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Las campañas de descrédito contra Cuba y la victoria de Girón

La batalla de las mentiras

Fuentes: Granma

La victoria en Playa Girón, el 19 de abril de 1961, marcó la primera gran derrota del imperialismo norteamericano en América Latina y, también, la primera vez en la historia que un gobierno de Estados Unidos tuvo que pagar una indemnización de guerra por los daños ocasionados en la agresión. Mil ciento trece invasores fueron […]

La victoria en Playa Girón, el 19 de abril de 1961, marcó la primera gran derrota del imperialismo norteamericano en América Latina y, también, la primera vez en la historia que un gobierno de Estados Unidos tuvo que pagar una indemnización de guerra por los daños ocasionados en la agresión.

Mil ciento trece invasores fueron capturados. Los mercenarios prisioneros de guerra, tras el ejemplar proceso judicial celebrado de manera pública, quedaron en prisión 613 días con sus noches, desde aquellos días de abril hasta el 23 de diciembre de 1962 cuando, iniciado el pago de la indemnización, partieron rumbo a los Estados Unidos.

Sin embargo, a pesar de la derrota norteamericana, sus grandes medios de comunicación trataron de hacer creer al mundo, otra batalla y otros resultados.

El 16 de abril de 1961, en la despedida del duelo de los caídos por el despiadado bombardeo a varios puntos de La Habana y de Santiago de Cuba, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, dijo que iba a mostrar cómo actuaban los imperialistas. Y de inmediato presentó las pruebas de los crímenes y de las calumnias. La agresión fue acompañada de una gran campaña mediática. Los medios de prensa trataron de hacer creer que esos bombardeos fueron hechos por pilotos cubanos que abandonaban el país. Miles de periódicos y de estaciones de radio y de televisión transmitieron al mundo esa mentira.

Para demostrarlo, el jefe de la Revolución leyó el contenido de uno de aquellos cables, que el gobierno de Estados Unidos emitió:

Cable de la UPI: «Miami, abril 15. Pilotos cubanos que escaparon de la fuerza aérea de Fidel Castro, aterrizaron hoy en Florida con bombarderos de la Segunda Guerra Mundial, tras haber volado instalaciones militares cubanas para vengar la traición de un cobarde entre ellos».

Uno de los supuestos pilotos alardeó diciendo que «desde hacía meses quería escapar de la Cuba de Castro». Y que él, y los otros dos pilotos, resolvieron darle una lección con el bombardeo y ametrallamiento de las instalaciones de las bases aéreas en su camino hacia la libertad.

Las falacias muy pronto fueron desenmascaradas, eran tan burdas que no engañaban a nadie y se probó que fue la CIA quien orquestó toda la operación.

El 17 de abril se inicia la invasión mercenaria por la bahía de Cochinos y comienza la batalla. Entonces, los cables de las agencias norteamericanas trajeron las noticias de una batalla que nunca existió.

En resumen, esos cables difundían mentiras tales como que los invasores desembarcaron en cuatro de las seis provincias del país; que el 17 de abril, Santiago de Cuba podía estar ya en manos de los invasores y que los milicianos, así como el ejército y la marina, se habían unido a los invasores; que la mayor parte de la milicia de 400 000 hombres reclutada por Fidel ya ha desertado y la batalla decisiva se realizaría dentro de unas horas.

Pero veamos textualmente algunos de esos cables:

Nueva York, abril 17. (UPI).- Las fuerzas invasoras han ocupado la ciudad de Pinar del Río, capital de la provincia del mismo nombre. La invasión de las provincias de Matanzas y Santiago (¿?) está progresando favorablemente.

Miami, abril 17. (AP).- La Isla de Pinos fue tomada por los rebeldes y 10 000 prisioneros políticos fueron puestos en libertad y se plegaron a la rebelión.

México, abril 17. (UPI).- El Primer Ministro Fidel Castro se ha dado a la fuga y su hermano Raúl fue capturado. El general Lázaro Cárdenas gestiona el asilo político de Fidel.

Miami, abril 17. (AP).- Se tienen informaciones de que se lucha en las calles de La Habana.

México, abril 18. (UPI).- El lujoso Hotel «Habana Libre», en la capital cubana, quedó totalmente destrozado después de un ataque aéreo a La Habana.

Miami, abril 18. (UPI).- Fuerzas invasoras aislaron hoy el puerto de Bayamo en la costa Sur de la provincia de Oriente.

Miami, abril 20. (UPI).- El Primer Ministro ha sido incapacitado por los bombardeos de los aviones el lunes pasado, con un colapso físico y tal vez mental. Se está tratando de mejorarlo.

Dejemos la respuesta de esas falsas y burdas informaciones a José A. Pérez San Román, jefe de la Brigada invasora 2506, quien desde prisión, el 10 de mayo de 1961, escribiera una carta que en una de sus partes dice:

Esa misma propaganda, disfrazada de agencia noticiosa, es la que decía que aviones del Gobierno, de las FAR, ametrallaron sus propias pistas, cuando ellos y nosotros sabíamos que habían sido los nuestros. Esa misma propaganda deshonesta, carente de escrúpulos, es la que gritaba que nuestras fuerzas avanzaban sobre La Habana, cuando la realidad era que nos retirábamos ¡huíamos! Sí, asqueados de la vida y de los hombres: ¿Dónde está lo bueno? sí ¡peleábamos contra lo malo y, ahora comprendíamos! ¡Veníamos también con lo malo! ¿Dónde estaba lo bueno? No podían ser los que auspiciaban propaganda tan cochina. Pero no por eso retrocedíamos, esas son consideraciones que nos asaltan cuando la mente y el músculo no se encuentran trabajando a toda máquina y se da paso a la conciencia, a los principios, a la moral, a lo bueno que todavía algunos hombres tienen. En ese momento cuando hablaba radio Swan, «Faro y Guía de la Libertad Cubana», el músculo y cerebro nuestros trabajaban a todo tren pues nos retirábamos, nos encogíamos sobre nosotros mismos, huíamos si es que la palabra gusta más. Y es que teníamos que retirarnos porque éramos sólo 1 400 imbéciles peleando, mientras muchos, muchos vivos esperaban pacientemente que les sacáramos las castañas del fuego.

Mientras esperaban, hablaban mentiras y sandeces por radio Swan, o jugaban canasta en Miami Beach o charlaban en el bar con la «girl friend», o se atrevían, desde la Base de Apoyo, enviarme a mí, Jefe de las Fuerzas a punto de ser derrotadas, mensajes de felicitación por los éxitos obtenidos y los que se avecinaban, aún después de recibir mis mensajes sobre la situación desesperada. ¡Pero es que hasta a nosotros los de adentro del ring! ¿Pensaban engañarnos levantándonos el brazo victorioso cuando ya estábamos tumbados, «noqueados» sobre la lona del cuadrilátero? ¿Hasta dónde pensaban llevar su propaganda?»

Nuevas calumnias surgieron para ocultar la realidad de los hechos, cuando un mes después de la invasión, el 17 de mayo de 1961, el Comandante en Jefe expuso la idea de dar la libertad a los prisioneros después del pago de una indemnización por los daños ocasionados a nuestro país con la invasión mercenaria. Este concepto de indemnización fue tergiversado por el de canje. En todo momento, el Comandante en Jefe mantuvo la propuesta de indemnización material (entregas de compotas y tractores), pues solo se entendía el canje si era entre personas. Cuba estaba dispuesta a canjear a los invasores por un número igual de presos políticos puertorriqueños, nicaragüenses, guatemaltecos, norteamericanos y españoles antifascistas condenados por hechos políticos.

Después de iniciar el pago de la indemnización (que luego los yankis no completaron), los mercenarios partieron hacia Estados Unidos el 23 de diciembre de 1962. Seis días más tarde, en un estadio de Miami, el presidente John F. Kennedy pasó revista a la Brigada derrotada. Uno de los mercenarios con desfachatez inaudita hizo entrega de una bandera cubana, que dijo haber conservado todo el tiempo en prisión.

La respuesta del presidente norteamericano fue increíble. Veamos algunos párrafos:

«Quiero expresar mi profundo agradecimiento a la brigada por hacer a los Estados Unidos los custodios de esta bandera. Yo puedo asegurarles que esta bandera le será devuelta a esta brigada en una Habana libre. Me pregunto si el señor Miranda, que conservó esta bandera a través de los últimos veinte meses, podrá dar un paso adelante para que podamos conocerlo». Y luego expresó: «Yo quería conocer a quién debo devolverla. Todos ustedes, miembros de la brigada y miembros de sus familias, están siguiendo un camino histórico, un camino que ha sido seguido por otros cubanos en otras épocas y también por otros patriotas de nuestro hemisferio en otros años: Martí, Bolívar, O’Higgins, todos los cuales pelearon por la libertad, muchos de los cuales fueron derrotados, muchos de los cuales fueron al exilio y todos los cuales volvieron a sus patrias».

Acerca de este acontecimiento, Fidel expresaría:

«En primer lugar, la historia de la bandera es una mentira completa. Todo el mundo sabe que estos mercenarios, que vinieron aquí disfrazados de «gusanos de seda», como dice el pueblo, con uniforme de camuflaje del ejército americano, fueron total y absolutamente copados. Pero no solo eso: todo el mundo sabe que dejaron hasta la ropa interior, y ahora han inventado la historieta de que uno escapó y se llevó la bandera entre la ropa, y esa es la bandera que le entregaron a Kennedy.

Esas fueron algunas de sus mentiras. Nuestras verdades están en los hechos».

También el Jefe de la Revolución explicaría el 2 de enero de 1963:

«Ellos lo llaman rescate. Pero a nosotros no nos importa cómo lo llamen. El hecho es que tuvieron que aceptar el pago de la indemnización y que por primera vez, por primera vez en su historia, el imperialismo paga una indemnización de guerra.

¿Por qué la pagó? Porque fue derrotado, porque en Playa Girón sufrió su primera gran derrota en la América Latina.

¿Cómo se comportaron los mercenarios? Como tenían que comportarse: como ratas, según ha dicho un hombre de pueblo.

Todo el mundo los vio por televisión. No hubo uno solo que no dijera que se había equivocado, que creía que la Milicia se les uniría, que el ejército no pelearía. No hubo uno solo que no creyera que fuese un paseo militar. Y luego lucían ante las cámaras de televisión como «Magdalenas arrepentidas». En prisión escribieron sus principales jefes, largas, interminables cartas de arrepentimiento, que el pueblo conoce.

Y en cuanto a los mercenarios que dicen que vuelven, y en cuanto a los alientos que el señor Kennedy quiso darles, solo vamos a decirle que si quiere financiar el desarrollo económico de la Revolución socialista de Cuba, que siga mandando expediciones como estas».

El gobierno de Estados Unidos hasta hoy siempre ha intentado ganar con las mentiras, pero Cuba, a la corta o a la larga, siempre gana con la verdad. Girón, hace 49 años, es la demostración. Dígase lo que se diga, a partir de Girón todos los pueblos de América fueron un poco más libres.