La tasa de morosidad seguirá creciendo en los próximos meses, según los analistas
La mayor vigilancia del Banco de España sobre los balances de la banca también ha contribuido al aumento de la morosidad. Los impagados de los créditos concedidos al sector empresarial inmobiliario alcanzan el 31%. Los datos de julio demuestran el final del efecto que tuvo traspasar activos inmobiliarios dañados al llamado banco malo (Sareb).
La economía no acaba de tirar, las familias sufren los efectos de un paro disparatado (5.977.500 personas, el 26,2% de la población activa) y los créditos no se pueden devolver. Las familias dejan de pagar incluso lo que nunca pensaron: la hipoteca. El Banco de España ha dado a conocer las cifras de morosidad en el mes de julio. Son espectaculares: récord de créditos impagados de empresas y particulares, 11,97%, y escalada de impagos en los créditos destinados a la compra de vivienda, 5,04%, un punto más que hace tres meses. Desde febrero, la situación no ha dejado de empeorar.
El porcentaje de mora, cercano al 12%, supone el regreso a niveles anteriores a la creación del llamado «banco malo», Sareb, al que los bancos traspasaron activos inmobiliarios invendibles e incobrables. Aquel traspaso tuvo un efecto contable positivo para las entidades, que sacaron brillo a los balances. La morosidad se contuvo, pero sólo de forma pasajera.
Fuerte aumento
En siete años, el impago de hipotecas ha pasado de la nada prácticamente, apenas el 0,4% en el año 2006, a superar el 5%. La escalada de los últimos años ha sido espectacular: el impago de hipotecas era de poco más del 1% en 2008, en 2011 ya alcanzó 2,5%, el 3,2% en 2012 y, apartir de ahí, el gran tirón. Es la consecuencia de sumar despidos, reforma laboral y rebaja de salarios.
En el negocio inmobiliario, la morosidad alcanza niveles estratosféricos: el impago en los créditos a promotoras e inmobiliarias alcanza el 31% pese al traspaso de activos inmobiliarios dañados a la sociedad de gestión de activos procedentes de la reestructuración bancaria, Sareb (el llamado «banco malo»).
Un informe del sindicato UGT sostiene que el volumen de activos adquirido por Sareb alcanza los 50.653 millones, con un coste para las arcas públicas, a través del FROB, propietario del 45% de Sareb, de 22.794 millones.
«El indicador confirma que está lejos la recuperación» sostiene el economista y ex presidente del Banco Hipotecario , Julio Rodríguez. «Persiste la crisis y se observa cómo las dificultades afectan por una doble vía, al negocio de las empresas y a la refinanciación de los créditos».
En plena visita de los «hombres de negro» del FMI, la Comisión Europea y el BCE para examinar la situación de la banca, apuntalada por ciero con 40.000 millones, el dato de la morosidad es un piloto de advertencia imposible de ignorar.
Los problemas no han desaparecido aunque el sector bancario saque pecho y haya mostrado beneficios en el primer semestre de 5.310 millones, un 67% más que en el mismo periodo de 2012.
Deterioro del crédito
Ante el deterioro de la cartera crediticia, las entidades bancarias han elevado sus provisiones bancarias en julio, hasta los 118.639 millones de euros. La cifra supone un 2% más que en el mes anterior. En julio de 2012, el colchón ascendía a 102.544 millones de euros.
«La tasa de morosidad va a seguir aumentando mientras haya problemas» asegura Ángel Laborda, director de coyuntura de la Fundación de las cajas de Ahorros (Funcas). En su opinión, en los próximos meses, la morosidad aún continuará aumentando. ¿Cuántos meses? En el supuesto de que el paro, en tasa desestacionalizada, toque efectivamente techo, las cifras de impagos serán malas hasta principios de 2014.
Para Laborda, además de la mala situación económoca, que tiende a la recuperación según apunta, en la morosidad ha pesado la regulación del Banco de España, muy pendiente de que la banca no maree las cifras de impagados, renovando créditos que tienen difícil cobro.
En la primavera, el Banco de España aprobó una circular para apretar la sclavijas a la banca e impedir trampas en el solitario. La circular contenía nuevos criterios respecto a la renovación de créditos. Esos nuevos criterios consideran a todas las refinanciaciones como riesgo «subestándar», es decir, que las entidades deben comenzar a provisionarlos como si existiera riesgo de no ser cobrados. «Todos serán subestándar salvo que haya circunstancias objetivas que justifiquen su clasificación como riesgo normal o dudoso», aseguraba la nota del supervisor.
A finales de 2012, según datos de la patronal bancaria, Santander, Bankia, Sabadell, Popular, BBVA, Caixabank y Bankinter atesoraban un total de 51.753 millones de préstamos refinanciados. En principio, sin problemas.