Las mujeres han sufrido la represión franquista de una manera
excepcional y específica. Hace pocos días ha sido el aniversario del
asesinato de las trece rosas. Quizás sea este el episodio más conocido
de la crueldad de los asesinos franquistas, que aún hoy siguen
controlando gran parte del aparato del Estado.
Hay más casos.
Matilde Landa, militante comunista, se tiró desde lo alto de una galería
de la prisión de Mallorca para no acceder a los requerimientos de la
catequista Bárbara Pons, del obispo José Miralles y de la orden de
monjas Hijas de la Caridad de San Vicente Paul, que se dedicaban a la
caritativa actividad de torturar a las presas, que exigían a Matilde que
se bautizara y si no lo hacía lo pagarían sus compañeras de cárcel. En
la violencia contra las mujeres, a veces violencia vicaria, la Iglesia
franquista desempeñó un papel primordial. El sadismo que demostraron es
de una crueldad inigualable.
El caso de Maravillas Lamberto, una
niña de 14 años asesinada un 15 de agosto de 1936, día de la virgen, es
el paradigma del franquismo y su manera de actuar.
Era natural
de Larraga, en Navarra, donde los fascistas entraron como en toda la
provincia muy rápidamente. La cobardía del Frente Popular contribuyó a
ello. En Navarra tuvieron la desgracia de «disfrutar» de dos fascistas
de alto renombre como Mola y Sanjurjo. No eran dos cualesquiera. Eran
los dirigentes del golpe y Sanjurjo, que ya había intentado antes otro
golpe, La Sanjurjada, iba para presidente del gobierno.
En
Navarra la represión fue tremenda. No respetaron nada. Falangistas y
requetés. Las cunetas están llenas de enterramientos. Mi abuelo, Pedro
Béjar, fue una de las víctimas. Trabajaba en Cáseda haciendo el canal de
riego de las Bardenas. En ese pueblo mataron a más de 40 personas.
Entre ellos al cura, que abogaba por la gente sin tierra, y al que los
criminales franquistas no perdonaron a pesar de ser cura y le cortaron
la cabeza.
En el caso de Maravillas, su padre, militante de UGT,
fue detenido y ella pidió ir con él al ayuntamiento para protegerle. La
violaron en presencia del secretario del ayuntamiento. La violaron
delante de su padre. Los llevaron al campo, los asesinaron y echaron los
restos a los perros.
Nadie pagó por ello ni pagará. La ley de
amnistía, ley de punto final, es la excusa para que nadie haya pagado y
nadie pagará porque la mayoría de las alimañas que hicieron estas cosas
ha fallecido. Se han ido de rositas en compensación de una inmaculada
transición.
El caso es que en Larraga siguen gobernando los
herederos políticos de los asesinos. Los herederos de los requetés y los
carlistas siguen mandando por doquier. El ayuntamiento de Larraga no ha
hecho ningún homenaje a Maravillas y su familia en todos estos años.
Solo las asociaciones se han volcado y los partidos de izquierda han
defendido el nombre de Maravillas y han creado asociaciones para
mantener su memoria.
Si aplicaran el mismo rasero que con la ley de partidos, en la que puedes ir a la cárcel o tu organización puede ser disuelta por no condenar el terrorismo, el PP y toda la derecha estarían disueltos y sus dirigentes en la cárcel. Un terrorismo, el franquista, cien veces mayor que el de ETA y dirigido desde el Estado, que sigue teniendo a sus seguidores actuando impunemente. Si se aplicase el mismo rasero, la mayoría de estos podridos franquistas estarían en la cárcel y no luciendo su chulería por todas partes.
Hoy, casi 90 años después, sigue sin haber justicia, ni reparación, ni verdad. La Administración hace muy poco. Algunas ayudas para exhumaciones, nacionalizaciones para familiares de víctimas del franquismo y un reconocimiento, que según me dijeron de la Fiscalía, no tiene ningún valor salvo el sentimental. No perseguirán a nadie. De hecho, el único condenado fue el juez Baltasar Garzón por intentar investigar al franquismo. No tendrás derecho a ninguna compensación. Y nadie moverá un dedo para conseguir información. Hazlo tú por tu cuenta. Conocemos muchas cosas por las asociaciones memorialistas. El gobierno, progresista, ni siquiera colabora con la llamada querella argentina que pretende acabar con esta injusticia exigiendo que los crímenes de lesa humanidad no prescriban. No harán nada que no sea arrancado con la lucha.
Ahora el monumento a los caídos de Pamplona es de nuevo motivo de enfrentamiento. La izquierda siempre ha defendido el derribo de ese símbolo criminal. En ese monumento estuvieron enterrados los asesinos de Mola y Sanjurjo, a los cuales se les sigue homenajeando hoy en día. Para desgracia de la izquierda, una más, los partidos gobernantes en Pamplona han decidido «resignificar» el monumento a los caídos. ¡Como si se pudiese reciclar el franquismo y su simbología! Las asociaciones memorialistas se han movilizado, se están movilizando, para impedir este despropósito. Y lo peor es que quieren ponerle a este monumento franquista el nombre de Maravillas Lamberto, cuando uno de los asesinos, Julio Redin Sanz, figura con su nombre en el citado monumento.
En su memoria, sobre todo en el País Vasco y Navarra, se han desarrollado diversos homenajes, se han compuesto canciones y se hicieron películas y documentales. La canción más conocida es la de Fermín Balentzia, aunque el grupo Berri Txarrak tiene también una canción muy conocida. Y han participado en su homenaje cantantes como Enrique Villareal “el Drogas”, ex de Barricada.
Como dejó escrito Julia Conesa, una de las trece rosas, «que mi nombre no se borre de la historia». No dejemos de hablar de ellas.
Fuente https://www.naiz.eus/es/iritzia/articulos/la-crueldad-y-la-impunidad-del-franquismo