Recomiendo:
0

La dignidad democrática del Parlamento de Cataluña

Fuentes: Rebelión

«Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre». Platón (427-347 a. C) «Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que […]

«Un hombre que no arriesga nada por sus ideas, o no valen nada sus ideas, o no vale nada el hombre». Platón (427-347 a. C)

«Los hombres hacen su propia historia, pero no la hacen a su libre arbitrio, bajo circunstancias elegidas por ellos mismos, sino bajo aquellas circunstancias con que se encuentran directamente, que existen y les han sido legadas por el pasado.»

El dieciocho brumario de Luis Bonaparte

Karl Marx (1818-1883)

El valor ha sido y es la principal virtud cívica admirada por los militares, funcionarios armados al servicio del Estado. Sin ella la condición humana pierde su sentido pues deviene a menudo en mera sumisión a los dictados de un tirano.

Cuando se acrecienta el divorcio entre el Estado -empleador de los funcionarios, sean estos militares o no- y su ciudadanía, surge la duda razonable de si ese Estado está al servicio de la gente o no es más que una maquinaria opresora al servicio de una oligarquía depredadora.

El origen genocida e ilegítimo del régimen monárquico parlamentario de 1978 no presenta muchas dudas al respecto. La Constitución monárquica vigente fue, en gran medida, una imposición de la oligarquía franquista que dominó la Transición, manteniendo intacta la impunidad (ley de Amnistía) y las raíces del ordenamiento jurídico de la dictadura. Su origen fraudulento se remonta a lo dispuesto por el dictador en su Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, B. O. E. núm. 208, 27 de julio de 1947, págs. 4238-4239, por la que se proclama el Reino de España. Si fuese declarada nula dicha Ley, la figura del monarca quedaría sin soporte jurídico para seguir ejerciendo sus funciones, hoy puestas sin pudor al servicio de un neoliberalismo de corte franquista.

Frente a esa violencia, el 29 de junio de 2017 se materializó por unanimidad la valerosa decisión del Parlament de Catalunya: El Parlament aprova per unanimitat la llei que declara nuls els judicis franquistes Se trata de una ley de reparación de las víctimas del franquismo, que declara nulos los juicios y consejos de guerra dictados por causas políticas en Cataluña por la dictadura franquista.

Cataluña es, pues, la única nación histórica del Estado español que, apoyándose en sus instituciones democráticas, está ajustando cuentas con una oligarquía parásita que sigue dominando las instituciones derivadas de la reforma de la dictadura. Es el único pueblo del Estado español que ha erradicado las condenas franquistas de su ordenamiento jurídico. Este hecho sin precedentes en nuestra historia reciente muestra de forma contundente el carácter democrático de las instituciones catalanas y el camino a seguir por el resto de pueblos del Estado: la recuperación de su soberanía, usurpada por la Casa de Borbón en connivencia con los poderes que sustentaron la dictadura. Es un derecho legítimo y un deber patriótico.

La proclamación de la República, y consiguiente formación de un gobierno provisional que convoque elecciones a Cortes Constituyentes, es la única vía pacífica para abrir un tiempo nuevo de dignidad democrática. Es, a nuestro juicio, la única posibilidad de alcanzar un compromiso fraterno y duradero entre todos los pueblos de nuestra patria. Es, también, un medio efectivo para erradicar de una vez por todas la tentación de una intervención armada en Cataluña, preconizada por el sector más franquista del ejército.

Acercándose la fecha prevista por el Gobierno de Cataluña para llevar a cabo un referéndum consultivo, y ante las repetidas amenazas de una posible intervención de las Fuerzas Armadas del Estado español, conviene señalar una obviedad: quienes instigan a tan disparatada actuación tienen la grave responsabilidad de estar provocando una seria división en el seno del Ejército, de consecuencias imprevisibles.

El colectivo de militares demócratas ANEMOI, que me honro en representar, estima que el referéndum convocado para el 1 de octubre en Cataluña se celebrará de una forma u otra, pues es imposible amordazar por mucho tiempo a un pueblo que desea decidir democráticamente su futuro político y su relación fraterna con el resto de pueblos y naciones del Estado español.

Los militares demócratas respetaremos la voluntad del pueblo catalán, sea cual fuere el resultado de dicha consulta, pues no reconocemos como incuestionable y legítimo el Artículo 155 de la fraudulenta Constitución de 1978.

¡Viva la República!

Manuel Ruiz Robles es capitán de navío de la Armada, portavoz del colectivo de militares demócratas ANEMOI, miembro de ACMYR.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.