Decir «las energías renovables son el futuro» empieza a sonar obsoleto e incluso interesado, pues a la luz de los datos, las fuentes limpias son ya una realidad. El pasado mes de junio, el sol ha producido el 8% de la electricidad consumida en España. La eólica se situó desde enero como la principal fuente […]
Decir «las energías renovables son el futuro» empieza a sonar obsoleto e incluso interesado, pues a la luz de los datos, las fuentes limpias son ya una realidad. El pasado mes de junio, el sol ha producido el 8% de la electricidad consumida en España. La eólica se situó desde enero como la principal fuente de energía del país, con el 23,6% de cobertura de la demanda. Esto ha provocado que el gas de ciclo combinado, primera fuente de electricidad hace tan sólo dos años, haya producido un exiguo 6,9% en junio, tal y como informa Red Eléctrica en su nota mensual. Tan sólo dos días antes de conocerse este dato, la Agencia Internacional de la Energía publicaba un informe que pronostica que las renovables superarán en 2016 al gas en cobertura de la demanda mundial.
Pero esta rápida caída del gas en España no sólo se debe al auge de las renovables. El descenso de la demanda a nivel nacional a causa de la crisis es el segundo factor, que afecta más al gas por ser la única fuente fósil no regulada de forma especial. Esto es así desde la aparición del conocido como «decreto del carbón» (RD 134/2010), hecho efectivo en febrero de 2011, que obligaba al sistema eléctrico a utilizar de forma parcialmente subvencionada el carbón nacional. Así, el carbón, que había descendido hasta el 8% de cobertura de demanda en 2010, se vio reflotado hasta el actual 12,6%.
Nadie se hubiera jugado nada hace tan sólo unos años a que la energía solar pudiera crecer hasta superar al gas de ciclo combinado ni siquiera en verano. Pero el aumento de esta fuente dentro de la mezcla de energía que se consume en España es desigual. Mientras que la energía solar termoeléctrica ha dado un claro salto (del 1,9% de junio de 2012 al 2,9% de 2013) con la entrada de nuevas centrales en regiones como Extremadura y Castilla la Mancha, la solar fotovoltaica sigue estancada en torno al 5% en junio (3% de media anual) desde hace dos años y casi todo su aumento se debe a un mes de junio con mayor insolación que el del año anterior.
Frenar a las energías renovables
Este estancamiento de la energía fotovoltaica choca con la rápida mejora de la relación calidad-precio que ha experimentado y que le ha permitido ser competitiva frente a las fuentes convencionales. La causa, pues, está en una serie de medidas destinadas según los sucesivos ministros de Industria a paliar el cuestionado déficit de tarifa (deuda del estado con las eléctricas por mantener el precio de la electricidad artificialmente bajo desde 2000), pero con la clara intención de frenar a las energías renovables, según el sector. Entre estas medidas está la moratoria a las nuevas primas a la energía solar fotovoltaica y la reducción de las ya adjudicadas, o el establecimiento de impuestos especiales a la producción eléctrica.
A esto se suman los ya dos años de espera en la promulgación de una ley de autoconsumo con Balance Neto, que permitiría a los hogares producir su propia electricidad con paneles solares compensando a través de la red la falta de producción solar nocturna con el exceso diurno.
La política de fomento de las energías fósiles iniciada por el gobierno del PSOE en su última etapa se ha intensificado con el Gobierno de Rajoy, que en su programa electoral de 2011 pretendía convertir España en «el mercado de referencia del gas natural en el Mediterráneo».