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La Fundación Nacional Cubano Americana: ¿Cambio o decadencia?

Fuentes: Rebelión

Hace más de cuatro años que la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) no encuentra el camino que la lleve a los planos estelares que ocupaba antaño dentro del exilio cubano. Desde entonces la palabra «cambio» ha recorrido sus pasillos, que en estos momentos han perdido el fulgor, la clase y la organización que antes tuvieron. […]

Hace más de cuatro años que la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) no encuentra el camino que la lleve a los planos estelares que ocupaba antaño dentro del exilio cubano.

Desde entonces la palabra «cambio» ha recorrido sus pasillos, que en estos momentos han perdido el fulgor, la clase y la organización que antes tuvieron. A simple vista no se aprecian grandes gastos y el salario de sus trabajadores es bastante bajo. Ahora es muy similar a otras sedes de organizaciones anticastristas de Miami.

Su última jugada más importante fue el nombramiento de un nuevo director ejecutivo que llevó la concepción del cambio a un paso más allá de lo que muchos pensaban.

Según El Nuevo Herald (22 de noviembre de 2004), en un gesto rápido y discreto, el presidente de la junta de directores Jorge Mas Santos, en un nuevo intento por renovar la imagen de la Fundación, anunció la sustitución del director ejecutivo Joe García por Alfredo Mesa, un estrecho colaborador del ex alcalde Alex Penelas, cuyo interés por Cuba o los asuntos cubanos era casi desconocido.

Con esta misma idea, hace cuatro años García fue nombrado al cargo, pero tuvo más fracasos que logros. En esa etapa se produjo una grave escisión en las filas de la FNCA y las relaciones con la administración norteamericana se pusieron al nivel mas bajo en toda su historia. (La Fundación no pudo restablecer sus accesos a la Casa Blanca y a los congresistas cubano-americanos, con quienes está enfrentada desde hace ya más de tres años.)

Otros hechos más recientes marcan su estrepitosa caída hacia el abismo, solo basta leer las siguientes noticias.

Miami, 13 de enero de 2005 (efe) – «Varios directivos de la Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA) se reunirán el viernes con el ministro de Asuntos Exteriores de España, Miguel Angel Moratinos, para hablar sobre la situación de Cuba».

Lo cierto fue que e l Ministro español de Asuntos Exteriores «canceló por problemas de agenda» una reunión que tenía proyectada con varios representantes de la Fundación Nacional Cubano Americana, entre ellos su máximo dirigente, Jorge Mas Santos.

Miami, 18 de enero, 2005 (DPA) (Por Hernán Maldonado) – «La poderosa Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA) que otrora se jactaba de entrar al Despacho Oval sin anunciarse, ahora ni siquiera es ‘bienvenida’ en uno de los bailes de gala con los que el presidente George W. Bush inaugurará mañana su segundo periodo».

El Congressional Hispanic Leadership Institute (CHILI), que preside el congresista cubano-americano Lincoln Díaz-Balart, no aceptó un cheque por 25 000 dólares de la FNCA para tener una mesa en uno de los bailes, alegando que no aceptaba contribuciones de organizaciones sin fines de lucro.

Pero según el mismo despacho de prensa de la DPA, su hermano, el también congresista Mario Díaz-Balart, fue mas sincero cuando dijo: «En definitiva no es el problema de que (la FNCA) sea una organización sin fines de lucro, sino de que ellos no son bienvenidos aquí».

Los legisladores cubano-americanos por la Florida, Ileana Ros Lehtinen y los hermanos Mario y Lincoln Díaz-Balart, han censurado a la FNCA, organización de la que anteriormente eran ardientes defensores.

Cuando Mesa asumió en noviembre el mando ejecutivo de la Fundación en busca del terreno perdido, envió una rama de olivo al Presidente Bush y propuso a los congresistas cubano-americanos trabajar unidos. Por lo visto, las gestiones del nuevo director tampoco han dado buenos resultados.

Analistas del tema cubano consideran que la posibilidad de una reaproximación a Washington se ha desvanecido porque, con la reelección del Presidente, el distanciamiento es irreversible. Según una fuente legislativa, esta administración ha percibido a los dirigentes de la FNCA como «poco leales, y por lo tanto no les van a dar una oportunidad».

Otras acciones anteriores, como la venta del costoso inmueble de su «embajada» en Washington, el despido del ex diplomático estadounidense, Dennis Hays, quien dirigía esa oficina, así como la venta de la Torre de la Libertad sin que nunca llegara a ser el anunciado Museo del Exilio, constituyeron señales de que algo no estaba funcionando bien.

De acuerdo con DPA el 18 de enero de 2005, «Abandonaron Washington. Cuando quitaron a Hays, quien tenía una gran ascendencia y contactos en la capital, fue una indicación clara de que abandonaron su función de cabildeo. Se desinteresaron del asunto. Fue una sorpresa», manifestó Ernesto Betancourt, ex director de Radio Martí.

Pero se había justificado por adelantado el 22 de noviembre de 2004 cuando Betancourt dijo a El Nuevo Herald: «La Fundación lo que hizo fue volcar todos sus esfuerzos hacia la libertad de Cuba a partir del interior de la isla. La lucha es dentro de Cuba, con los disidentes, con la oposición cívica y la sociedad civil».

Según el profesor Antonio Jorge, de la Universidad Internacional de la Florida, «La Fundación ha querido establecer un nuevo curso en el exilio, con posiciones más audaces. Pero eso terminó conduciendo a la división de la misma Fundación, con el Consejo por la Libertad de Cuba».

De hecho, Jorge recuerda la incongruencia de cómo queriendo asumir una posición perdida de liderazgo dentro de la comunidad exiliada, los cuestionamientos de la Fundación al Presidente George W. Bush por no cambiar la política hacia Cuba en su primer mandato terminaron provocando una división entre los exiliados. La organización regañó severamente a Bush por supuestamente incumplir sus promesas de mayor mano dura contra el gobierno cubano, hechas en la campaña electoral del 2000.

Una fuente dentro de la entidad aseguró a El Nuevo Herald que el nombramiento de Mesa no es más que «una renovación» para «continuar con la política» ya implementada de contactos con la oposición interna.

En los pasillos de la Fundación se habla, incluso, de que Mesa sería el último director ejecutivo del exilio. El próximo no hará falta, pues como van las cosas la Fundación se desintegrará más temprano que tarde.

Según El Nuevo Herald del 22 de noviembre de este año, Ninoska Pérez Castellón, quien abandonó la Fundación para integrar el Consejo por la Libertad de Cuba, «por muy buena persona que sea» Mesa, «poco o nada podrá hacer». Pérez considera que «en su seno (el de la Fundación) no hay ya un compromiso con la libertad de Cuba como antes. No hay ni devoción ni compromiso. Eso no existe ahora». (Y) «todo esto es muy doloroso, porque ellos (los directores actuales) han destruido una Fundación que era casi perfecta en todos los aspectos».

Crisis en Miami y en Nueva Jersey

En estos momentos la FNCA encara también una difícil situación financiera, pues funciona a partir de las cuotas que aportan sus miembros; pero los directivos mejor remunerados, que son los millonarios, no están aportando lo suficiente para sufragar los gastos mínimos de la organización.

Uno de sus directores comentó recientemente que la crítica situación que afronta el órgano central de la Fundación en Miami provocó por primera vez que la filial de la agrupación en Nueva Jersey no pudiera efectuar la cena anual prevista para el ultimo trimestre de cada año, a la que asisten prácticamente la totalidad de los directores y fideicomisarios de la institución. No sería peregrino pensar que algunos directivos coincidieran en que el factor financiero es uno de los factores que determinaron la no celebración anual.

La mayoría de sus directores está invirtiendo dinero y tiempo en aspectos relativos a sus negocios, alejando de sus prioridades el tema Cuba.

Las pugnas internas de la Fundación en Miami se han agudizado y se muestran fuertes divergencias en los criterios e intereses político-financieros de sus más importantes miembros, lo que ha debilitado seriamente la imagen de Jorge Mas Santos y su ya disminuido acceso a círculos políticos del poder legislativo y del ejecutivo norteamericano.

La situación afecta el flujo de instrucciones por parte de la casa central en Miami a su representación en la conocida como Zona Norte, lo que genera una total inactividad anti-castrista en el funcionamiento de la misma y provoca que directores y coordinadores locales no participen en el financiamiento de esta importante filial.

Tan caótica es la situación que se considera que el capítulo de la Fundación en Nueva Jersey no existe. Su protagonismo político se ubica en el nivel más bajo de los últimos 10 años, dada la nula motivación de sus miembros y la falta de capacidad de convocatoria, por lo que se vaticina en círculos del exilio su desintegración formal para los próximos meses.

También continúa la partida de directivos. Por ejemplo Domingo Moreira, importante y acaudalado directivo, está decepcionado con la realidad que vive la Fundación y ya abandonó sus filas, aunque no ha dado pasos para ingresar al Consejo, pero en círculos allegados a dicha organización se comenta que la misma estaría en disposición de analizar individualmente cada deserción y después decidir. De ser cierto lo anterior, el trasvase o ingreso automático está cerrado.

Pesimismo en la ultraderecha

En círculos del exilio se percibe que tanto la Fundación como el Consejo por la Libertad de Cuba (CLC) tienen los ánimos por el piso. El hecho de que no lograran que el voto cubano fuera decisivo en las elecciones presidenciales en la Florida los coloca en una situación difícil con la Administración Bush y no saben qué estaría dispuesto a concederles el Presidente a partir de ahora, incluso cuando desde la óptica norteamericana ya no hay mucho más que hacer contra la isla de Castro.

También pesa en el desánimo el cambio de enfoque de la Unión Europea hacia el gobierno cubano. Recién acaba de anunciar la marcha atrás a las sanciones que impusiera la UE en junio del pasado año. Derrotado electoralmente el Partido Popular de José María Aznar en España -bien cercano a la FNCA-, que fue promotor de las sanciones, el gobierno de Rodríguez Zapatero logró un cambio de enfoque, aunque no de objetivos, en el seno de la UE en cuanto al tema de Cuba. Esa percepción del bloqueo europeo refleja intereses en los que no caben los de la extrema derecha cubano-americana, como los de la FNCA y la CLC.

En términos prácticos, los esfuerzos de la Fundación por renovar su imagen no han dado resultados. También, en términos pragmáticos, de ese intento no han resultado políticas más definidas y eficientes contra el gobernante cubano.

rgomez19532004@yahoo.es