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La Feria del Libro y Disco vasco de Durango expulsa de nuevo a la editorial Hiru

Fuentes: Rebelión

De nuevo Gerediaga Elkartea, de la mano de instituciones y patrocinadores, organiza en este diciembre, del 5 al 8, la edición de la Feria del libro y del Disco vasco de Durango, «Durangoko Azoka». En esta 44 edición la cultura catalana es la invitada. Y, de nuevo un año más, no estará presente la editorial […]

De nuevo Gerediaga Elkartea, de la mano de instituciones y patrocinadores, organiza en este diciembre, del 5 al 8, la edición de la Feria del libro y del Disco vasco de Durango, «Durangoko Azoka». En esta 44 edición la cultura catalana es la invitada. Y, de nuevo un año más, no estará presente la editorial Hiru de tres mujeres, de Marilena Castillo, de Eva Sastre y Eva Forest y, en palabras de Eva, de tres mujeres y Alfonso, «que es casi una mujer más, cosa que decimos como un gran elogio», y no estarán presentes sus maravillosos libros.

Ya el año pasado escribí que la tropelía, que en «Durangoko Azokoa» de 2008 se perpetraba por parte de Gerediaga Elkartea arrojando a la editorial Hiru del recinto, no la merecíamos ni la editorial citada ni los visitantes, porque Hiru, Eva Forest, Alfonso Sastre y sus libros han sido durante 20 años un encuentro gozoso con las letras, un foco de luz en la confusión, han enriquecido a la Feria y a los lectores con su presencia y sus obras. Hiru surgió en una postguerra huérfana de libros y de maestros, fue una aventura, un gesto quijotesco con poco dinero y muchos sueños de infancia. Mediante la colección Milia Lasturko, nombre de escritora euskaldun medieval, grandes autores como el «Yo no soy de aquí» de Sarrionandia o «Los españoles y los euskaldunes» de Jose Azurmendi dieron a conocer a profesores de otras tierras el llamado problema vasco; mediante su trabajo y contacto muchos autores del mundo de altura, Noam Chomsky, Michel Collon, Howard Zinn, James Petras, Peter Weiss por citar tan sólo a algunos, han conocido nuestra cultura y nuestro pueblo, se han enamorado de nuestra tierra y de sus gentes hasta convertir en argumento de sus obras. Alfonso, Eva e Hiru han anidado en Hondarribia para escribir desde el corazón de Euskal Herria. Gerediaga, con su tropelía, ha querido arrojar de su Feria del Libro a dos talentos de la literatura y a una editorial, que rezuma buena literatura, amor y compromiso generoso con nuestra tierra y el corazón de sus gentes. ¡Sólo, decía, espero que las editoriales, presentes en la Feria, reaccionen y defiendan a Eva, a Alfonso y a Hiru, y con ello al visitante de la Azoka de Durango! Si Alfonso, en su comentario por su ausencia, sentía pena yo, decía, siento sonrojo y vergüenza. Y llamaba a que, en reparo, fuéramos muchos los lectores, que agradecidos compráramos un libro de Hiru este mes.

Hoy la ausencia de Alfonso y de su sombra Eva, de su creación y su obra en la Feria es un castigo y un bloqueo miope impuesto por Gerediaga Elkartea de la mano de una norma con poca sensibilidad y altura y excesiva estrechez de miras. Su ausencia llorada mañana será tarde. Porque Alfonso Sastre, figura descollante del teatro español contemporáneo, es excepción y lábel en el mundo de las letras de nuestros días en medio de nuestro pueblo. Su presencia es estímulo, acicate y pregunta inquietante para nuestros creadores y llamada recia para el lector. Un vagabundo errante, que sabe de qué habla, que entiende de la vida y del oficio noble de escribir, que llega de tierras castellanas silenciado, perseguido y maltrecho. Eliminado de las bibliotecas por una administración iletrada y mediocre, arrinconado como Chomsky en USAmérica. Censurado durante la dictadura, encarcelado, ninguneado en nuestro tiempo por la prensa y las editoriales sumisas, ilegalizado por gobiernos neocapitalistas con ribetes fascistas, este escritor, enraizado en la cultura y la libertad, busca cobijo vital en Hondarribia y el ancho mar de las gentes, aporta bagaje cultural y un mundo nuevo, utópico pero posible. Llega con su chaqueta azul de faena y trabajo. Su vasta obra literaria y dispersa, sus libros, comedias, artículos, guiones, largas conversaciones…, recopiladas hoy día en Hiru, dan prueba de su laboriosidad, creatividad y empeño en aportar claridad y lustre a nuestro mundo. Durangoko Azoka ha sido y debiera ser encuentro y suspiro económico para una editorial distinta.

Fue una nota en su stand de feria, la que hace años me llamó la atención en un libro suyo en castellano traducido del euskera, reflejo de amor, nobleza y desinterés económico. Decía la nota: «Si usted sabe euskera, aunque sea un poco, no compre este libro. Siempre es mejor el original». Pincelada ilustrativa para sonrojo de Gerediaga Elkartea.

Los libros de Hiru son punto de referencia y este año, una vez más, usted no los encontrará en la Feria del Libro y Disco vasco de Durango pero sí puede solicitarlos dirigiéndose a [email protected]

Y yo este año, por primera vez, me quedaré velando el sueño y la obra de la gran Eva Zaharra.

Rebelión ha publicado este artículo con autorización del autor, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.