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La Habana quiere regalarse un corredor cultural, sostenible e inclusivo

Fuentes: IPS

Con intervenciones a lo largo de unos tres kilómetros, el proyecto se suma a las iniciativas por el aniversario 500 de la capital de Cuba.

El Corredor cultural calle Línea es un concepto promisorio de un grupo de diseñadores y arquitectos, a fin de respaldar el desarrollo urbano y la regeneración integral, educativa y ecológica de espacios públicos en una de las arterias más populosas de la capital cubana.

Resulta una de las múltiples iniciativas dedicadas al 500 aniversario de la fundación de la ciudad, el próximo 19 de noviembre, aunque como proyecto en desarrollo sus acciones se extenderán mucho más allá de esa fecha.

Mapas, imágenes, una singular maqueta elaborada mediante impresión en 3D, dibujos y textos sobre las perspectivas para la calle Línea es posible apreciarlos en la exposición Soñar La Habana 2, inaugurada el 31 de mayo en Lab 26, en la barriada habanera de El Vedado.

Allí radica la sede del Proyecto Espacios, liderado por la arquitecta cubana Vilma Bartolomé, quien impulsa la idea original del Corredor cultural.

La muestra abierta al público hasta el 12 de julio fue vista por primera vez el pasado 20 de abril, como parte de las actividades de la XIII Bienal de La Habana.

Asimismo, fue objeto de análisis a fines de abril durante el encuentro «Arquitectura Insostenible», que durante una semana agrupó en Lab 26 conferencias y trabajos en equipo de expertos de Francia, Estados Unidos, México y Cuba, de donde emergieron nuevas recomendaciones y soluciones para el proyecto.

«Precisamente, esas nuevas ideas pueden apreciarse en esta muestra, como parte de un proyecto en construcción que se enriquece de manera constante, por lo que dentro de un tiempo bien podríamos proponer Soñar La Habana 3», explicó a la redacción IPS Cuba la comunicadora Mavis de la Colina.

De manera general, el Corredor cultural calle Línea aspira a transformar los espacios públicos de la arteria vial en lugares seguros, inclusivos, accesibles, verdes y de calidad.

Proyecta recuperar la vegetación en jardines y separadores y priorizar las intervenciones gráficas urbanas en pasos peatonales, edificaciones y aceras.

Asimismo, planea reformas en el mobiliario urbano de paradas, bancos, papeleras, entre otros sitios, además de mejorar la movilidad y vías de acceso a los lugares mediante un más eficiente sistema de transportación.

Oscar Romero, diseñador industrial y miembro del Proyecto Espacios, sostuvo que el Corredor también constituye a microescala la imagen de la ciudad que se desea.

«La idea es soñar con una ciudad grande y el Corredor es el experimento, el medio mediante el cual conoceremos cómo llegar a La Habana que queremos en el siglo XXI», argumentó.

El joven de 24 años analizó que «todos tenemos una idea distinta sobre cómo hacerlo, pero existen valores en los cuales muchos coincidimos, como la inclusividad, accesibilidad; que las personas se sientan partícipes, contribuyan y se beneficien de cuanto ocurre en su entorno y se potencie la cultura local y nacional».

Por su parte Elena Beatriz Hernández, también diseñadora industrial y proyectista de Proyecto Espacios, recordó que el Centro Histórico de La Habana Vieja, Patrimonio Cultural de la Humanidad desde 1982, es un eje cultural muy importante.

«Con esta intervención en El Vedado tratamos de que se expanda ese sentido de cultura a toda la ciudad. En Línea existen instituciones culturales, teatros y galerías, pero son lugares a los cuales se va puntualmente. Queremos llevar el arte al espacio público, por donde las personas transitan cotidianamente y que sea vivido y compartido», dijo.

Entre los planos y bocetos aparecen los de varios parques, y algunos sobresalen por su forma triangular, debido a la intersección de las calles en esta parte de El Vedado.

«Para los diseños de parques nos basamos en su idea original y el contexto donde están

ubicados, con un concepto específico para cada uno. Por ejemplo, en el ubicado frente al hospital conocido popularmente como Maternidad de Línea, trabajamos en la reinterpretación del estilo art decó del pavimento original, con una visión más contemporánea», significó Hernández.

Al preguntársele sobre cómo concibe La Habana de 2119, la joven de 23 años no dudó en afirmar que quisiera «una ciudad saludable, ecológica, cuyo patrimonio fuera visible, que la gente interactuara a diario con esas obras y la cultura fuera algo de todos los días».

Y agregó: «Me imagino una ciudad limpia, cuidada, donde las personas se sientan a gusto en el espacio urbano, con una excelente movilidad para acceder a los distintos lugares; una urbe apegada a sus raíces, pero siempre con una visión de futuro en beneficio de sus ciudadanos».

Corredor cultural calle Línea es un proyecto ejecutado por el Consejo de la Administración de La Habana y del municipio de Plaza de la Revolución, en colaboración con el ministerio de Cultura, y cuenta con el financiamiento de la Unión Europea.

Según informes oficiales, los cambios en Línea beneficiarán directamente a los más de 46.000 residentes en esa avenida capitalina.