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La Campaña Nacional de Alfabetización (V)

Fuentes: Rebelión

El inicio de 1961 En 1961, en pleno despegue de la Campaña Nacional de Alfabetización, el nuevo presidente de Estados Unidos John F. Kennedy (1917-1963), da vía libre a los planes agresivos contra Cuba. En el ámbito interno la contrarrevolución arreciaría sus actividades terroristas, en particular dirige sus acciones criminales contra los jóvenes maestros. El […]

El inicio de 1961

En 1961, en pleno despegue de la Campaña Nacional de Alfabetización, el nuevo presidente de Estados Unidos John F. Kennedy (1917-1963), da vía libre a los planes agresivos contra Cuba. En el ámbito interno la contrarrevolución arreciaría sus actividades terroristas, en particular dirige sus acciones criminales contra los jóvenes maestros.

El asesinato del joven maestro voluntario de 19 años Conrado Benítez García (1942-1961) en el Escambray el 5 de enero fue el primer crimen asestado contra el «Año de la Educación» y la naciente Campaña Nacional de Alfabetizacióni. Fidel deslinda el trasfondo clasista y racista de los hechos: «Era pobre, era negro y era maestro. He ahí las tres razones por las cuales los agentes del imperialismo lo asesinaron; era joven, era negro, era maestro, era pobre y era obrero. He ahí dos razones más por las cuales los agentes del imperialismo lo asesinaronii.

Con el crimen contra Conrado Benítez los imperialistas perseguían atemorizar a los maestros y entorpecer el desarrollo de la Campaña, impidiendo que estos llegaran a todos los rincones del país. Sin embargo el asesinato y el incremento del terrorismo, lejos de atemorizar a la población, y en particular a la juventud de la época, reforzó los propósitos revolucionarios y la decisión de cumplir la meta cultural trazada por la Revolución para el año 1961iii.

Las tareas organizativas

Desde principios de año la Comisión Nacional de Alfabetización intensifica las labores de organización en las provincias y se desarrollan reuniones metodológicas para cuadros, activistas y sobre todo con cientos de maestros primarios y secundarios que se incorporan con entusiasmo a la histórica misión. La primera tarea era enseñar a alfabetizar. Antes de comenzar sus labores educativas, todos los alfabetizadores -maestros en activo y voluntarios (populares)-, recibían cursos y seminarios de breve duración, donde se les instruía en las técnicas pedagógicas y fundamentalmente en el manejo de la Cartilla. 

Alrededor de la celebración en enero del natalicio de José Martí, la Comisión Nacional de Alfabetización en los territorios, organiza numerosas acciones de agitación y propaganda. Se realizan cenas martianas y diversos actos en pro de la alfabetización, en los que se subraya la naturaleza humanista y la eticidad revolucionaria del Apóstol y su rescate y continuidad en las nuevas tareas que acomete el pueblo cubanoiv. Estas actividades tienen como hecho central, la inauguración de la Ciudad Escolar «Abel Santamaría», en la ciudad de Santa Clara, el 28 de enero de 1961. En ese acto que daba continuidad a la promesa de convertir los cuarteles en escuelas, Fidel realiza el llamado a la juventud cubana para constituir un ejército de cien mil alfabetizadores entre los estudiantes desde trece años en adelantev.

 

La trascendental iniciativa de Fidel refuerza el carácter popular masivo del movimiento educacional de la alfabetización. El líder revolucionario involucraba directamente a la familia cubana en la obra alfabetizadora. El contingente de cien mil jóvenes sería por tanto también el de similar cantidad de familias participantes, persuadidas de la tarea, dispuestas a enviar a sus hijos a los más remotos lugares, compulsadas a participar y cooperar con la misión encomendada a estos. No es casual que en el propio acto de Santa Clara, el jefe de la Revolución calificara la próxima campaña de batalla épica en la que debe participar todo el pueblovi. De esta formas se ponía a prueba la real fuerza movilizativa de la Revolución.

Aunque la preparación de la Campaña había sido intensa y esmerada, el paso del plano teórico a la realidad suponía un período de adaptación y enfrentamiento de numerosas dificultades y problemas. Su inicio resultó difícil. El 26 de febrero parten para distintos lugares del país las brigadas piloto. Integraban esta brigada 236 jóvenes habaneros y 130 villareños Ellos serían la avanzada de los cien mil brigadistas y formarían con posterioridad el Estado Mayor del Ejército de la Alfabetización. Por su parte los maestros voluntarios sin abandonar las labores de educación comunitaria y alfabetización, se preparan también para la campaña. Entre las primeras zonas donde se alfabetiza están, la región montañosa del Escambray y la Ciénaga de Zapata.

El inicio de las labores de alfabetización serviría para que las organizaciones revolucionarias crecieran como organizaciones en la acción de masas. Al calor de la convocatoria de Fidel, la Asociación de Jóvenes Rebeldes (AJR) y las asociaciones estudiantiles celebran asambleas para la incorporación de los jóvenes a las brigadas de alfabetizadores, mientras la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y los Comités de Defensa de la Revolución realizan las labores de captación de alfabetizadores populares y el censo de los analfabetos En los primeros momentos en esta tarea aflorarían errores de infantilismo a través de competencias por demostrar quién movilizaba más o recaudaba mayores recursos. Tendrán espacio también los personalismos y las debilidades de estructura de las nacientes organizaciones; pero estos problemas se irán superando en la propia actividad revolucionaria, en la imprescindible necesidad de coordinación y fraternidad de la tarea alfabetizadora.

La respuesta de la contrarrevolución a los planes de masificación de la alfabetización, será el incremento del terrorismo. Se incrementa la labor de subversión y las agresiones utilizando a alumnos de las escuelas privadas y a miembros de las organizaciones religiosasvii. El 22 de febrero la contrarrevolución vuelve a cobrar la vida valiosa de otro joven alfabetizador. Pedrito Miguel Morejón Quintana (1941-1961), joven alfabetizador popular de 20 años -miembro de la AJR e hijo del responsable de los brigadistas de la zona-, es cruelmente acuchillado y ahorcado con alambres de púas, en San Pedro de Mayabón, provincia de Matanzas. A pesar de la presencia de las bandas contrarrevolucionarias en la zona, los estudiantes de secundaria, en unión del pueblo realizan guardias de honor ante el féretro, y el entierro fue un masivo acto de reafirmación revolucionariaviii.

Una de las tareas más complejas que enfrentan todos los activistas de la Campaña, fue el Censo de Analfabetos. Este censo se distinguía cultural e históricamente del censo de población realizado en 1953. Se efectuaba no solo con el objetivo de encontrar al analfabeto, sino para que una vez localizado e identificado, se incorporara con su maestro a la batalla alfabetizadora. Al principio el Censo avanzó rápidamente, muchos analfabetos estaban dispuestos a aprender, pero censados estos grupos que estaban compulsados por la propaganda revolucionaria; el trabajo se hizo muy complejo para hallar a una gran masa que permanecía indiferente, avergonzada por su condición de analfabetos o sencillamente enajenada del proceso civilizatorio que la Revolución había emprendido. Fue necesario el empleo de diferentes medios estimulativos, de la persuasión y la movilización de las organizaciones que actuaban en la comunidad.

El Censo no sólo fue una imprescindible tarea de organización y planificación de la campaña de Alfabetización. Para reconocerse analfabeto había que estar dispuesto a romper con los prejuicios y los hábitos cotidianos y dedicarse después de la jornada de trabajo a aprender a leer y escribir. También se abría la posibilidad de que se le solicitara recibir al brigadista en el propio hogar. Y estas acciones solo las realizaba aquel que previamente comprendiese la importancia de la Campaña y los objetivos de la Revolución, en un escenario donde arreciaba la propaganda enemiga y el terrorismo contrarrevolucionario. Entonces el Censo se convirtió necesariamente, en una operación de agitación y propaganda directa.

La prensa reflejaba ya a principios de abril de 1961 el ritmo creciente de las tareas de alfabetización y sus primeros resultadosix. A principios de ese mes ya trabajan más de dos mil subcomisiones técnicas a nivel de municipios y barrios, y laboran unos 500 técnicos responsabilizados con el apoyo metodológico a los alfabetizadores. Las comisiones de alfabetización también se constituyen en los ministerios. En el sector productivo y de servicios estaban incorporadas 300 empresasx. El estudiantado medio comenzó a prepararse en las brigadas alfabetizadores que llevarían el nombre del maestro asesinado «Conrado Benítez»xi.

El curso escolar se adelanta para concluirlo en ese mes de abril y facilitar la incorporación como alfabetizadores Conrado Benítez, y técnicos y responsables a sus maestros. Tal movilización se realiza con un alto componente de emulación histórica: continuando la obra de los jóvenes barbudos de la Sierra -narra un adolescente de aquellos días- estremecidos por el asesinato del joven maestro Conrado Benítez respondimos al llamado de Fidel de convertirnos en brigadistas, maestros, para librar la batalla definitiva contra el analfabetismoxii.

Girón

El domingo 16 de abril estaban convocados para partir de la sede del Consejo de Alfabetización en la Ciudad de La Habana, el primer gran contingente de jóvenes alfabetizadores y sus maestros. En Varadero recibirían la instrucción metodológica esencial, para incorporarse de inmediato a la Campaña. El 15 de abril se desencadena el plan de invasión a Cuba, con los primeros claros del alba se escuchaban las detonaciones de las bombas enemigas contra en el aeropuerto de Ciudad Libertad y la respuesta de las baterías milicianas, a medida que transcurre la mañana se conoce de las consecuencias del ataque a la capital y al aeropuerto de Santiago de Cuba, y es pública la confirmación de la inminencia de la agresión, pero la movilización masiva de brigadistas no se detiene.

La Campaña no se suspende, se mantiene, fue la decisión unánime de alfabetizadores y dirigentes. Los jóvenes y la mayoría de sus familiares no pudieron ser intimidados por los bombardeos criminales y el 16 de abril, partieron de sus casas los jóvenes y maestros del ejército alfabetizador. Horas más tarde, en el campamento de Varadero, ahora convertido en su trinchera-escuela, escuchan las trascendentales declaraciones del Comandante en Jefe en el entierro de las víctimas del ataque: ¡Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas es… que hayamos hecho una Revolución Socialista en las propias narices de los Estados Unidos!

Fidel solicita a los participantes en el histórico acto que se realizaba en la céntricas esquinas habaneras de 12 y 23, jurar defender la Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildesxiii. El pueblo reunido en la impresionante manifestación responde afirmativamente, se levantan miles de fusiles en simbólica demostración del voto popular. Simultáneamente en el parque de las Ocho Mil taquillas en Varadero, el primer contingente de alfabetizadores repite el grito de Patria o Muerte! Venceremos!, y jura defender la Revolución Socialista.

El Comandante en Jefe ordena al finalizar el acto el «Estado de Alerta». Las orientaciones Fidel son precisas. Junto al logro de la máxima preparación para el inminente combate, a la intensificación de las medidas de neutralización de la contrarrevolución interna: A los obreros, campesinos e intelectuales, todo el pueblo trabajador a mantenerse en sus puestos y redoblar sus esfuerzos por la producción y la enseñanzaxiv.

El día 17 comienza la invasión mercenaria por dos puntos de la Ciénaga de Zapata, en la provincia de Matanzas. Durante las 72 horas que duró la batalla terminada en las arenas de Playa Girón, las orientaciones de Fidel fueron cumplidas, ni las fábricas, ni la zafra, ni las escuelas, dejaron de realizar sus actividades.

Esta coincidencia de la declaración del carácter socialista de la Revolución y de la resistencia a la agresión, con el momento más importante de la Campaña de Alfabetización, cuando se preparaban para partir hacía todos los rincones del país los jóvenes componentes del ejército alfabetizador – en plena manifestación de la liberación de la espiritualidad y la solidaridad de los humildes -; dotará el naciente socialismo cubano de una praxis humanista de sólida implantación. La invasión mercenaria sería el más serio intento del imperialismo contra el movimiento educacional de masas de la alfabetización. La violencia reaccionaria al pretender aplastar la Revolución, concebía su hundimiento en la ignorancia y la incultura. Los propios acontecimientos lo prueban, la historia lo confirma en sus inobjetables hechos:

El 13 de abril la prensa se hacía eco de la voluntad de los alfabetizadores y analfabetos de la Ciénaga de Zapata, de erradicar el analfabetismoxv; cuando cuatro días después se inicia la invasión esa disposición se vuelca a la resistencia y el rechazo frente a los agresoresxvi. La primera víctima de los mercenarios fue el joven alfabetizador de 13 años Valerio Rodríguez y las primeras balas milicianas que rechazaron el desembarco mercenario en Playa Larga, salieron de la ametralladora BZ del miliciano Ramón González, servida por tres brigadistas. Ellos ocasionaron las primeras cuatro bajas a los mercenariosxvii.

En un pizarrón utilizado en Playa Girón se podía leer en esos días: «Estudio, Trabajo y Fusil». La consigna hecha realidad ante el ataque armado imperialista, escrita por un anónimo alumno, quizá por uno de los milicianos que hasta allí llegaron barriendo a los invasores, testimonió durante años a los visitantes del Museo Nacional de la Alfabetización, esa peculiar, sensitiva y épica, relación entre educación, defensa y patriotismo que desencadenó la Revolución Cubana.

Las 65 horas de combate para vencer a los invasores y la movilización militar y popular nacional que las acompaña, expresan el acto más dramático y decisivo, del conjunto de batallas de clase que caracterizan el escenario histórico cubano en abril de 1961. Girón fue en tanto victoria militar, el triunfo político del socialismo. Con Girón se consolida el movimiento social revolucionario de masas como fuente de poder real e iniciativa histórica. Este hecho que marca a nivel cultural e ideológico el curso de los acontecimientos futuros en todo el país, se realiza en lo inmediato en una trascendente batalla por la educación y la cultura, por la conquista de la hegemonía ideológico cultural socialista. Movimientos como este, al decir de Carlos Marx, constituyen el fundamento de toda la historiaxviii. En ellos está la fuerza de sobrevivencia y reproducción de las revoluciones socialistas.

En Girón al decidirse el destino de la Revolución Cubana, se decidió también el triunfo de la Campaña. El movimiento educacional de masas al vencer el analfabetismo y la incultura capitalista, consolidaría en la mente de los cubanos la batalla que habían ganado a fuego y coraje. En Girón nació el Partido Comunista de Cubaxix y en la Campaña de Alfabetización tuvo ese partido su primera gran prueba de masas. En ambos combates la inteligencia, el valor y la fuerza del amor fueron decisivos, en ambos, la necesidad histórica y la voluntad de la nación tuvieron en el pensamiento y la acción de Fidel Castro su más lúcida expresión.

Después de Girón el Gobierno norteamericano inició una nueva etapa en la escalada de agresiones contra Cuba, dirigida a crear las condiciones para la intervención militar directa de sus fuerzas armadas, como premisa fundamental para aplastar el proceso revolucionarioxx. Contra la niñez y la juventud se lanzará la Operación Peter Panxxi, pero los nuevos peligros no amilanan a los cubanos. El desarrollo del movimiento educacional de masas de la alfabetización se convertiría entonces en centro de la movilización popular revolucionaria.

Notas

i Conrado Benítez García fue asesinado junto al campesino Heleodoro Rodríguez Linares. Ver: Revolución, La Habana, 24 de enero de 1961, p 1 – 2.

ii Fidel Castro Ruz, «Saluda el Dr. Fidel Castro a los maestros voluntarios y rinde tributo a un mártir», Obra Revolucionaria, no. 5, Imprenta Nacional de Cuba, La Habana, 1961, p. 34.

iii Ver: «Alfabetizadores a zonas montañosas», Revolución, La Habana, 28 de febrero de1961, p 12; «Iniciado el plan Escambray para alfabetizar dicha zona», Revolución, La Habana, 1 de febrero de 1961, p 8; «Alfabetización en la Ciénaga de Zapata», Revolución, La Habana, 18 de febrero de1961, p 3; «Partieron hacia toda la isla 300 jóvenes alfabetizadores», Revolución, La Habana, 1 de marzo de1961, p 6.

iv Sobre los planes terroristas y otras acciones organizadas por la CIA, Ver: Ver: » «A Program pf Covert Actiom Against the Castro Regime», Washington, 16 de marzo de 1960, en Tomás Diez Acosta: La Guerra encubierta contra Cuba, Editora Política, La Habana, 1997; Manuel Hevia Frasquieri y Andrés Zaldívar Diéguez: Girón preludio de la invasión. El rostro oculto de la CIA, Editorial Capitán San Luis, La Habana, 2006; Pedro Etcheverry Vázquez y Santiago Gutiérrez Oceguera: Bandidismo. Derrota de la CIA en Cuba, Editorial Capitán San Luis, La Habana, 2008,

v Fidel Castro Ruz, «Conversión de otro cuartel en escuela para el pueblo», Obra Revolucionaria, no. 5, Imprenta Nacional de Cuba, La Habana, 1961, p 34.

vi Iden ant.

vii Ver: Raúl Castro Ruz. «A los estudiantes con los libros en alto les habla Raúl Castro». Obra Revolucionaria. La Habana. 5 de febrero de 1961, p. 17; Julián Iglesias, «Jóvenes patriotas salvan una escuela», Verde Olivo, La Habana, 26 de febrero de 1961, p 15; «Grave denuncia de los estudiantes de Belén», Hoy, La Habana, 2 de marzo de 1961, p. 1; José Castillo Ramos, «Frente a la provocación falangista una consigna: Alfabetizaremos!», Bohemia, La Habana, 2 de abril de 1961, p 32-34. «En Holguín los estudiantes frente a las maniobras del clero falangista», Verde Olivo, La Habana, 2 de abril de 1961, p 48 – 49; «Semana Santa, Sabotaje desde dentro»», Bohemia, La Habana, 9 de abril de 1961.»Con Cristo y la Revolución gritan alumnos de La Salle», Revolución, La Habana, 12 de abril de 1961, p. 8;

viii Olga Montalván. De Conrado a Manuel. Ediciones Unión. La Habana, 1994, p 19.

ix Ver: Alfabetizan a 400 jóvenes milicianos», Revolución, La Habana, 13 de febrero de 1961; Alfabetizan 17 051 adultos en La Habana, Revolución 20 de febrero de 1961, p 7; «Numerosos obreros son alfabetizados», Revolución, La Habana, 30 de marzo de 1961, p 8).

x Armando Hart: «Sobre el año de la educación», Ob. cit, p 17.

xi Otros centenares de jóvenes se integran a las unidades militares y como símbolo de que se trabaja no solo por el presente, sino también por el futuro, parte el primer grupo de becarios hacía la URSS y otros países socialistas para formarse como técnicos.

xii «Carta a los alfabetizadores». Juventud Rebelde. La Habana, 8 de febrero de 1981 p 2.

xiii Fidel Castro Ruz. «Discurso de Fidel Castro tras el sepelio de las víctimas del bombardeo a la Habana». Obra Revolucionaria, no 15, La Habana. 16 de abril de 1961 p 28 y 29

xiv «Declaración de Estado de Alerta». Revolución. La Habana 17 de abril de 1961 p 1.

xv Ver: Erradicarán en la Ciénaga de Zapata el analfabetismo», Revolución, La Habana, 13 de abril de 1961, p 13

xvi Ver: «Brigadas Conrado Benítez: bombardeo y desembarco en Playa Girón», Bohemia, 18 de junio de 1961, p 66 –

xvii  Juan Carlos Rodríguez: Girón. La batalla inevitable. La más colosal operación de la CIA contra Fidel Castro, Editorial Capitán San Luis, La Habana, 2010, p 275. Ver: Peter Wyden: Bay of Pigs. The Untold History, Simon and Schuster, New York, 1979

xviii Carlos Marx y Federico Engels: Obras Escogidas, Editorial Progreso, Moscú, 1976, t I, p 39

xix Ver: Felpe de J. Pérez Cruz: El primer voto popular por el Partido único de la Revolución Cubana, Rebelión, 27 de julio del 2004.

xxVer: Sergio del Valle y otros, Peligros y principios. La Crisis de Octubre desde Cuba. Editora Verde Olivo, La Habana, 1992, p 60 y ss.

xxiVer: Ramón Torreira Crespo y José Bujasán Marrawi, Operación Peter Pan. Un caso de guerra psicológica contra Cuba.. Editora Política, La Habana, 2000,

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.