarija a Rio Grande do Sul, de 430 kilómetros , le asegura a Brasil 23 millones de metros cúbicos de gas diarios de los que dependen 2.200 industrias del país. Brasil controla el 20% de PIB de Bolivia, ya que además del gas y la soja, el Banco do Brasil registra en ese país ganancias de 700 millones de dólares anuales. Asimismo, grandes empresas constructores como Odebrecht han ganado licitaciones con contratos superiores a los 330 millones de dólares. En Argentina Petrobrás compró en 2002 el 58% de Pérez Companc, la mayor empresa independiente de petróleo de América Latina, en 1.027 millones de dólares. Compró además Petrolera Santa Fe, la compañía de gas Mega en 715 millones de dólares y tiene tres refinerías de petróleo. Entre 2004 y 2007 Petrobrás invertirá 1.500 millones de dólares en Argentina, en exploración y producción de gas y petróleo, y sus inversiones anuales sólo están siendo superadas por Repsol y Pan American Energy. Como Pérez Companc operaba también en Venezuela, Bolivia, Perú y Ecuador, la compra de esa empresa -además de situarla como segundo productor de petróleo en Argentina- la llevó a aumentar sus negocios en todo el continente.»
En Ecuador Petrobrás es contratista de los bloques 18 y 31 y socia del Oleoducto de Crudos Pesados OCP. Su presencia lo ha logrado no a través de licitaciones públicas, sino adquiriendo en forma ilegal derechos y obligaciones sobre las mencionadas áreas a través de la compra de acciones a Pérez Companc en el año 2002, sin autorización ministerial, como se revela en el Informe de la Comisión de Control Cívico de la Corrupción y en el artículo de prensa » La Patria no es la bolsa de valores» www.asambleaconstituyente.ec, en el cual se anota: «PETROBRAS opera el Bloque 18 y el Campo adyacente Palo Azul, en la Región Amazónica Ecuatoriana , en forma ilegal y provocando millonarios perjuicios económicos al Estado, al haber comprado hace 4 años las acciones de PECOM ENERGIA, equivalentes al 70% de derechos en el Bloque 18, sin autorización del Ministerio de Energía y Minas, y más grave aún, al haber firmado un CONVENIO de venta del 40% de participación con la compañía japonesa TEIKOKU OIL el 24 de enero de 2005 en Buenos Aires, sin tener ningún derecho contractual sobre las citadas áreas petroleras. PETROBRAS comparte la operación con CAYMAN y PETROMANABI, esta última compañía de los prófugos de la justicia ecuatoriana, Isaías Dasum, ex propietarios de Filanbanco, entidad financiera quebrada fraudulentamente en 1999.»
El campo Palo Azul, arrebatado ilegalmente a Petroecuador bajo la figura no probada de campo unificado, produce 34 mil barriles diarios, mientras el Bloque 18, área original del contrato de Participación, apenas produce 400 barriles día, es decir no es comercial y de acuerdo con la Ley de Hidrocarburos, Art. 24 debía ser revertido al Estado. Las inversiones para el Bloque 18 y Palo Azul se estimaron en 230 millones de dólares, los cuales pudieron ser cubiertos por la empresa estatal Petroecuador con menos de 6 meses de producción de su propio campo, no se diga para 20 años como se hizo con Petrobrás.
Siguiendo la misma práctica extractivista y contaminante de cualquier transnacional, la empresa brasilera sobreexplota el yacimiento hollín del Campo Palo Azul, produciendo 34 mil barriles día, casi el doble de lo establecido en el Plan de Desarrollo, generando altos volúmenes de agua de formación, que en el año 2006 alcanzó más de 8 millones de barriles de agua tóxica, que contamina el ambiente y está afectando gravemente a la población del sector, como revela un estudio de la organización ambientalista Acción Ecológica.
Pese a ser el 100% del Campo Palo Azul de Petroecuador, Petrobrás se lleva el 50% de participación, unos 17 mil barriles día, un millón de dólares diarios. ¿Eso se llama inversión productiva, reducción de asimetrías, integración regional, impulso al multilaleralismo o solidaridad entre pueblos? ¿Cómo se llama el quitarle el pan, el derecho al alfabeto y a un mínimo de felicidad a un pueblo empobrecido como el ecuatoriano donde más del 50% de su gente sobrevive con un dólar diario?; eso, estimados ideólogos del sur se llama robo, crimen contra la humanidad, es reeditar las mismas atrocidades hechas por las transnacionales gringas, francesas o inglesas.
La lógica del capital transnacional consiste en maximizar las ganancias, no en potenciar a un Estado nacional y, menos aún, en afirmar el multilateralismo como designan algunos optimistas que hoy miran al sur, A ellos hay que recordarles que el Estado no es más que un instrumento de la clase que lo sostiene y permite sostenerse. En esa línea, la burguesía brasilera utiliza a su Estado para conseguir los objetivos económicos expansionistas. Los últimos gobiernos, sean abiertamente neoliberales o maquillados de progresistas, sean dirigidos por magnates petroleros o dirigentes sindicales, cumplen al pie de la letra, con más verbos o menos adjetivos, la estrategia capitalista. Por ejemplo, cada vez que Petrobrás tiene conflictos en algún país sudamericano…el gobierno presiona. Eso pasó durante el Plebiscito en Bolivia en el régimen de Carlos Mesa. La ingerencia de Lula fue decisiva para doblegar los intereses de las organizaciones sociales que pugnaban por sustanciales reformas en materia de hidrocarburos. Los acuerdos suscritos por Mesa y Lula estuvieron orientados a defender los intereses de Petrobrás. Recientemente, frente a la soberana decisión del Gobierno de Evo Morales de nacionalizar los hidrocarburos en Bolivia, el canciller Amorín sacó tarjeta roja: «Vamos a defender a Petrobrás como defendemos a nuestra selección de fútbol», dijo.
En Ecuador la caída de Lucio Gutiérrez no gustó en nada al imperio del Sur, el columnista de Folha de Sao Paulo, Janio de Freitas, escribió que la crisis en Ecuador fue un buen ejemplo de los peligros que acechan a la diplomacia brasileña. «Brasil se sintió contrariado con la destitución de Lucio Gutiérrez, que demostraba simpatías especiales por el gobierno de Lula» y aseguró que la inteligencia de su país no hubiera permanecido neutral. Lula tenía suficientes razones para llorar la desgracia de Gutiérrez, el régimen del coronel legalizó la ilegal compra de acciones de Petrobrás a Pérez Companc en el bloque 31, sin autorización Ministerial, autorizó la construcción de aeropuerto del Tena a Odebrech, impulsó el eje Manta-Manaos y le concedió la licencia ambiental para operar dentro del Parque Nacional Yasuní a Petrobrás. Por coincidencia o no, fue el último Presidente de Petroecuador de Gutiérrez quien dejó elaborado el informe de caducidad de Occidental.
El año 2005, en el gobierno interino de Palacio se produce la suspensión temporal de las actividades de Petrobrás en el Bloque 31 (Parque Nacional Yasuní), como respuesta a las presiones nacionales y extranjeras de grupos sociales y ambientalistas, lo cual provocó la inmediata reacción de Lula y su aparato diplomático de presión. El 16 de agosto del 2005, el canciller Celso Amorín viajó a Quito para «analizar temas de integración regional y la presencia de la petrolera Petrobrás en la Amazonia ecuatoriana», antes, el propio Presidente Lula en una misiva al Presidente Palacio, advirtió: «Deseo manifestar a vuestra excelencia mi preocupación por la reciente decisión del gobierno de suspender las actividades de Petrobrás en el bloque 31, hecho que pone en riesgo el propio futuro del proyecto».
Brasil aprendió bien la lección del sometimiento imperial, endeudar al pobre para mantenerlo dependiente. Según se conoce, en el gobierno de Alfredo Palacio, a cambio de la legalización de la transferencia de derechos y obligaciones de Petrobrás a Teikoku, en los bloques 18 y 31, así como la aprobación de la Licencia Ambiental que le permita operar dentro del Parque Yasuní, Lula materializó las ofertas hechas antes a Gutiérrez, como son varios préstamos para importantes obras, entre los que cuentan: US$ 190 millones de dólares para un proyecto hidroeléctrico, US$ 70 millones de dólares para la construcción del aeropuerto del Tena, créditos para construir la autopista Quito- Guayaquil , la venta de aviones de Embraer a TAME y la de medicamentos genéricos a bajo precio a Brasil.
La respuesta del régimen de Palacio se produjo al caer la tarde del 12 de enero de 2007, mientras desocupaba el despacho, el Ministro de Energía, Iván Rodríguez , el mismo que sentenció la caducidad de Occidental, por la ilegal transferencia de derechos y obligaciones a AEC, legalizaba la ilegal transferencia de derechos de los bloques 18 y 31 de Petrobrás a Teikoku, dos años después de que Petrobrás suscribiera un Acuerdo ilegal de venta de acciones a Teikoku, sin autorización Ministerial. Este hecho constituye un grave antecedente jurídico frente a la demanda de Occidental en contra del Estado ¿No dicen que la Ley es para todos?
La disputa del ITT
La principal reserva de crudo pesado del Ecuador se encuentra en el Proyecto Ishpingo, Tambococha, Tiputini (ITT) con 960 millones de barriles (US$ 60 mil millones). Junto a éste, sujetándole como tenazas, está por la parte norte el Bloque 15 y el campo unificado Edén Yuturi, recuperados a OXY y más al sur el Bloque 31 de Petrobrás, ambos bloques dentro del Parque Nacional Yasuní, una de las más importantes reservas de biodiversidad del planeta, territorio ancestral del pueblo huaorani y al menos de dos etnias no contactadas: los tagaeri y los taromenane. El área del Yasuní es una zona intangible, sin embargo de lo cual varios gobiernos autorizaron en forma ilegal la operación de compañías petroleras: Repsol-YPF en el Bloque 16, Petrobrás en el 31 y ahora se anuncia la explotación del ITT.
Occidental y el ITT
Occidental poseía enormes ventajas sobre cualquier otra compañía que aspirara a ganar la «licitación» para la explotación del Proyecto Ishpingo-Tambococha – Tiputini. El hecho de poseer el único oleoducto para evacuar el crudo del ITT y del bloque 31, vías de acceso, generación eléctrica, almacenamiento de crudo y otras facilidades de producción, lo ponían en posición privilegiada. Difícilmente alguna compañía podía competir económicamente con OXY por las consideraciones expuestas. En Petroecuador, la petrolera norteamericana tenía adelantadas negociaciones y proyectos de operación de la estructura desde hace varios años.
¿Por qué y quién decidió que sea el contrato de Occidental el primer caducado, si no es el único, y por qué en esa coyuntura? si otras compañías se encontraban y encuentran involucradas en casos similares de nulidad o caducidad contractual, operando al margen de la Ley y provocando terribles perjuicios económicos y socio ambientales en la región amazónica ecuatoriana? Recordemos que la principal causal de caducidad de la compañía norteamericana, la transferencia parcial de derechos a AEC en el bloque 15 sin autorización ministerial, se produjo el año 2000 y el fallo ministerial de caducidad se ejecutó recién 6 años después cuando la compañía había explotado y sobreexplotado los yacimientos sin ningún control?.
La situación de YPF-Repsol, City o Petrobrás son igualmente lesivas al interés nacional, el caso de la compañía brasilera es aún más grave que el de Occidental, como se desprende de varios pronunciamientos de Petroecuador de los años 2004 y 2005 que cuestionan el proceso de cesión de derechos de Perez Companc a Petrobrás, y como establece el informe de la Comisión Anticorrupción del año 2002 (4 años antes de la caducidad de OXY) en el cual se solicitó la nulidad o caducidad del contrato del Bloque 18 y la reversión del campo «unificado» Palo Azul a Petroecuador, por una cadena de ilegalidades cometidas desde 1997.
¿Qué pretendía Lucio Gutiérrez al haber dispuesto a Petroecuador elaborar el informe de caducidad del contrato de Occidental en circunstancias que se negociaba el TLC con EEUU?, ¿por qué simultáneamente el ministro de Energía, Eduardo López , «legalizaba» la ilegal cesión de derechos de Pérez Companc a Petrobrás, 2 años después de que sin autorización ministerial la compañía argentina vendió las acciones a la empresa brasilera? ¿Por qué el Ministerio del Ambiente aprobó una cuestionada licencia ambiental para operar dentro del Parque Yasuní? ¿Por qué autorizó la construcción del aeropuerto del Tena con Odebrech? ¿Cuál fue el gobierno que abrió su embajada y le concedió asilo político al coronel en su huída?
Con el advenimiento del régimen interino de Alfredo Palacio continuó la resistencia social al Tratado de Libre Comercio TLC con EEUU y en contra de OXY hasta lograr la caducidad. La salida de Occidental significó el fin del TLC con EEUU, entre tanto desde el sur, Brasil movía la diplomacia y la «espada bolivariana» del BNDES ofertando créditos, advertencias, «inversiones», Mercosur, etc, todo a cambio de lograr los objetivos de Brasil y su emblema nacional, Petrobrás.
Tras la caída de OXY en el Ministerio de Energía y Petroecuador se han empezado a construir escenarios y criterios técnicos, operativos y ambientales de que sería conveniente que la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní sea manejada como un proyecto integrado, una sola política socio ambiental y obviamente una sola empresa, toda vez que se trata de un área protegida donde cohabitan algunos pueblos no contactados. ¿Cuál es esa compañía? Todo indica que será Petrobrás, pues al ser operadora del bloque 31 cuenta con una auténtica cabeza de playa dentro del Yasuní. Esos análisis económicos y ambientales de reducción de costos e impactos por la operación de una sola compañía en el sector, posiblemente darán sustento a los artífices de esta maniobra manejada desde el sur.
La salida de Occidental del bloque 15 dejó abierta la trocha a Petrobrás, no solo para el control del ITT, sino incluso para llevarse la operación el Bloque 15, administrado deliberadamente fuera de Petroecuador, bajo la figura tramposa de Administración Temporal, para luego de resuelta la demanda de OXY en el CIADI, integrarlo a la operación del ITT y del Bloque 31 como un mega proyecto. Todas las fichas encajan en este rompecabezas, hasta la designación del neoliberal Wilson Pastor , como gerente del Bloque 15, un ferviente defensor e impulsor de Petrobrás en Ecuador, como se puede apreciar en sus declaraciones de prensa: «Wilson Pástor, analista petrolero, cree que… Para este bloque (ITT), ubicado junto al Parque Nacional Yasuní y el bloque 31, en operación de Petrobrás, «se sugiere una estrategia de negocios que minimice el impacto ambiental trabajando en conjunto Petrobrás y Petroecuador». Y añadió que los presidentes de Brasil, Lula da Silva, y de Ecuador, Rafael Correa, se comprometieron a desarrollar este bloque petrolero. Como se podrá colegir, la petrolera brasilera tenía suficientes razones para festejar la salida de OXY e incluso para pagar la orquesta y a algunos directores.
Petrobrás compra el silencio
Petrobrás compra el silencio de actores sociales y políticos, incluso de los más radicales. En su país, en el régimen de Lula, la petrolera financia eventos deportivos, sociales, políticos y culturales, auspicia publicaciones de líderes radicales de izquierda y hasta apoyó económicamente al propio Foro Social Mundial, un espacio de resistencia a la globalización neoliberal y de oposición a las transnacionales. El año 2005 la petrolera «invirtió» más de 110 millones de dólares en actividades culturales, se cree que el año 2006 las cifras casi se duplicaron. Así Petrobrás ha refinado el silencio de una parte de la izquierda brasilera y de América Latina.
El aceite compra todo, no sólo que la publicidad de Petrobrás decora los principales medios de información de Ecuador, Argentina, Bolivia y Brasil, sino que hasta hizo resbalar a un periodista del principal diario de Quito, quien denunciara los peligros ambientales de la operación de Petrobrás en el Parque Nacional Yasuní. Hoy el comunicador es el relacionador público de la transnacional.
Los cuestionamientos a la operación de Petrobrás en el Bloque 18 y 31, ha enfrentado un auténtico cerco informativo, rubricado también por el silencio de varios líderes sociales y políticos autocalificados de «nacionalistas» que se negaron a suscribir el pedido de caducidad del contrato del Bloque 18. Esos mismos ciudadanos que lideraron la justa lucha por la salida de Occidental, hoy sospechosamente protegen a Petrobrás e incluso la presentan como un modelo de gestión para PETROECUADOR.
Hay que honrar la palabra
El gobierno del Presidente Correa ha anunciado que no habrá moratoria petrolera y que se desarrollará el eje Ishpingo, Tambococha, Tiputini, el cual, según sus declaraciones, generaría US$ 1.500 millones anuales, para ello se mostró partidario de utilizar tecnologías de punta, que minimicen los impactos, Según declaraciones de prensa y versiones de funcionarios del régimen se analiza una posible alianza con Petrobras. Lo que no se ha precisado es que para que entre en operación el proyecto se requiere mínimo 7 u 8 años y tampoco ha explicado de dónde saldrá la plata en ese lapso. Hay que hacer lo que se dice, lo que se ofreció y convenció al pueblo, primero honrar la palabra, curar las heridas de1 siglo de saqueo petrolero, sanear los contratos, renegociar los que haya que renegociar, caducar los que haya que caducar y lograr una mayor participación del Estado en la renta petrolera, ahí encontrará no solo US$ 1.500 millones de dólares, a lo mejor se puede triplicar la cifra. Luego de ello impulsar un diálogo nacional con todos los actores, principalmente con los pueblos amazónicos y levantar estudios integrales que revelen la conveniencia o no de explotar el ITT poniendo en serio riesgo una de las últimas reservas de biodiversidad del mundo.
Aún hay esperanza de que el Presidente Correa y el ministro Acosta, luego de liberar a Petroecuador de las mafias que siguen enquistadas en los más altos puestos de dirección, avancen con las transformaciones reales ofrecidas en campaña. Aceptar la solidaridad de Venezuela está bien, pero hay que poner en orden la casa, para ello habría que contagiarse un poco de la humildad y valentía de Evo Morales, él con su pueblo, un puñado de soldados y una bandera que decía NACIONALIZADO, tomó el control del más grande complejo hidrocarburífero de Petrobrás, los sentó a negociar y cambió el curso del río de las ganancias, el 20-80 se transformó en 80-20. Luego de hacer así las cosas vamos a rasgar la guitarra con las canciones protestas del 70, entonces volverá la Patria, de lo contrario se les romperá la cuerda.
Fernando Villavicencio V. [email protected],
Movimiento Gente Común