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La LOE. ¿Una nueva ley de educación?

Fuentes: www.prometeo.org.es

CONTEXTO El proyecto de Reforma Educativa que se discute en el Congreso se presenta como Ley Orgánica (LOE), igual que la última aprobada apenas hace dos años. Y se percibe mediáticamente como la Contrarreforma de la LOCE, que a su vez se suponía Contrarreforma de la LOGSE. Parece que el debate educativo es el arma […]

CONTEXTO

El proyecto de Reforma Educativa que se discute en el Congreso se presenta como Ley Orgánica (LOE), igual que la última aprobada apenas hace dos años. Y se percibe mediáticamente como la Contrarreforma de la LOCE, que a su vez se suponía Contrarreforma de la LOGSE. Parece que el debate educativo es el arma preferida en la lucha política por nuestros partidos mayoritarios. Aunque con este nuevo texto se pretende alcanzar, según el Gobierno, un «compromiso social por la Educación», lo que traducido a la práctica sería un Pacto Político entre los dos partidos de la alternancia.

En realidad este acuerdo no sería tan difícil si se analizan las pocas diferencias reales de los contenidos de los distintos textos, y sobre todo su fundamentación ideológica, su modelo y concepción educativos. En efecto, se parte de la misma ideología económica, de responder a los desafíos de la globalización (asumiéndola), siguiendo los acuerdos de los jefes de Gobierno de la UE en la Cumbre de Lisboa del 2000 donde se define el objetivo estratégico para el 2010 «convertirse en la economía del conocimiento más competitiva y más dinámica, capaz de un crecimiento económico sostenido…». En sintonía con las políticas que ya se están aplicando en Inglaterra, donde el Sistema Educativo se oferta a la iniciativa privada y se rige con los principios de la competitividad. Por eso en esta ley el término de enseñanza pública es sustituido por el de «sostenida con fondos públicos». Por eso se proponen conciertos incluso de las enseñanzas no obligatorias. Se privatiza la Formación pro
fesional (conciertos desde la Inicial hasta los ciclos superiores), permite acuerdos con entidades públicas y «privadas» para la formación de Adultos; se hace referencia explícita a los acuerdos con la Santa Sede (1976-79), mantenimiento de la Religión, en contra del informe primero del Consejo Escolar del Estado, (sorprendentemente cambiado en la sesión de hace varios días) y abierto a otras ( además con compromiso de homologación del profesorado); no se contempla la «Educación Especial»…

Esta «filosofía» ya aparece en leyes anteriores como la LOPEGCE (gobierno PSOE) o la LOU (PP).

Y encaja en el modelo cultural propio del pensamiento único («pensamiento cero» según Saramago) donde la educación no tiene un valor social en sí misma, sino como simple mercancía, en la medida que puede ser moneda de cambio en un mercado del trabajo cambiante. El Objetivo y la organización del sistema educativo es responder a ese mercado, aunque se hacen, como siempre, algunos brindis filosóficos a la formación ciudadana.

En lo que sí ha habido total similitud con la LOCE, sin necesidad de acuerdo, es en el método de elaboración (de gabinete, con rapidez), en el debate público (3 meses y sobre cuestiones particulares secundarias) y en la ausencia de una Ley de Financiación de acompañamiento.

CALIDAD

La calidad es también un principio clave de esta nueva ley. Pero, como en la anterior, no profundiza en la definición de ese concepto. Una educación es «buena» o de calidad cuando tiene los medios adecuados para conseguir plenamente los objetivos.

De acuerdo con los objetivos que acabamos de analizar, el sistema será de calidad si consigue la preparación técnica polivalente y competitiva para el mercado del trabajo. Por eso esa calidad se mide con evaluaciones cuantitativas, sobre contenidos disciplinares, con instrumentos homogenizados y aplicados por técnicos externos. Si los objetivos fueran de progreso social y humano, la calidad se definiría por el logro de desarrollo integral de la persona, su formación ciudadana y la capacidad de analizar e interpretar el mundo en el que vive y las competencias y actitudes para mejorarlo.

Respecto a los medios no hay apenas diferencias con la LOCE:

– Similares contenidos, básicamente disciplinares y conceptuales.
– Parecidos recursos, insistiendo casi exclusivamente en los tecnológicos. Sin cambios de ratios, sin redefinición y aumento de los recursos humanos coordinados, sin acompañamiento financiero de las medidas, sin medidas complementarias como comedores o actividades extraescolares.
– No hay cambios significativos en el perfil del profesorado, que sigue siendo más «técnico» que «pedagógico», aunque se presentan algunos posibles cambios en la formación inicial.
– No hay cambios en el papel de la Inspección.

Estamos lejos del modelo de Calidad de la Escuela Pública que propone unos contenidos formativos y ciudadanos integrados con una metodología experiencial y un conocimiento constructivo que parta de los conocimientos previos y cercanos; que coordina los máximos recursos en torno al proceso de enseñanza-aprendizaje en el aula; que se sustenta en un cuerpo único de enseñantes, con formación específica docente, mayor y más adaptada a las diferentes etapas educativas; con un modelo de evaluación formativa y colectiva del sistema, con una inspección con perfil asesor e integrado en los centros…

PARA TODOS

La aplicación de la Ley Orgánica de la Educación pretende retomar el principio de Generalidad de la LOGSE.

Una enseñanza de calidad, igualitaria y democrática debe basarse sobre dos pilares fundamentales: comprensividad y diversidad. Aunque estos principios están recogidos en la LOGSE, su aplicación ha sido uno de los grandes fracasos de este sistema educativo.

Por una escuela comprensiva se entiende una forma de enseñanza integradora que atienda a todos los escolares de un tramo de edad para proporcionarles una educación común y básica, que les ayude a desarrollar sus potencialidades personales y a integrarlos como ciudadanos. De esta manera, todo el alumnado tendrá las mismas oportunidades de formación y las mismas experiencias educativas con independencia de su origen social, posibilidades económicas, sexo o cultura. Esto se contradice con los planteamientos de «itinerarios» de la anterior ley, o con algunas propuestas de «atención a la diversidad» o de «opcionalidad» de la actual.

El reto que plantea la enseñanza comprensiva no es sólo que exista un tronco común para todos o que se amplíe la edad obligatoria a los 16 años, sino que tenga en cuenta una real y efectiva igualdad de oportunidades, vinculada directamente con la justicia social y que no suponga discriminación alguna a la hora de acceder a los centros pagados con fondos públicos (enseñanza pública o concertada) o a las instalaciones, medios o recursos didácticos (centros urbanos o rurales). Pero, en su aplicación, este principio fundamental se encuentra con una enseñanza concertada, sobre todo la confesional, que, sin que la Administración Educativa intervenga, selecciona al alumnado según criterios socioeconómicos o culturales, ajenos totalmente a lo que debería ser una enseñanza integradora, no discriminatoria.

Por otra parte, una enseñanza comprensiva debe atender a las diferencias de intereses, motivaciones y aptitudes del alumnado sobre todo a partir de los últimos cursos de la ESO. La atención a esa diversidad individual y a las necesidades de cada alumno supone que, junto a unos contenidos básicos y comunes, se oferte otras posibilidades complementarias que atiendan a los intereses, motivaciones y desarrollo intelectual de cada uno.

Pero una enseñanza comprensiva y diversificada necesita de una organización flexible dentro del aula que atienda las necesidades de cada alumno y que ofrezca posibilidades de aprendizaje de acuerdo con sus diferentes intereses y capacidades.

Muchos problemas ha tenido en los últimos años la atención a la diversidad. Ha sido la propia Administración Educativa la que, con su política de recorte presupuestario, ha hecho inviable su aplicación. Porque no basta con que se recoja en documentos oficiales. Atender a las necesidades individuales del alumnado tiene que suponer un aumento significativo de los recursos, una disminución de la ratio, un aumento del profesorado, un cambio radical en la organización de los centros y el desarrollo de una amplia red de servicios de apoyo.

ENTRE TODOS.

Esta ley asume la propuesta de La UE como objetivo de los sistemas educativos:

«Educar entre todos exige participación: uno de los valores básicos en el proceso educativo y expresión de uno de sus fines fundamentales: la formación de ciudadanos autónomos y libres, comprometidos con las tareas y responsables de los problemas que afectan a la comunidad»

Los mecanismos de participación se han regulado en la legislación democrática española a través de distintas leyes.

– LODE: reguló la participación efectiva de todos los sectores afectados.
– LOPEGCE: precisó y amplió la participación de la comunidad educativa: Consejo Escolar y Claustro, asociaciones de padres y juntas de delegados.
– LOCE: ha modificado competencias, particularmente en la elección de director.

Desde la LOPEGCE y posteriormente en la LOCE al hablar de participación se pone énfasis sobre todo en la elección de director y control de la gestión, pero las investigaciones y estudios internacionales señalan la participación de todos los sectores afectados: profesores, alumnos y padres en los procesos de enseñanza-aprendizaje como fundamental. Estimular la implicación de los profesionales en los asuntos del Centro, fomentar tareas de equipo, supone confiar al claustro responsabilidad y capacidad de decisión. Favorecer la participación de todos los alumnos en clase, en actividades, revitalizar las asociaciones de alumnos, potenciar las asociaciones de padres, hacerles partícipes en el proceso de aprendizaje de sus hijos.

No obstante, la función directiva es esencial para favorecer la calidad y mejora de la enseñanza. La participación de la comunidad educativa ha disminuido considerablemente con la LOCE, optando por la selección de candidatos en función de méritos académicos y profesionales, con peso determinante en la Administración educativa.

La LOE reforma algunos aspectos puntuales de la LOCE, en porcentajes de representación y algunas cuestiones secundarias, pero se mantiene el mismo modelo «tecnicista» y de «gestión», desarrollando el concepto de participación como «representativa», sin hacer ninguna propuesta que avance realmente en la implicación social en la educación: participación de las familias y el alumnado en la elaboración y aplicación de los proyectos curriculares y educativos, en el seguimiento de su desarrollo y en la evaluación global del sistema.

Los verdaderos cambios cualitativos de un sistema educativo, no pueden darse con simples retoques aislados, sin cuestionar y definir previamente un modelo global del Sistema en el marco de un Proyecto de Sociedad. Esta nueva ley propone retoques coherentes en el mismo sistema educativo mercantilista que corresponde al proyecto Neoliberal y Globalizado de sociedad.

Si la LOE pretende un sistema Educativo de Calidad, con una enseñanza comprensiva, democrática, no discriminatoria y participativa, la Administración debe hacer una apuesta fuerte y urgente por la Escuela Pública y por la dignificación del profesorado.

COLECTIVO PROMETEO