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Reseña de “La maternidad de Elna”, de la historiadora Assumpta Montellà

La memoria olvidada del exilio republicano

Fuentes: Rebelión

Montellà, Assumpta: La maternidad de Elna. Ara Llibres. Badalona, 2007. 167 págs. Ante la caída de la Barcelona republicana en manos del ejército fascista, casi medio millón de personas llegaron a la frontera francesa entre el 28 de enero y el 12 de febrero de 1939. Interminables hileras de hombres, mujeres, niños y ancianos se […]

Montellà, Assumpta: La maternidad de Elna.

Ara Llibres. Badalona, 2007. 167 págs.

Ante la caída de la Barcelona republicana en manos del ejército fascista, casi medio millón de personas llegaron a la frontera francesa entre el 28 de enero y el 12 de febrero de 1939. Interminables hileras de hombres, mujeres, niños y ancianos se dirigieron hacia los pasos de Cervera, el Portús, el Coll d’Ares y la Gingueta d’Ix bajo un frío intensísimo y los despiadados bombardeos de la aviación franquista. El éxodo desbordó a las autoridades francesas y miles de personas fueron enviadas a los llamados centres d’accueil, auténticos campos de concentración enclavadas en distintas playas del sur del país y custodiados por las tropas coloniales. Lugares como Argelers, Sant Cebrià o Barcarès marcaron a fuego el trato galo al exilio republicano. Francia no respetó los derechos reconocidos por la comunidad internacional a unos soldados y unos civiles leales a un gobierno legítimo y democrático.

«El mantenimiento del orden público y la seguridad nacional eran prioritarios, en detrimento de las condiciones de acogida de los refugiados, y estos centres d’accueil se convirtieron en un calvario de alambres, conjuntivitis, epidemias, hambre, frío, piojos, pulgas… y menosprecio. No había ni barracones, ni agua, ni letrinas, ni cocina. Sólo alambres, arena y mar», escribe la historiadora Assumpta Montellà, autora de este conmovedor libro.

En los campos de concentración, donde se hacinaban decenas de miles de personas, el índice de mortalidad infantil era del 95% y las condiciones de vida de los exiliados, incluidos los niños y las mujeres embarazadas, absolutamente inhumanas, como lo refleja uno de los muchos testimonios incluidos en esta obra: «Había una madre que no tenía leche y el niño lloraba de hambre día y noche. Cuando se agotaba de tanto llorar, se dormía y ella le daba calor con su cuerpo. Cuando salía el sol, enterraba al bebé en la arena hasta que le dejaba fuera sólo la cabecita. La arena le servía de manta. Pero al cabo de unos días el niño se murió de frío y de hambre. Yo estaba embarazada y me desesperaba con sólo pensar que mi hijo nacería en aquel infierno».

Por ello, la maestra suiza Elisabeth Eidenbenz, quien había trabajado en Burjasot (Valencia) entre 1937 y 1939 como miembro del Cartel de Ayuda Suiza a los Niños de la Guerra Civil Española y conocía la situación de los refugiados republicanos en el sur de Francia, decidió crear una maternidad. Tras instalarse primero en una casa de la localidad de Bruilla, muy pronto pudieron utilizar un palacete rural de principios de siglo enclavado en Elna, una casa bellísima, llena de luz y muy próxima a los campos de Argelers y San Cebrià.

Las enfermeras recogían a las mujeres embarazadas en los campos de concentración y permanecían allí durante unas ocho semanas, bien atendidas y con apoyo psicológico y moral. «Mientras tanto -escribe Montellà-, aprendían a cuidar a los bebés, a bañarlos y alimentarlos, todo bajo la tutela de la directora, Elisabeth Eidenbenz, que con su coraje transformó un pequeño palacio rural abandonado en una maternidad que funcionó a pleno rendimiento en un contexto bélico…».

Hasta que los nazis la cerraron en 1944, en la maternidad de Elna nacieron 597 niños, la inmensa mayoría hijos del exilio republicano español, pero también algunos de familias judías que intentaban huir del holocausto. Como señala uno de los niños nacidos allí, Sergi Barba: «En la Maternidad de Elna mi madre me dio la vida y Elisabeht Eidenbenz, la confianza en el género humano».

A lo largo de este año se ha recordado el setenta aniversario del exilio republicano español en varios países. Precisamente, entre las adhesiones al Manifiesto en Defensa del Derecho de Asilo promovido por CEAR ante la restrictiva ley de asilo que se tramita en el Parlamento está la del Secretariado Internacional de los Comités Óscar Romero: «Llamamos de manera urgente la atención de las autoridades del gobierno, pero sobre todo del pueblo mismo de las distintas regiones que conforman el Estado español, a que no olviden que miles de sus familiares y amigos también fueron refugiados y fueron recibidos como hombres y mujeres dignos en muchos países durante la guerra civil. (…) Honren, pues, la memoria de quienes, desde España, han vivido los sinsabores del exilio y a quienes en otras partes del mundo los hemos recibido como hermanos y hermanas».

Dentro de pocas semanas, el Parlamento aprobará una nueva Ley de Asilo muy restrictiva (promovida por el Gobierno socialista, con el apoyo de la derecha: PP y UPyD), que convierte nuestro país en un territorio hostil para los refugiados. Izquierda Unida es la única fuerza política estatal que se opone a esta nueva ley y que defiende una acogida solidaria a los refugiados.