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«La huelga general y otras historias»: Jack London, un escritor social

Fuentes: Tercera Infornación

El libro recopila varios relatos en los que hay una temática social, entendida de una forma amplia y heterodoxa

Existen varios escritores diferentes dentro de Jack London. Eso sucede, probablemente, porque estamos ante todo un personaje (en el mejor sentido de la palabra), con una biografía plagada de vivencias y que ha pasado por diferentes etapas: expedicionario, corresponsal de guerra, obrero, contrabandista, vagabundo… Otra faceta, a veces obviada, es su compromiso político. Su declarada militancia socialista, aunque con contradicciones sonadas (como es de esperar en alguien como él), hizo que en parte de su obra hubiera un claro tono reivindicativo.

Precisamente Ediciones Irreverentes recopila una serie de escritos que muestran esa faceta comprometida del estadounidense. Bajo el título de «La huelga general y otras historias» nos encontramos con 6 relatos en los que hay un tono social como nexo común pero visto y tratado de maneras muy diversas e incluso de formas muy poco evidentes.

El primero y principal de todos ellos, el que da nombre al libro, nos muestra la lucha sindical llevada a cabo en San Francisco en busca de unas condiciones dignas de trabajo. Un texto que en líneas generales asume una forma directa y concisa, valga como ejemplo la literatura tratada como método de propaganda al estilo de Upton Sinclair. Una temática que también abordaría, aunque de forma muy distinta, en el «Talón de hierro».

Aun así hay algunas peculiaridades que hacen de este relato poseedor de un gusto muy especial. Además de ese retrato de la clara división de clases sociales en la sociedad, elige una forma de casi thriller de terror para desarrollar cómo vive la ciudad una huelga que durante días deja desabastecida la ciudad, con la consiguiente transformación de, principalmente, las clases pudientes y que recuerda en la ambientación a la desorientación que sufre la población en «La Peste» de Albert Camus y sobre todo esa pérdida de «valores» de los niños de «El señor de las moscas».

Junto a este hay otros relatos que dan forma al libro. Dos de ellos tienen en común su mirada a China, en «Una invasión sin antecedentes», se sitúa en un futuro donde se impone el imperio asiático y queda patente que la guerra entre culturas/civilizaciones no es algo del presente. El otro («El chinago»), mucho más interesante, reflexiona sobre el imperialismo, la explotación, la utilización de la justicia de forma clasista y por otro lado el racismo cultural de occidente.

Hasta aquí la parte más, llamémosle, política. En otro plano más intimista, se sitúan otros escritos como «Por un pedazo de carne», en la que se cuenta la historia de un boxeador en declive y que sirve de reflexión sobre la miseria, la lucha entre juventud y vejez y el ocaso de los sueños. Un personaje a medio camino entre el protagonista de la película de John Huston «Fat City» y los que aparecen en las historias de Flannery O’Connor. En «La hoguera» se nos presenta a un hombre que luchará contra la naturaleza, en este caso el frío, y que su encuentro con un perro crea una dicotomía entre racionalidad e instinto. «Cara de luna», que pone el punto y final al libro, es una crudísima mirada al ser humano donde muestra su maldad, en este caso provocada por algo de lo más ridículo (un hombre detesta a otro, hasta niveles inimaginables, por su simple gesto), de ahí precisamente su empaque y rotundidad.

Este breve recopilatorio pone sobre la mesa una faceta de Jack London a veces no demasiado comentada como es un trasfondo político en su escritura, entendido tanto a niveles más obvios y reivindicativos como en su esmero por conocer la relación del individuo con su entorno. Todo ello, como queda demostrado en este mínimo muestrario, sin caer en esquemas repetitivos ni obvios, una señal palpable de su talento narrativo.

Fuente: http://www.tercerainformacion.es/spip.php?article36803