La Comisión Europea acaba de adoptar la Estrategia Temática de Prevención y Reciclaje de Residuos y la Estrategia Temática de Recursos Naturales, junto con una propuesta de enmienda de la Directiva Marco de Residuos. Ecologistas en Acción se declara extremadamente preocupada por el contenido de dichas propuestas. El bajo nivel de ambición de estas propuestas […]
La Comisión Europea acaba de adoptar la Estrategia Temática de Prevención y Reciclaje de Residuos y la Estrategia Temática de Recursos Naturales, junto con una propuesta de enmienda de la Directiva Marco de Residuos. Ecologistas en Acción se declara extremadamente preocupada por el contenido de dichas propuestas. El bajo nivel de ambición de estas propuestas representan un continuismo del proceso de desregulación ambiental que ha emprendido la Comisión Europea.
La nueva Estrategia de Residuos no sólo carece de elementos para prevenir o reducir los residuos y para un adecuado uso de los recursos, sino que desmantela una pieza esencial de la legislación europea existente como es el marco de políticas necesario para promover eficazmente la sociedad europea del reciclaje, es decir una sociedad en la que todos los esfuerzos se encaminan a prevenir, reutilizar y reciclar, disminuyendo progresivamente la cantidad de residuos finales a eliminar. Es de esperar que los resultados de esta Estrategia contribuyan a incrementar la presión sobre el medio ambiente y la salud de los europeos.
La nueva propuesta no respeta los cinco niveles de la jerarquía de residuos (prevención, reutilización, reciclaje, recuperación energética y eliminación) y considera la incineración de residuos municipales como recuperación energética basándose en su eficiencia, sin tener en cuenta los impactos ambientales ni la eficacia en el uso de recursos. Tampoco plantea objetivos de reciclaje para los residuos biodegradables dentro de la Unión Europea. De este modo marca un giro hacia el abandono de la promoción de una jerarquía de gestión de residuos que hasta ahora se alejaba de los vertederos y de la incineración haciendo hincapié en la prevención, la reutilización y el reciclaje. Darle la misma importancia al reciclaje y a la incineración significa promover esta última, y en lugar de crear nuevos puestos de trabajo en el sector del reciclaje, se propicia la inversión en la incineración de residuos, sobre todo en los nuevos países miembros. Además de las 12 incineradoras de residuos municipales existentes, en el Estado español hay actualmente 2 proyectos de plantas de incineración y varias fábricas de cemento tienen o han solicitado permiso para incinerar residuos, incluso residuos tóxicos o peligrosos.
Por otra parte, estas decisiones sientan un peligroso precedente al abandonar la actual premisa en cuanto a gestión de residuos, en la que el productor es responsable, pasando a un complejo estudio de materiales en el que la responsabilidad del productor queda diluida. Existe además el peligro de que la Comisión deje de armonizar las políticas europeas de gestión de residuos y las abandone a unos planes nacionales de residuos imposibles de implantar y de un pensamiento indefinido de «ciclo de vida», como lo demuestra claramente la decisión de no proponer una legislación específica para los residuos biodegradables, según lo exigía el 6º Programa de Acción Medioambiental (PAM).
El texto contiene algunos elementos positivos, como la obligatoriedad de elaborar planes nacionales de prevención de residuos, pero no impone ni se compromete a imponer un objetivo común dentro de la UE, ni propone pautas para enfrentarse a la creciente generación de residuos.
En cuanto a la Estrategia de Recursos, también muestra un completo desprecio de las exigencias del 6º PAM, cuyo artículo 8 habla de la obligatoriedad de establecer objetivos de sostenibilidad y eficacia en el uso de recursos, desvinculando el crecimiento económico de los impactos ambientales. Carece de objetivos de eficacia energética y de disminución del uso de recursos. Dada la inminente amenaza al sistema climático, a los ecosistemas y a la capacidad productiva causada por el uso insostenible de recursos en todo el mundo, esta falta de ambición y de objetivos es desalentadora.
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