El tributil estaño (TBT), producto empleado en todo el mundo desde la década de 1960 para prevenir la adhesión de organismos marinos en superficies y evitar su crecimiento, ha sido detectado en áreas marinas protegidas de América Latina en niveles suficientes como para alterar el normal funcionamiento de la biota local.
La presencia de residuos de este contaminante, utilizado como aditivo de pinturas de barcos y muelles, puede poner en riesgo los objetivos de conservación de ciertas áreas protegidas de la región tales como reservas de la biósfera, sitios Ramsar y parques nacionales, advierte un estudio que se publicará en el Journal of Environmental Management el 15 de enero.
Aunque el uso del TBT fue prohibido a nivel mundial en 2008, en el último decenio se han notificado niveles moderados a altos en sedimentos y organismos.
“Si este análisis representa solo el impacto de un compuesto como el TBT [tributil estaño] debemos pensar que este coexiste con otro tipo de sustancias pudiendo generar, o potenciar, diferentes efectos deletéreos sobre los organismos, e inclusive afectar a los humanos” (Mónica Primost)
“El TBT es una sustancia química extremadamente peligrosa para la salud pública y ambiental. Estos compuestos pueden afectar el equilibrio ecológico en las áreas marinas protegidas ya que es un potente disruptor endocrino: hay ejemplos de poblaciones de gasterópodos que se han extinguido en ciertas áreas de Inglaterra como resultado de la exposición a TBT”, dice a SciDev.Net el autor de la investigación, Ítalo Braga Castro, del Instituto del Mar de la Universidad Federal de São Paulo, Brasil.
Mediante una metodología que incluyó la delimitación de áreas, relevamiento bibliográfico, inserción de datos en un Sistema de Información Geográfico, evaluación de resultados y determinación de impactos en función de normativas de calidad ambiental, los investigadores hallaron 259 registros de TBT y su efecto biológico en 53 áreas marinas protegidas.
“El artículo hace una muy buena gestión de datos, con georreferenciación y programas que manejan datos estadísticamente”, comentó a SciDev.Net Adriana Rosso, docente de ingeniería ambiental en las carreras de Ingeniería Industrial e Ingeniería en Alimentos de la Universidad Nacional de San Martín, en Buenos Aires.
“Pero es necesario recordar que estas áreas protegen de la intervención antrópica actual y futura, no de las malas prácticas ambientales pasadas, sobre todo referidas a mala gestión de sustancias químicas como el TBT y otros contaminantes persistentes que se dispersan por todo el planeta y sólo pueden mitigarse con remediaciones apropiadas del sitio y eliminando la fuente”, añadió.
Pero Braga Castro señala que parte importante de los datos reflejan contaminación y efectos biológicos adversos recientes y explica que el uso actual de pinturas a base de TBT no siempre es ilegal.
“Para ser ilegal, es necesario que un país sea signatario de la convención de la Organización Internacional Marítima (IMO) sobre sistemas antiincrustantes y haya legislado al respecto. El mayor problema es que pocos países latinoamericanos son signatarios de esta convención”, observa.
Este convenio solo es aplicado plenamente en la región por Panamá, México, Brasil y Uruguay. Por otra parte, las pinturas antiincrustantes a base de TBT están prohibidas en Brasil por la autoridad marítima y se dispone de dos directrices sobre los niveles ambientales de TBT para las aguas naturales y los sedimentos.
Fuente: Braga Castro et al 2021
En Argentina estas pinturas están prohibidas por la Prefectura Naval, y en Chile, el Instituto Nacional de Normalización regula los valores de estaño metálico sólo en el agua, de acuerdo con un trabajo publicado por Braga Castro en Chemosphere.
El estudio detectó presencia de tributil estaño en algunas muestras de Stramonita brasiliensis, molusco usado para consumo humano en Brasil. Crédito de la imagen: Cortesía de Fabiano Bender, coautor del estudio, para SciDev.Net
Entre los organismos afectados se incluyen 18 especies de caracoles marinos con una anomalía denominada imposex, mecanismo que lleva a las hembras a desarrollar caracteres sexuales masculinos, como consecuencia de la exposición a TBT. También se detectó presencia de TBT en los tejidos de seis especies de bivalvos, una especie de crustáceos y tres especies de peces en áreas marinas protegidas de Brasil, Argentina, Ecuador, Perú Chile y Venezuela.
Algunas de estas especies son usadas para alimentación, como los moluscos Stramonita brasiliensis en Brasil, y Odontocymbiola magellanica y Adelomen ancilla en Argentina, señala Braga Castro.
“Estos hallazgos demuestran que los objetivos de conservación de estas zonas están amenazados y que las áreas marinas protegidas de América Latina no están protegidas en absoluto de la exposición a los productos químicos y sus impactos”, dicen los autores en la publicación.
El TBT no es el único producto que pone en riesgo a las áreas protegidas de la región pero sí uno de los contaminantes más estudiados. La variedad de productos químicos en uso (>100. 000 moléculas) que pueden potencialmente ser liberados en el medio acuático vuelven virtualmente imposible la prevención, según el estudio.
El estudio detectó presencia de tributil estaño en algunas muestras de Stramonita brasiliensis, molusco usado para consumo humano en Brasil. Foto: Cortesía de Fabiano Bender
“En la actualidad, los fabricantes de pinturas argentinos hacen constar en sus hojas técnicas que no tienen TBT. La estrategia que se va adoptando en el mundo es reemplazar el TBT por compuestos siliconados, no perjudiciales para el ecosistema, que confieren esa misma propiedad antiincrustante a las pinturas”, señala a SciDev.Net Mónica Pinto, especialista en pinturas y miembro por Argentina de la Sociedad para Recubrimientos Protectores (Society for Protective Coating, SSPC).
Para Mónica Primost, integrante del Grupo de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Acuicultura y Pesca de la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Chubut, en Argentina, a pesar de los numerosos trabajos citados en la investigación, “es muy poca la información que se tiene y muy grande el número de compuestos de efectos desconocidos”.
“Si este análisis representa solo el impacto de un compuesto como el TBT debemos pensar que este coexiste con otro tipo de sustancias pudiendo generar, o potenciar, diferentes efectos deletéreos sobre los organismos, e inclusive afectar a los humanos”, afirma a SciDev.Net.
Braga Castro considera que ante la amenaza para los objetivos de conservación que representan los contaminantes “es importante revisar las actividades que se pueden desarrollar dentro de estas áreas para proteger la biodiversidad”.