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Reseña del documental "D-humanos"

La denuncia y el periodismo

Fuentes: Página 12

La diversidad de lecturas que registra el documental colectivo permite «refrescar» el interés: cada cual en lo suyo, los diferentes segmentos van conformando un mosaico tan cargado de significados como las baldosas de memoria que retrata Guarini.

D-HUMANOS

Argentina, 2011

Dirección: Mariana Arruti, Ulises Rosell, Carmen Guarini, Lucía Rey y Rodrigo Paz, Miguel Pereira, Pablo Nisenson, Javier De Silvio, Andrés Habegger y Andrea Schellemberg. Productor ejecutivo: Pablo Nisenson. Música: Leandro Drago.

Angela y María son dos adolescentes que tienen realidades muy distintas: la primera vive en un barrio carenciado, la segunda es de la zona norte. Ambas están frente a cámara y sus situaciones son confrontadas de una manera impactante, casi demoledora, que busca mostrar cómo influye el factor social en el crecimiento del cuerpo humano y, sobre todo, en la posibilidad de futuro. Los aspectos que se analizan van desde el coeficiente intelectual, genealogía, salud, medio ambiente, familia y educación, entre otros. Esto refleja Informe sobre la inequidad, primero de los ocho cortos que conforman el largo documental D-Humanos, en el cual Nisenson, mentor del proyecto, trabajó junto a otros nueve cineastas. Informe… es el más potente no sólo por la crudeza que adquiere el relato, sino también por el impacto visual de las dos chicas frente a frente y sometidas a diferentes tipos de test.

El de Nisenson puede catalogarse como un corto de denuncia. En el mismo grupo se ubica La tumba, dirigido por Lucía Rey y Rodrigo Paz, que siguen la labor del Comité contra la Tortura de la Comisión Provincial por la Memoria. Nunca mejor elegido el título porque se habla -y con argumentos- de las cárceles bonaerenses como «depósitos» de seres humanos y, al juzgar por la realidad que muestra, no es difícil entender que entre eso y la muerte no debe haber mucha diferencia. La tumba combina la denuncia de los propios detenidos que sufren torturas o malos tratos con un enfoque periodístico, que los cineastas profundizan cuando entrevistan al coordinador del Comité. Dentro del grupo de cortos de denuncia también se inscribe Sangre en el plomo, del jujeño Miguel Pereira. El director de La deuda interna viajó hasta Abra Pampa, epicentro de la Puna jujeña, para contar la historia de los pobladores de ese sitio que sufren todo tipo de trastornos y enfermedades desde que una empresa fundidora se instaló hace mucho tiempo. Haciendo caso omiso de las normas básicas del cuidado del medio ambiente, el «trabajo» de esta fábrica derivó en que el 81 por ciento de los niños de Abra Pampa tengan plomo en la sangre. Si bien Sangre… tiene también un fin periodístico, el relato de los habitantes le otorga un tono intimista a la estructura narrativa, dentro del grave cuadro de situación que presenta.

También periodístico es el corto La formación, de Andrea Schellemberg, que expone cómo es la educación en derechos humanos que reciben los cadetes-alumnos del Colegio Militar. Implementado en marzo de 2008 por el Ministerio de Defensa, después de 25 años de democracia, este sistema educativo es analizado por funcionarios nacionales y militares. La formación se complementa con imágenes del momento en que les toman examen a algunos cadetes, y queda expuesto que algunos, todavía, tienen mucho que aprender. Como el que titubea con el término «genocidio».

Dos cortos comparten la mirada desprejuiciada de dos realidades difíciles de aceptar o de incluir para aquellos que tienen preconceptos: mientras que Mate o leche, de Mariana Arruti, describe cómo un comedor de la Villa 31 les permite a los chicos alimentarse, Pasarela La Fraternidad, de Ulises Rosell, menciona a los «paseros», es decir, los hombres que cargan entre 150 y 200 kilos de productos en sus hombros y los trasladan de Argentina a Paraguay por el puente que tiene el título del corto. Si bien mencionan temas difíciles como el derecho a la alimentación y al trabajo digno, tanto un corto como otro ponen, por encima de la denuncia, el aspecto más cotidiano de sus protagonistas que, sin ver la vida color de rosa, la llevan con entusiasmo.

Dial, de Andrés Habegger, focaliza en la tarea social de Lidia López, una mujer que tiene un comedor comunitario y que forma parte del proyecto de Radio Gráfica, una emisora que transmite en la zona de La Boca. Lo interesante en Dial es que muestra cómo se sostiene un trabajo en equipo, no sólo por la actitud solidaria de los emprendedores sino también por el profesionalismo, aun en situaciones sociales desfavorables. El corto no es periodístico, sino que esa «imagen de radio» capta situaciones, sin utilizar la entrevista. Tampoco la usa Carmen Guarini en Baldosas en Buenos Aires, al reflejar el proceso de fabricación e instalación de las baldosas que homenajean a los desaparecidos. Puede verse cómo un trozo de cemento con cerámicas de colores logra transformarse por la fuerza de la historia y la vitalidad de los que quedaron en fragmentos de memoria.