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El hispanista Ian Gibson echa en falta una implicación mayor de la Administración central en la Ley de la Memoria Histórica

«La exhumación de restos de Lorca debería ser una cuestión de Estado»

Fuentes: Agencias

Gibson, en una entrevista con Efe, lamentó que el Estado, en esta ley, ‘no asuma la responsabilidad de nada’ y traslade todas las competencias relacionadas con la recuperación de la memoria histórica, entre ellas las exhumaciones de fosas comunes de la Guerra Civil, a los municipios. ‘Lorca es el poeta español más famoso del mundo […]

Gibson, en una entrevista con Efe, lamentó que el Estado, en esta ley, ‘no asuma la responsabilidad de nada’ y traslade todas las competencias relacionadas con la recuperación de la memoria histórica, entre ellas las exhumaciones de fosas comunes de la Guerra Civil, a los municipios.

‘Lorca es el poeta español más famoso del mundo y la víctima más notoria de la Guerra Civil española, y por ello creo que incumbe al Estado la búsqueda de sus restos’, dijo el biógrafo del poeta granadino, para quien ‘trasladar la responsabilidad a los municipios no tiene la misma garantía’.

Gibson duda que la Ley de la Memoria Histórica vaya a cambiar la posición de la familia Lorca en su negativa a que se exhumen los restos del poeta, una postura que asegura no comprender.

‘Circulan mil bulos por Granada sobre la ubicación de los restos de Lorca’, dijo el historiador, quien recordó que a pesar de que la teoría con más peso es que Lorca descansa en una fosa en Fuente Grande, Alfacar, junto a otros tres simpatizantes más de la República, también se ha apuntado la posibilidad de que esté enterrado en la Huerta de San Vicente o en Nerja.

El último de estos ‘bulos’ llegó a oídos de Gibson hace escasamente unas semanas, cuando, en una visita a Alfacar, alguien le aseguró que tenía pruebas de que Lorca descansa en la Cripta de la Catedral de Granada.

El hispanista, que calificó esta tesis de ‘absurda’, la consideró una muestra más de la ‘rumorología’ existente en torno a la muerte de Lorca, y en este sentido opinó que ‘es a la propia familia a la que le interesa que eso se aclare de una vez por todas, y no entiendo por qué no es posible’.

A su juicio, existe ‘un terrible y notable silencio’ que se cierne sobre Alfacar y Fuente Grande, que está provocando que no haya ‘ningún avance’ en la ubicación definitiva de los restos de Lorca, que achacó ‘posiblemente, a presiones de la familia’ del poeta, que consideró que ‘habría que investigar’.

Acerca de la polémica abierta por familiares de dos de los fusilados con Lorca, el maestro Dióscoro Galindo y el banderillero José Galadí, partidarios de exhumar sus restos, consideró éste un ‘caso insólito’ que podría tener que resolverse en los tribunales, para dilucidar ‘si pesa más la negativa de la familia Lorca o la voluntad de las otras dos familias’.

Consideró, asimismo, ‘increíble’ la ‘ligereza’ con la que muchos periodistas tratan el asunto de la exhumación de los restos de Lorca, al confundir el Barranco de Víznar, donde puede haber enterrados dos mil republicanos, con la Fuente Grande de Alfacar, que está a un kilómetro de distancia y en la que se cree que se encuentra la fosa de Lorca.

‘No se trata de abrir una fosa común con dos mil fusilados en busca de Lorca’, dijo Gibson, quien subrayó que en Fuente Grande ‘sabemos que Lorca está enterrado con muy poca gente’.

El hispanista, quien recientemente habló con la familia de Dióscoro Galindo, explicó que ésta ‘no quiere llevarse los restos de su abuelo, sólo quiere saber si están allí, con eso se quedaría conforme’, un deseo que comparte la familia Galadí.

Gibson confió en que la aportación de enmiendas a la Ley de la Memoria Histórica por los grupos parlamentarios sirva para dar respuesta a reivindicaciones históricas como la anulación de los juicios sumarísimos.

Para el historiador, ‘lo más terrible’ de los sumarísimos es que ocurrieron una vez que los franquistas ganaron la guerra.

‘Sabemos que entre 1939 y 1944 hubo, por lo menos, 50.000 ó 60.000 juicios sumarísimos, y eso es un genocidio, otro orden de horrores’, algo que, aseguró, ‘la derecha no asume y tienen que hacerlo’.

Ante las críticas de ciertos sectores del PP, que han acusado a Gibson y a los que defienden la anulación de los sumarísimos de incurrir en ‘Guerracivilismo’ y de tener ‘sed de venganza’, el hispanista negó este extremo y apuntó que lo que realmente hay, entre un amplio sector de la sociedad española, es ‘sed de restitución y de justicia y un profundo dolor, porque mucha gente no sabe aún dónde están los restos de sus seres queridos’.