El Movimiento Democrático de Mujeres, el Movimiento Democrático de Mulheres de Portugal y la Red de Municipios Libres de Tráfico de Mujeres y Niñas organizan, el próximo sábado 6 de febrero en Barcelona, una Jornada de «Ciudades libres de tráfico de mujeres y menores para la explotación sexual».
Lo que se pretende debatir en esta jornada es el fenómeno de la prostitución como una forma de violencia de género extrema que debe ser abolida y no una profesión que hay que reglamentar porque regular la prostitución legitima y normaliza la prostitución como una «opción para las pobres». «¿Cómo podremos educar para la igualdad en una sociedad donde las niñas sabrán que su futuro puede ser prostitutas, viendo a otras exhibirse en escaparates al estilo del barrio rojo de Holanda, y los chicos sabrán que puede usarlas para su disfrute sexual si tienen el suficiente dinero para pagar por ello?«, se pregunta Eloina Terrón, Técnica de la Consejería de Educación de CyL y ponente en esta Jornada.
Se trata en esta Jornada de analizar la ambiciosa postura del movimiento abolicionista que trata de ir a la raíz de un problema que afecta a los derechos humanos: los de toda persona a no ser abusada ni utilizada sexualmente, ni de forma gratuita ni a cambio de ninguna compensación económica. De ahí que el foco abolicionista plantea dirigir la acción hacia las personas que demandan, la clientela, los prostituidores. Porque sin demanda, la oferta desaparece.
«Si queremos construir realmente una sociedad en igualdad hemos de centrar las medidas en la erradicación de la demanda, a través de la denuncia, persecución y penalización del prostituidor (cliente) y del proxeneta: Suecia penaliza a los hombres que compran a mujeres o niños con fines de comercio sexual, con penas de cárcel de hasta 6 meses o multa, porque tipifica este delito como «violencia remunerada. En ningún caso se dirige contra las mujeres prostituidas, ni pretende su penalización o sanción porque la prostitución es considerada como un aspecto de la violencia masculina contra mujeres, niñas y niños«, explica Manuela Schön, Portavoz de política social para el Grupo Die Linke de Alemania y otra de las ponentes.
De ahí que Maite Mola, Vicepresidenta del PIE (Partido de la Izquierda Europea), plantea que «cambiar el destino de las mujeres y hombres que están en la prostitución pasa por plantear un sistema económico justo y sostenible que incorpore en igualdad a ambos sexos. Cambiar su destino pasa por perseguir a las mafias y no favorecer su instalación en nuestro país con leyes permisivas y con modelos económicos basados en el ladrillo en nuestras ciudades. Cambiar su destino pasa por transformar la mentalidad de esos varones, no sólo con multas que les quiten las ganas sino con una educación que obligue a los medios a cambiar la imagen de la mujer como objeto sexual y a los hombres a corresponsabilizarse emocional y vitalmente. Cambiar su destino pasa porque los derechos de las mujeres dejen de ser derechos de segunda y pasen a formar parte de verdad de los derechos humanos«.
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