Agrupación Anarquista Revolucionaria; Tierra Libre; Juventud Anarquista; Tierra y Libertad; El Débil; Ateneo de Divulgación Anarquista. Son los nombres de colectivos anarquistas de Valencia que enviaron delegaciones al Pleno Regional de Grupos Anarquistas de Levante, celebrado en la capital valenciana en diciembre de 1931.
Durante la II República, entre 1931 y 1936, vieron la luz en el País Valenciano 54 ateneos ácratas y sindicalistas (32 en la provincia de Valencia; 17 en la de Alicante y 5 en la de Castellón).
Ya en el periodo de guerra (1936-1939), desplegaron su actividad en el territorio Valenciano 37 ateneos libertarios (20 en las comarcas de Valencia; 13 en las alicantinas y 4 en Castellón). La estadística se incluye en el volumen Ateneos y grupos ácratas (2002), del profesor de Historia Contemporánea en la Universitat de València, Francisco Javier Navarro.
“A través de estas redes de relaciones, afectos y valores (…), se consolidaban los lazos comunitarios y la cohesión del grupo y se reforzaban, en definitiva, los sentimientos de ‘pertenencia’ a la ‘familia’ ácrata”, subraya Navarro. Precisamente durante el trienio de guerra, añade el historiador, cristalizó una red de agrupaciones de Juventudes Libertarias (JJLL), en barriadas de las ciudades de Valencia (cerca de 20) y Alicante (una decena).
Otra fuente relevante de información sobre el anarquismo en el País Valenciano es la investigación Hilos Rojinegros. El movimiento libertario en Valencia en el posfranquismo (1968-1990), libro publicado por el historiador Vicent Bellver en 2021.
“Aunque el movimiento libertario en España a lo largo de su existencia se había visto obligado a permanecer en clandestinidad durante largas etapas y una parte no desdeñable de su militancia había pasado por las cárceles de la Restauración y la II República, lo cierto es que la experiencia de la violencia de masas en la Guerra Civil y la derrota en esta ‘inauguraba’ un nuevo contexto” de represión, concluye el investigador.
Tras la muerte del dictador (noviembre de 1975) y en el comienzo de la Transición, se produjo una expansión del movimiento libertario. Vicent Bellver recuerda el mitin de la CNT en la plaza de toros de Valencia, en mayo de 1977. Se reorganiza en Valencia la Federación Anarquista Ibérica (FAI), las JJLL y el colectivo anarcofeminista Mujeres Libres, a lo que se sumaba la acción de grupos autónomos.
El militante de la CNT y trabajador del Mercado de Abastos de Valencia, Valentín González, fue asesinado el 25 de junio de 1979 –durante una jornada de huelga- por la Policía Nacional.
Abarca un recorrido histórico amplio (desde finales del siglo XIX), la investigadora Rosella Alonso Frau en su conferencia sobre el anarcosindicalismo en el País valenciano organizada por La Fènix. Universitat Popular y el periódico La Directa; la ponencia se presentó en el Curs d’Història Política de les Esquerres Valencianes de La Fènix, celebrado en la Facultat de Història de la Universitat de València entre octubre de 2021 y marzo de 2022.
Con el citado punto de partida (crisis económica con tasas de paro superiores al 20% en las industrias principales y un impacto notable entre los jornaleros agrícolas), “el anarquismo fue una corriente con profundas raíces en el País Valenciano, una de las zonas del estado español con mayor arraigo, principalmente en Valencia y Alcoy, pero también surgieron grupos en las ciudades de Alicante, Elche o Monòver”.
En octubre-noviembre de 1910 se desarrolló el II Congreso de Solidaritat Obrera en Barcelona, y fundacional de la CNT, en el que tuvieron el mayor peso las sociedades obreras de Cataluña (67 sobre un total de 124), seguido de Andalucía; el País Valenciano, junto a Asturias y Galicia, estuvo en un segundo nivel de participación.
Rosella Alonso Frau no sólo resalta las reivindicaciones laborales del movimiento anarquista; también destaca la lucha por la educación en ateneos (lecturas en voz alta; obras de teatro, recitales poéticos, excursiones o formación en esperanto), publicaciones y grupos femeninos, como Cultura i Acció en el barrio de Natzaret en Valencia; o la revista Estudios, editada en Alcoy a partir de 1923, que incluía contenidos científicos, de salud y sexualidad, y se publicó hasta 1937.
El periódico Solidaridad Obrera, surgido en 1907 en Barcelona y órgano de referencia en el anarcosindicalismo, trasladó su redacción a Valencia en 1919. Entre 1936 y 1939 la CNT (Confederación Regional del Trabajo de Levante) editó en Valencia el periódico Fragua Social. Otro ejemplo mencionado es la revista Libre Studio, “de acción cultural al servicio de la CNT”, que comenzó a editarse en Valencia en diciembre de 1936, hasta 1938.
Uno de los hitos destacados por la integrante de La Fènix. Universitat Popular, el colectivo Arada de feminismos y memoria y colaboradora de La Directa es la fundación de la Federación Anarquista Ibérica (FAI) en Valencia, en el verano de 1927; la organización se constituyó en un contexto de detenciones, censura, clandestinidad y exilio: la dictadura de Primo de Rivera (1923-1930).
En su artículo de La Directa y ponencia en La Fènix, Rosella Alonso Frau destaca que, el 14 de abril de 1931, la CNT no acogió con entusiasmo la II República calificada de “burguesa”; además, “la República no fue siempre una época amable para el anarquismo; hubo represión gubernamental y censura; de hecho, se clausuraron algunos sindicatos de la CNT en diferentes localidades”.
Sin embargo, matiza la historiadora, en julio de 1936 el sindicato anarquista fue la primera organización en advertir sobre un posible golpe de Estado militar; el Gobierno no consideraba esta posibilidad; así, la CNT y la UGT promovieron una huelga –unitaria e indefinida- en la capital valenciana, con el fin de que el ejecutivo republicano respondiera a la amenaza golpista.
Formado por anarquistas y socialistas, el comité de huelga se hizo cargo del abastecimiento, garantizar servicios mínimos e informar a la población; asimismo unas milicias valencianas procedieron al bloqueo de los cuarteles; de hecho, expone Rosella Alonso, “optaron por no escuchar las disposiciones gubernamentales y crearon un poder alternativo para controlar la inestable situación”.
El 22 de julio de 1936 se constituyó el Comitè Executiu Popular de València, disuelto en 1937, del que formaban parte –además de la CNT y la UGT- las organizaciones antifascistas del Frente Popular. “Se crearon comités y juntas en las fábricas, oficinas, comercios…, en numerosos pueblos y comarcas del País Valenciano; el objetivo de la CNT era revolucionar la sociedad a partir de comités locales y regionales alternativos al poder republicano”, concluye Rosella Alonso Frau.
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