A pesar de que 22 estadounidenses reportaron síntomas, no se encontró evidencia de un arma. Los expertos sospechan un trastorno psicosomático relacionado con el estrés en La Habana. Reputados neurólogos han sugerido que una serie de dolencias misteriosas entre diplomáticos estadounidenses en Cuba -lo que ha causado una fisura diplomática entre los dos países- podría […]
A pesar de que 22 estadounidenses reportaron síntomas, no se encontró evidencia de un arma. Los expertos sospechan un trastorno psicosomático relacionado con el estrés en La Habana.
Reputados neurólogos han sugerido que una serie de dolencias misteriosas entre diplomáticos estadounidenses en Cuba -lo que ha causado una fisura diplomática entre los dos países- podría haber sido provocada por una forma de «histeria colectiva», en lugar de por ataques sónicos.
Los incidentes inexplicados han llevado a Estados Unidos a retirar a la mayor parte de su personal de la embajada de La Habana y a expulsar a la mayoría de los diplomáticos cubanos en Washington.
Los neurólogos que hablaron con The Guardian señalaron que no es posible un diagnóstico adecuado sin mucha más información y acceso a las 22 víctimas estadounidenses, las cuales han sufrido una serie de síntomas incluyendo pérdida de audición, tinnitus, dolores de cabeza y mareos.
El Departamento de Estado ha descrito los incidentes como «ataques» que comenzaron a finales del año pasado, el último incidente se reportó en agosto.
Pero las investigaciones tanto de Estados Unidos como de Cuba no han producido evidencia de ningún arma y los neurólogos sostienen que debe considerarse la posibilidad de un «trastorno funcional» debido a un problema en el funcionamiento del sistema nervioso en lugar de una enfermedad.
«Desde un punto de vista objetivo es más como una histeria colectiva que cualquier otra cosa», dijo Mark Hallett, jefe de la sección de Control Motor Humano del Instituto Nacional Estadounidense de Trastornos Neurológicos y Derrame Cerebral.
«Histeria colectiva» es el término popular para brotes entre grupos de personas que son parcial o totalmente psicosomáticas, pero Hallett subrayó que no se les debe culpar.
«La enfermedad psicosomática es una enfermedad como cualquier otra. No debe ser estigmatizada», dijo Hallett, que también es presidente de la Federación Internacional de Neurofisiología Clínica. «Es importante señalar que síntomas como estos no son voluntarios. No son un signo de debilidad en la personalidad de un individuo».
Hallett dijo que lo más común es que estos trastornos afecten a grupos más pequeños de personas, a menudo en familia, pero agregó que es factible que un mayor número de individuos se vean afectados, en especial cuando trabajan juntos en un ambiente tenso y hostil.
«Hasta donde puedo ver hay un gran número de individuos que tienen quejas relativamente vagas,», dijo Hallett. «Ha habido una exploración de las posibles causas de esto, nada se ha encontrado y la noción de algún haz sónico es relativamente absurda.
«Si se trata de histeria colectiva se aclararía todo el misterio -y presumiblemente se normalizarían las relaciones entre Estados Unidos y Cuba», dijo Hallett. «Todas estas personas están agrupadas en un ambiente algo ansioso y esa es exactamente la situación que precipita algo como esto. La ansiedad puede ser uno de los factores críticos».
Associated Press informó el jueves de que le habían proporcionado cintas de audio de sonidos agudos que algunos trabajadores de la embajada estadounidense dijeron que oyeron en La Habana, pero no está claro si los sonidos están relacionados con las quejas sobre la salud. El informe señaló que no todos los estadounidenses lesionados en Cuba escucharon sonidos, y no está claro si todos los que lo hicieron oyeron lo mismo.
Alan Carson, un consultor en neuropsiquiatría y expresidente de la Asociación Británica de Neuropsiquiatría, dijo The Guardian: «Normalmente, lo que se obtiene en un trastorno funcional es un desencadenante. A menudo es relativamente leve y no específico, puede ser una lesión física menor. Pero luego una combinación de grado de ansiedad y también de creencia y expectativa distorsionan ese sentimiento».
«Si hay una expectativa bastante fuerte de que algo va a suceder, eso distorsionará la información entrante de una manera completamente real», dijo Carson. «En ciertas circunstancias, eso se puede transmitir de persona a persona… Si una persona lo experimenta con fuerza suficiente y pone en marcha esa línea de pensamiento en la mente de otra persona, eso también puede suceder».
Muchos expertos en acústica han dicho que es altamente improbable que la gama de síntomas reportados pueda haber sido causada por cualquier tipo de arma sónica.
Otra teoría es que las quejas de salud fueron causadas por una operación de vigilancia que salió mal, pero eso también ha provocado el escepticismo de los expertos debido a la escasez de pruebas.
Estados Unidos no ha culpado directamente al Gobierno cubano, pero dijo que La Habana no había cumplido su obligación de proteger a los diplomáticos extranjeros en su territorio. El Gobierno cubano ha negado cualquier ataque y ha ofrecido su cooperación para descubrir la causa de los síntomas.
«No creo que el Gobierno cubano esté detrás de eso», dijo Ben Rhodes, asesor de política exterior de Barack Obama y participante en la negociación de la administración anterior para acercarse a La Habana».
«Primero, estas cosas aparentemente comenzaron en diciembre… Al mismo tiempo que comenzaban los ataques, el Gobierno cubano estaba concluyendo con frenesí distintos acuerdos con nosotros, firmando negocios… en otras palabras, tratando de preservar la relación. Así que no tiene ningún sentido la idea de que al mismo tiempo que hacían eso también iban a iniciar algo que está tan evidentemente diseñado para destruir la relación.
«Al preguntarle acerca de la posibilidad de trastornos funcionales, un portavoz del Departamento de Estado dijo: «No tenemos respuestas definitivas acerca de la causa o la fuente de los ataques contra los diplomáticos estadounidenses en Cuba y continúa una agresiva investigación. No queremos adelantarnos a esa investigación».
Donald Trump ha adoptado hacia Cuba un tono marcadamente más hostil que su predecesor y en junio anunció un retroceso parcial del acercamiento de Obama al endurecer las regulaciones de los viajes y del comercio con la isla.
Jon Stone, un neurólogo de la Universidad de Edimburgo y coeditor de un libro acerca de los trastornos neurológicos funcionales, dijo que estos trastornos son muy comunes y la segunda razón más común para acudir a un neurólogo».
«Hay una idea errónea de que sólo personas débiles, personas neuróticas, sufren estos síntomas. No es cierto», dijo Stone. «Estamos hablando de síntomas genuinos que la gente tiene de mareos, dolores de cabeza, problemas auditivos, síntomas que no están fingiendo».
Agregó que el brote podría haber comenzado con una o dos personas que sufren dolores de cabeza o problemas auditivos que se extienden en una atmósfera de mucho estrés y en medio de comentarios de un «ataque sónico».
«Nada de esto tiene sentido a no ser que se considere la explicación psicogénica», dijo Robert Bartholomew, sociólogo médico y autor de una serie de libros acerca de brotes de histeria colectiva».
«Las agencias estadounidenses de inteligencia son las más sofisticadas del mundo y, según los informes, no tienen ni idea de lo que está causando los síntomas. Apuesto hasta mi casa a que hay funcionarios en la comunidad de inteligencia que también han llegado a la conclusión de que se trata de un evento psicogénico, pero su análisis está siendo reprimido o ignorado por la administración Trump porque no encaja en su narrativa. La enfermedad psicogénica colectiva es, con mucho, la explicación más convincente».
Traducción de Germán Piniella para Progreso Semanal.
Fuente: http://www.theguardian.com/world/2017/oct/12/cuba-mass-hysteria-sonic-attacks-neurologists