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La lucha por la soberanía y el desarrollo económico de Cuba (I)

Fuentes: Rebelión

En su discurso de autodefensa en el juicio por el ataque al cuartel Moncada, Fidel Castro esbozó los objetivos fundamentales a alcanzar de triunfar la insurrección:

¨devolver a los cubanos su soberanía y reestablecer la vigencia de la Constitución de 1940; realizar la reforma agraria; garantizarles a los obreros las utilidades de las empresas y a los colonos el derecho a beneficiarse del 55 % del rendimiento de la caña de azúcar; la nacionalización de los monopolios eléctrico y telefónico; la recuperación de los bienes y fortunas mal habidas y la reforma general de la enseñanza¨.1

La corrupción administrativa en las diferentes instancias de gobierno fue uno de los graves males de la república neocolonial en Cuba. Eran frecuentes el robo de fondos destinados a obras públicas, el soborno, la compra de conciencias y la ubicación de familiares o servidores incondicionales en cargos ficticios, popularmente llamado ¨botellas¨. El derrocamiento de la dictadura de Batista y la llegada al poder del Gobierno Revolucionario arrasó con ese régimen de oprobio, prohibió el juego y el tráfico de drogas, además fueron recuperados y devueltos al patrimonio nacional los bienes que los malversadores y sus familiares habían dejado al huir del país.

En esa época, a pesar de que una buena parte de la población era analfabeta, padecía de pobreza, estaba desempleada o subempleada, la inmensa mayoría de los ciudadanos respetaba la propiedad ajena. Esa ética elemental se formó durante siglos pues los capataces y administradores, la policía y la guardia rural defendían a capa y espada a los propietarios y los transgresores eran enviados a la cárcel o como mínimo, perdían el escaso empleo, resultándole imposible obtener otro después de conocerse los hechos.

En el discurso pronunciado el 8 de enero de 1959 a su arribo a la capital, valorando los inmensos obstáculos que enfrentaría la Revolución para transformar el país, el líder rebelde presagió: ¨No nos engañemos creyendo que en lo adelante todo será fácil; quizás en lo adelante todo sea más difícil¨ 2. Probablemente nadie pensó que comenzaba una contienda por la soberanía y el desarrollo del país que no ha concluido 62 años después.

A pocos meses de derrocada la tiranía, la Revolución había sobrepasado el programa del Moncada: benefició al 58 % de la población al rebajar las tarifas eléctricas, redujo el monto de los alquileres, prohibió el desahucio, expropió los negocios inmobiliarios y dio la posibilidad a los ocupantes de las viviendas de pagar su valor a plazos con el importe del alquiler, estableció el acceso gratuito de todos los ciudadanos a los servicios de salud y educación, generalizó las prestaciones de la seguridad social, eliminó la prostitución y los barrios insalubres y comenzó la construcción de miles de viviendas, empleando fondos de la lotería nacional, que posteriormente se eliminó. Las playas privadas fueron abiertas para el disfrute de toda la población. Se terminó la mendicidad y por primera vez fueron posibles la justicia, la equidad y la dignidad plena para todos los ciudadanos.

La Ley de Reforma Agraria firmada el 17 de mayo de 1959 expropió los latifundios mayores de 30 caballerías (402,6 hectáreas), muchos de ellos pertenecientes a compañías estadounidenses. Las tierras que arrendaban miles de campesinos pasaron a ser de su propiedad, las grandes extensiones donde laboraban fundamentalmente obreros agrícolas fueron convertidas en granjas agropecuarias estatales.

En respuesta a la nacionalización de los latifundios, el Gobierno estadounidense cortó el suministro de combustibles y la importación de azúcar, cuyo déficit pudo ser contrarrestado poco después al convenirse el suministro de petróleo con la URSS a cambio de la exportación de azúcar cubana.

Cada acción imperialista generó una contramedida revolucionaria, proceso que desencadenó en agosto de 1960 la nacionalización de todas las empresas extranjeras y nacionales, de la banca, los medios masivos de comunicación y el establecimiento del monopolio al comercio exterior por el Estado. Inmediatamente se produjo la emigración masiva de los expropietarios y sus familiares, fundamentalmente hacia los Estados Unidos, iniciándose un programa para acogerlos como refugiados, que fue reafirmado en 1966 al aprobarse la Ley de Ajuste Cubano, engendro jurídico que promueve la emigración hacia ese país porque concede un tratamiento especial a los cubanos emigrados, que se mantiene vigente hasta nuestros días.

En años posteriores, los sucesivos gobiernos estadounidenses organizaron y financiaron miles de acciones de sabotaje, subversión, espionaje, propaganda, agresiones armadas e intentos de asesinato de los líderes revolucionarios, las que causaron numerosas víctimas y que finalmente fueron neutralizadas o derrotadas por las Fuerzas Armadas Revolucionarias, los combatientes de seguridad del Estado y las milicias populares.

A pesar de la falta de administradores preparados para dirigir miles de entidades nacionalizadas, en los años iniciales de la Revolución el irrespeto a la propiedad estatal resultó ínfimo, por el contrario, los trabajadores hacían guardias en horarios no laborables para evitar los robos y sabotajes perpetrados por delincuentes y grupos contrarrevolucionarios.

El 7 de febrero de 1962, el entonces presidente Kennedy, declaró el bloqueo unilateral contra Cuba con el que pretendían rendir por hambre y enfermedades a la población para que esta apoyara un alzamiento que derrocara al Gobierno Revolucionario. El bloqueo obligó a establecer fuertes medidas de austeridad, entre ellas la supresión de la importación de bienes superfluos desde otros países.

En marzo del propio año el Gobierno cubano estableció la ¨Libreta de Abastecimiento¨ para la venta racionada de productos alimenticios, de aseo y vestuario a la población. Aunque muchos de los productos normados pasaron con posterioridad a ser comercializados en mercados ¨paralelos¨ a precios mayores, este mecanismo de distribución se ha mantenido hasta nuestros días para garantizar el suministro equitativo de un mínimo grupo de alimentos y artículos de aseo. Junto con la escasez de productos apareció el mercado negro.

Por esos años entre dirigentes del gobierno se debatía acerca de los principios básicos del sistema de dirección a establecer en las empresas, a saber: emplear o no el resultado monetario de la gestión como medida para los premios; utilizar o no el interés material como palanca para mover individual y colectivamente a los trabajadores; contabilidad y finanzas centralizadas a nivel de la empresa o descentralizadas por unidades productoras. Al final se tomó la decisión salomónica de adoptar el sistema presupuestario de financiamiento en el Ministerio de Industrias patrocinado por el Comandante Ernesto Guevara y el sistema de cálculo económico en la agricultura, a cargo del Instituto Nacional de la Reforma Agraria.

Ampliación de las relaciones económicas con la URSS

En junio de 1963 Fidel realizó una visita a la Unión Soviética, durante la cual se limaron asperezas producidas por la unilateral e inconsulta decisión soviética de retirar los cohetes estratégicos instalados para evitar la invasión norteamericana a Cuba y se acordó incrementar la importación de azúcar, las inversiones y los suministros por parte de la URSS. Comenzó la llegada al país de plantas termoeléctricas e industriales, maquinarias, equipos de transporte, alimentos y una cantidad reducida de equipos electrodomésticos, cuya asignación se realizaba colectivamente en los centros de trabajo según méritos laborales o situaciones familiares desfavorables.

En octubre de 1963 se promulgó la Segunda Ley de Reforma Agraria que eliminó totalmente el latifundio al establecer un límite máximo de tenencia de tierras a 5 caballerías (67,10 ha), quedando en poder del estado el 75 % de las tierras.

Desgraciadamente en esa época, al decir del Che, ¨nuestro concepto inmaduro de la Revolución nos llevó a arrasar con una serie de procedimientos establecidos, por el mero hecho de ser capitalistas¨ 3, por esa razón, además de otras medidas tomadas para eliminar las relaciones financieras entre las entidades estatales, durante unos años se cerraron las matrículas para estudios de nivel medio de contabilidad y de la carrera de contador público. Con posterioridad se reestablecieron bajo el título de Licenciado o técnico en Control Económico, con menor carga docente en materia contable y financiera e incluyéndole otras materias como el procesamiento computarizado de la información, análisis de sistemas y programación de computadoras. No fue hasta 1983 que se reestablecieron plenamente los estudios de contabilidad y finanzas y producto de ello se creó un bache en la formación de contadores, que incidió en períodos posteriores en la falta de confiabilidad de la reestablecida contabilidad financiera y el insuficiente control interno en muchas empresas y unidades presupuestadas.

La ofensiva revolucionaria realizada en 1968 nacionalizó los restantes comercios y pequeños negocios, que pasaron a ser gestionados por los gobiernos locales; sus empleados y algunos dueños pasaron a ser trabajadores del Estado, una parte de estos últimos emigró. Solamente quedaron como propietarios privados los pequeños agricultores y un reducido grupo de taxistas que poseían autos desde antes de la Revolución. El crecimiento de la cantidad de entidades estatales y la falta de contadores obligó a limitar el control económico al registro material y de las ventas en efectivo en las unidades, quedando la conciliación con proveedores, con el banco y el control financiero bajo la responsabilidad de las empresas municipales.

El ingreso en el CAME en 1972 y la concesión por la URSS de numerosos créditos para inversiones e importación de bienes a cambio de la exportación de azúcar, níquel y cítricos, permitieron llevar la electrificación hasta el 70 % de la población, lograr una mayor tecnificación de la agricultura con la introducción de maquinarias, técnicas avanzadas de riego, la aplicación masiva de la fertilización y la llegada de nuevas razas y técnicas de manejo animal. Se mantuvo una alta tasa de empleo y una adecuada correlación entre precios minoristas y salarios que aseguraron un aceptable e igualitario nivel de vida a la población. En esa época era poco frecuente la ocurrencia de hechos de corrupción administrativa.

Buscando alcanzar mayor eficiencia y desarrollo económico, el I Congreso del Partido Comunista aprobó en 1975 la implantación del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía (SDPE), extendiéndose el autofinanciamiento a todas las empresas estatales. Se aprobó y comenzó a implantar el Sistema Nacional de Contabilidad, que no cumplió las expectativas y fue sustituido posteriormente por otro más universal.

Al evidenciarse la insuficiencia de las empresas para cumplir determinadas demandas de servicios, en 1976 se emitió una resolución del Banco Nacional de Cuba que autorizaba a los recién creados gobiernos locales a pagar por la realización de 27 diferentes actividades por cuenta propia. Posteriormente, en 1978 se aprobó el Decreto Ley 14, que autorizó a realizarlas con la participación de familiares y comercializar productos artesanales y servicios indispensables solo con entidades estatales y a precios oficiales.

Para reanimar la producción agropecuaria y mejorar el abastecimiento a la población, en abril de 1980 se instauró el Mercado Libre Campesino, en el que los productores podían comercializar sus excedentes a precios de oferta y demanda, después de cumplidas las entregas comprometidas con el Estado. Este mercado cubría una pequeña parte de la demanda insatisfecha, desgraciadamente, junto a algunos campesinos individuales que concurrían al mercado aparecieron los intermediarios que trasladaban los productos del agro y se beneficiaban de los mayores precios vigentes en ellos, lo que provocaba las constantes quejas de los consumidores de menor poder adquisitivo y contradecían el espíritu equitativo de distribución imperante.

Para avanzar hacia formas superiores de producción, a partir de 1982 fueron creadas cooperativas de producción agropecuaria (CPA) mediante la asociación voluntaria de agricultores pequeños que unificaron sus tierras y demás medios de producción. Tratando de evitar que su existencia obstruyera los propósitos de su creación y funcionamiento, se eliminó el mercado libre campesino y de nuevo, toda su producción debía ser acopiada por el Estado y vendida en los mercados estatales a precios controlados.

En el período 1980-1985 el Producto Interno Bruto (PIB) creció un 7,3 %. Se realizaron numerosas inversiones en varios sectores productivos, además de la salud pública y la educación. La producción azucarera promedió 8 millones de toneladas y la de cemento alcanzó 16 millones de toneladas anuales. Junto al azúcar, el níquel y el tabaco, se incrementó la exportación de cítricos, los productos de la pesca, aceros y materias primas recuperadas. El consumo diario de alimentos ascendió a 2 900 calorías per cápita y el de proteínas a 78 gramos. Al finalizar el quinquenio la electrificación llegaba al 85 % de las viviendas; por cada 100 hogares electrificados, había 50 refrigeradores, 91 televisores, 152 radiorreceptores, 59 lavadoras y 69 ventiladores. Se edificaron y equiparon 100 bases de campismo popular. Se construyeron 335 mil nuevas viviendas, sin embargo el mantenimiento de las ya existentes, el servicio telefónico, la transportación de pasajeros y el suministro de agua potable continuaron siendo muy deficitarios. 4

En este período y el quinquenio siguiente se pudo lograr un mayor bienestar de la población y se alcanzaron los valores más bajos del mundo (0,22) en el índice Gini, indicador que mide entre cero (0) y uno (1) la desigualdad entre el ingreso promedio mayor y menor de la población. El país alcanzó los más altos índices de maquinaria agrícola por hectárea cultivable entre todos los países socialistas, sin embargo, su aprovechamiento productivo resultaba muy bajo. Los gastos eran excesivos y la economía resultaba ineficiente, la mayoría de las inversiones que se pusieron en marcha no aprovecharon totalmente las capacidades instaladas. Muchas empresas, sobre todo las agropecuarias operaban con pérdidas, las que debían ser cubiertas por el Presupuesto del Estado, incrementándose el déficit y la deuda pública.

A partir de 1987 se llevó a cabo el proceso de ¨Rectificación de errores y tendencias negativas¨ que intentó resolver las deformaciones aparecidas en la economía que, al decir de Fidel Castro: ¨…van desde el desvío de recursos, que tanto irrita a la población, que tanto corrompe, que tanto desorganiza, que tanto desmoraliza, que tanto daño puede hacer al proceso revolucionario, hasta las cuestiones relacionadas con el caos que llegó a crearse con la vinculación del salario a los resultados, las normas, su cumplimiento y sobrecumplimiento; el método de utilizar el dinero como el remedio a todos los problemas, política de corrupción y —se puede añadir— de engaño a la gente. ¡Cómo entregar dinero así, fácil, que no esté en correspondencia, realmente, con la producción, con la creación de valores materiales o servicios! Es, simplemente, un engaño…. Aquel relajo casi universal en que cualquiera agarraba cualquier cosa, lo mismo una grúa que un camión. Se estaban volviendo cosas habituales. Estaba generalizándose¨.5

Las reformas económicas durante el llamado ¨período especial¨

El derrumbe de la URSS y la desaparición del campo socialista hicieron colapsar en los años 90 la economía cubana. Se paralizaron numerosas actividades productivas, los abastecimientos externos se redujeron en un 80 % y el poder adquisitivo del peso cubano se contrajo sensiblemente. Los apagones ocupaban varias horas al día en todos los territorios. El transporte público resultó minimizado y se hizo indispensable el uso de bicicletas para trasladarse al trabajo o lugares lejanos. La disponibilidad de alimentos disminuyó drásticamente, muchas personas bajaron de peso y algunas padecieron de neuropatías.

Durante esta época de dura crisis económica la ética en torno a la propiedad se esfumó del pensamiento de algunas personas, que comenzaron a ¨luchar¨ arriesgándose a cometer ilegalidades. Se incrementaron el mercado negro, el trabajo informal y la emigración por causas económicas.

Para intentar agravar más nuestra situación, en 1992 el congreso estadounidense aprobó la Ley Torricelli  que hizo del bloqueo un asunto extraterritorial al prohibir y sancionar a subsidiarias estadounidenses en terceros países que comercializaran bienes con la isla.

Durante el segundo semestre de 1993, se inició un proceso de reformas con el propósito de preservar las conquistas sociales alcanzadas, reactivar la economía e insertar el país en el nuevo contexto internacional, entre ellas:

  • Se autorizó la libre circulación de divisas que traían los viajeros o se remitían desde el extranjero y se dispuso la creación de tiendas de recuperación de divisas, que llegaron a tener unos 5 mil puntos de venta en todo el país y a cubrir un 50 % del consumo de la población. Posteriormente, en 1994 se sustituyó la circulación de monedas extranjeras por el peso convertible (CUC) y se crearon las casas de cambio. Estas tiendas fijaban sus precios en CUC al costo en divisas más un recargo comercial mínimo de un 240 %.
  • Se le dio un gran impulso al desarrollo del turismo y se emitió la primera ley que permitía la inversión extranjera en la forma de empresas mixtas y asociaciones internacionales, que posteriormente fue actualizada y ampliada.
  • Se aprobó la conversión de la mayoría de las granjas cañeras y de cultivos varios en Unidades Básicas de Producción Agropecuaria (UBPC), concebidas como cooperativas integradas por anteriores trabajadores estatales que utilizan en usufructo las tierras y los medios de propiedad estatal. Se reestableció el mercado agropecuario con precios liberados. Se crearon cientos de organopónicos para el cultivo de vegetales y condimentos en las ciudades, como preludio del posterior desarrollo de la agricultura urbana y suburbana.
  • Para paliar la crisis de empleo por el cierre o la reducción del nivel de actividad de muchas empresas estatales, a partir de 1996 se decidió ampliar la autorización para ejercer un grupo mayor de actividades por cuenta propia, incluyendo el arrendamiento de inmuebles, aunque no se concedieron licencias para algunas que no tenían garantizados los insumos. Hasta ese momento el trabajo por cuenta propia (TCP) era mal visto por los funcionarios y la población y se le hacía responsable del desvío de recursos desde las entidades estatales, por lo que fue fuertemente regulado y controlado.
  • Después de 11 años de experiencias positivas dentro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, en 1998 se emitió el Decreto Ley 187 para la implantación del Perfeccionamiento Empresarial en la vida civil. Se crearon grupos de trabajo en las diferentes instancias, que a través de un largo, riguroso y documentado proceso permitía conceder o no por el Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros la condición de Empresa en Perfeccionamiento, que empoderaba a su dirección para decidir sobre su estructura, plantilla, sistemas de pago y la reglamentación interna de la empresa, además les permitía pagar a sus trabajadores un plus salarial de 75 pesos mensuales y les daba derecho a incluir la estimulación en divisas en sus planes de ingresos y gastos en divisas. Con el paso de los años una parte de las empresas fueron incorporadas al perfeccionamiento empresarial y resultaron más eficaces y eficientes, otras muchas no lo lograron.

La apertura al capital extranjero, el incremento del turismo, las visitas y la llegada de remesas de cubanos radicados en el extranjero, medidas imprescindibles para sacar al país de la aguda crisis, a la par que generaron nuevas fuentes de empleo, introdujeron modelos de vida foráneos y nuevas aspiraciones y expectativas de la población, que no resultaban satisfechas con los salarios y pensiones vigentes y a pesar de concederse una mínima estimulación en pesos convertibles a miles de trabajadores, no se pudo evitar que se hiciera frecuente la apropiación indebida de insumos y productos en empresas, almacenes, hoteles, tiendas y unidades presupuestadas y que se incrementara el comercio ilícito. Después de 35 años, reaparecieron la prostitución, apodada popularmente ¨jineterismo¨, el acoso a turistas y el consumo de drogas, que debieron ser fuertemente contrarrestados por los órganos de orden interior.

En 1994 se firmaron acuerdos para regular el flujo de migrantes hacia los Estados Unidos y eliminar las salidas ilegales de personas desde Cuba estimuladas por la antes mencionada Ley de Ajuste6. Dichos acuerdos fijaron la aprobación anual de 20 mil visas anuales para la radicación de cubanos y la reunificación familiar en los Estados Unidos, que solo se cumplió en los primeros años y que finalmente fueron suspendidos al llegar Donald Trump al gobierno.

Las medidas gubernamentales tomadas para contrarrestar la crisis económica de la década de los 90 incrementaron la desigualdad de ingresos entre aquellas personas que solo percibían el salario o la pensión con respecto a los que recibían remesas del extranjero, trabajaban en sectores emergentes o por cuenta propia. Se estimó que el índice Gini creció a 0,40, aunque seguía siendo inferior al del resto de los países de América Latina.

Según datos demográficos publicados por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, la tasa de nacimientos se redujo drásticamente, entre los años 1990 y 2000 la población solo creció en 484 mil habitantes, la mitad del decenio anterior.

En el 2000, el congreso estadounidense aprobó la Ley Helms-Burton, que recrudeció y afianzó aún más la hostil política de bloqueo contra el pueblo cubano. Ese año se acordó el convenio de colaboración con Venezuela, que garantizaba el suministro de combustible a cambio de la prestación de servicios médicos por especialistas cubanos. Dicho convenio fue ampliado posteriormente a otros rubros y esa colaboración resultó decisiva en los años siguientes para reactivar la economía del país.

Para incrementar las acciones profilácticas contra la corrupción administrativa se creó en abril de 2001 el Ministerio de Auditoría y Control y se perfeccionó el Sistema Nacional de Auditoría. Posteriormente, en 2009 este se convirtió en la Contraloría General de la República, subordinada actualmente al Presidente de la República, fortaleciéndose aún más esa importante actividad.

Al hacerse insostenible mantener los anteriores niveles de producción de azúcar por la caída de los precios en el mercado mundial y los bajos rendimientos de caña por hectárea, a partir de 2002 se redujo en dos tercios la cantidad de centrales azucareros que permanecerían funcionando. Esta decisión provocó que miles de trabajadores de esa industria fueran reubicados en otros sectores de la economía y que quedaran poblados fantasmas en los bateyes de los centrales azucareros desactivados. Muchas tierras que anteriormente se dedicaban al cultivo de la caña se destinaron a otros cultivos, pero en poco tiempo quedaron ociosas y cubiertas de marabú. A partir de este momento la producción azucarera no ha cumplido sus reducidos planes anuales debido a la falta de inversiones, la menor asignación de combustibles y divisas convertibles para adquirir fertilizantes, pesticidas y repuestos.

En 2004, ante las acciones del Gobierno de los Estados Unidos para obstaculizar las operaciones financieras de Cuba en bancos extranjeros y con vista a mantener la soberanía en la política monetaria, se estableció la generalización del uso del CUC por las empresas cubanas que operaban en divisas extranjeras y se aplicó un gravamen del 10 % al dólar estadounidense al cambiarse en efectivo por el CUC 7. Estas medidas durante los años siguientes garantizaron la estabilidad cambiaria de la divisa extranjera por el peso convertible en el territorio nacional y los abastecimientos y las ventas en las TRD.

Un poco después se inició la creación y expansión territorial de establecimientos para la venta en pesos cubanos de alimentos y artículos Industriales a precios equivalentes a los vigentes en CUC en las ¨shopping¨, que se financiaba a través de la compra al banco por el Ministerio de Comercio Interior, a una tasa de cambio superior a la oficial, de los CUC necesarios para pagar las mercancías a las empresas productoras.

Notas:

1. Fidel Castro Ruz. La historia me absolverá. Editora política ICL. Cuba 1967.

2. Fidel Castro Ruz. Discurso de enero 8 de 1959. www.fidelcastro.cu

3. Ernesto Guevara. El sistema presupuestario de financiamiento. Nuestra Industria, Revista Económica, n° 5, febrero de 1964.

4. Tomado del Informe Central al III Congreso del PCC.

5. Fidel Castro Ruz. Discurso pronunciado en la clausura de la sesión diferida del 3er. Congreso del PCC, 2 de diciembre de 1986.

6. Antonio Aja. La emigración cubana. Balance en el siglo XX. Centro de Estudios de Migraciones Internacionales. Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. 2002.

7. Jesús M. García Molina. La reforma monetaria en Cuba. Unidad de Desarrollo Económico. CEPAL. Méjico, D.F., mayo del 2005.