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Entrevista a Ainhoa Etxaide, secretaria general del sindicato LAB

«La patronal vasca es la punta de lanza de las patronales en el estado español»

Fuentes: Rebelión

El sindicato abertzale LAB cuenta con cerca de 4.200 delegados en el País Vasco y Navarra, una representación sindical del 18,9% en Euskadi y un 14,7% en Nafarroa. Es además la principal organización sindical en los servicios públicos de los dos territorios. Cuenta con cerca de 45.000 afiliados. La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, […]

El sindicato abertzale LAB cuenta con cerca de 4.200 delegados en el País Vasco y Navarra, una representación sindical del 18,9% en Euskadi y un 14,7% en Nafarroa. Es además la principal organización sindical en los servicios públicos de los dos territorios. Cuenta con cerca de 45.000 afiliados. La secretaria general de LAB, Ainhoa Etxaide, considera que pese a que en Euskal Herria se cuente con tasas de paro menores a la media española y salarios más elevados, la patronal vasca es particularmente dura. «Es la punta de lanza de las patronales en el estado español», afirma. Destaca otra singularidad del País Vasco: la mayoría representada por un sindicalismo «de confrontación» (ELA y LAB), frente al modelo «de concertación» que plantean CCOO y UGT en el conjunto del estado español. Ainhoa Etxaide ha participado en unas jornadas organizadas por Intersindical Valenciana con el título de «La UE contra la sobirania dels pobles. Els drets socials i sindicals en la Unió Europea».

-El sindicato LAB desarrolla actualmente la campaña «Zure Eskubideak» («Actívate por tus derechos»). ¿En qué consiste?

Es una dinámica que tiene como objetivo situar la precariedad en el centro de la agenda sindical. Se basa en activar a la gente que trabaja en precario y, para ello, los moldes clásicos de entender el sindicalismo no sirven. Así, hemos empezado a realizar nuestros planteamientos no por convenios colectivos, sino por sectores y colectivos de trabajadores que comparten una situación: la precariedad, sea en los sectores feminizados, en las grandes empresas o en las subcontratas. Se proponen medidas tan claras como un salario mínimo de 1.200 euros, la reducción de la jornada laboral a 35 horas semanales sin merma salarial, derecho a trabajar en euskera y a la salud laboral, entre otras.

-El presidente de la Asociación de Empresarios de Gipuzkoa (Adegi), Pello Guibelalde, señaló que había un problema en la juventud vasca: la falta de «hambre», la comodidad y falta de emprendimiento. ¿Consideras que la patronal vasca es particularmente dura?

Desgraciadamente, la patronal vasca es la punta de lanza de las patronales en el estado español a la hora de demandar reformas laborales que liquidan derechos. Y tiene su lógica, porque dicen que es en nuestro territorio donde hay más y mejores convenios, mejores salarios y donde se da una mayor disputa sindical. También donde se ha producido una mayor confrontación. Por ejemplo, la patronal pide la anulación de la ultraactividad de los convenios, además, la patronal vasca (CONFEBASK) ha aprovechado un borrador de Ley del estado español sobre depósito de estatutos de patronales y sindicatos, para pedir la ilegalización de ELA y LAB. Nosotros filtramos ese documento, y ellos lo negaron. Por otro lado, acaban de proponer en la Mesa de Diálogo Social una desregulación llevada a su estado máximo. Afirman que los salarios se han de establecer en la empresa, que los justificará en función de dos variables: la adhesión del trabajador a la empresa, y la hoja de resultados. Son demandas que van más allá de la reforma laboral de 2012.

-Según la Encuesta de Población Activa (EPA) del tercer trimestre de 2015, la tasa de paro en Navarra es del 13,5%, y en el País Vasco del 13,8%, mientras que la media en el estado español se sitúa en el 21,18%. ¿Significa esto que la explotación laboral es menor en los territorios donde LAB actúa? ¿Condiciona esta realidad la práctica sindical?

Hay datos que sí demuestran que existe una realidad específica en Euskal Herria, la tasa de paro es menor y los salarios son más elevados, pero eso no significa que no haya explotación. Como en el resto del estado español, se explota a las mujeres, a los jóvenes, y la precariedad laboral es cada vez más extensa. Otra cosa es que en Euskal Herria el movimiento soberanista haya tenido una componente social muy importante, además, hemos tenido un modelo sindical diferente. La mayoría sindical en nuestro territorio ha apostado por la confrontación, no por la concertación social. Ha sido, por tanto, un sindicalismo de disputa de poder, que ha producido mejores convenios colectivos y ha interpelado a las instituciones para que se hicieran políticas públicas más favorables. Ahora bien, lo que nosotros negamos es que esa realidad se haya producido porque la derecha vasca sea más social que la española. En absoluto.

¿Han influido en este modelo los acuerdos entre LAB y ELA?

Creo que en ello ha tenido que ver el que cuando el sindicalismo mayoritario lo formaban CCOO, ELA y UGT, un sindicato como LAB fue capaz de plantear una oferta diferente. Con la alianza ELA-LAB cambió el mapa sindical, lo que a mi juicio fue determinante. Es decir, que el sindicalismo mayoritario en las empresas fuera de movilización y así restarle posiciones a la patronal.

En cuanto a la derecha vasca, ¿es un lugar común afirmar que el PNV tiene un componente interclasista y posiciones socialmente más avanzadas que los conservadores españoles?

No es cierto. Otra cosa es la posibilidad que haya tenido el PNV de aplicar todas las políticas que pretendía, pero el PNV ha tenido enfrente a una izquierda real, como la izquierda abertzale. Algún día se tendrá que valorar al independentismo como elemento de presión para que en nuestro territorio se hayan aplicado otro tipo de políticas. En Euskal Herria ha existido un contrapoder. El PNV ha tomado medidas claramente de derechas allí donde ha podido, en los últimos años, con la excusa de que Madrid «impone», ha desplegado las mismas iniciativas que el Partido Popular.

-¿Por ejemplo?

Ha habido los mismos recortes en la administración pública, cuando por ejemplo, en la Diputación de Gipuzkoa, en el periodo en que gobernaba EH Bildu, no se aplicaron los recortes salariales a los empleados públicos. El PNV no sólo ha recortado, sino que ha ido más allá. Ha privatizado Kutxabank, donde se está cumpliendo el guión para su salida a bolsa y venta. En la sanidad pública vasca se han perdido cerca de 3.000 puestos de trabajo en los últimos años. Otro de los mitos es que en Euskal Herria no existe la corrupción. Pero en la Diputación de Gipuzkoa estuvimos años denunciando un fraude a la hacienda foral, como consecuencia del cual, las únicas personas que pasaron unos días por la cárcel eran del PNV.

-¿Qué queda de aquella mítica oligarquía de Neguri y del capital financiero vinculado a la siderurgia vizcaína?

Creo que pasa igual que con la energía, que no desaparece sino que se transforma. En mi opinión, la oligarquía vasca continúa marcando tendencia, pero ha dejado de apostarlo todo al capital productivo y se ha vuelto mucho más especulativa. Sí que existe una oligarquía específicamente vasca, pero, como digo, no se está reproduciendo por el hecho de invertir y generar un tejido productivo en Euskadi. Esta oligarquía es, además, la que está determinando las políticas económicas en nuestro territorio. Por supuesto, a ello hay que añadir los procesos de implantación de las multinacionales y deslocalización empresarial.

-¿Cuál es la relación de la LAB con los sindicatos mayoritarios en el estado español, CCOO y UGT?

Creo que en estos momentos se distinguen dos bloques: el sindicalismo de confrontación, donde estamos los sindicatos abertzales, y el sindicalismo de concertación. Con CCOO y UGT no compartimos estrategia, agenda ni modelo sindical. Además, es totalmente denunciable que estas organizaciones continúen sentadas en una Mesa de Diálogo Social -de la que están ausentes ELA y LAB- siendo ellos una minoría y, por tanto, careciendo de legitimidad. De hecho, CCOO y UGT permanecen en esta mesa con una patronal que ha pedido la ilegalización de ELA y LAB. Pero UGT cae en picado y CCOO está perdiendo representatividad, y ésta es la valoración que de su modo de actuar está haciendo la clase trabajadora en las empresas.

Más allá de los conflictos en Euskadi y Navarra, ¿qué posición mantiene LAB respecto al euro? ¿Hay margen para las políticas sociales dentro de la moneda única?

No reivindicamos la salida del euro, pero tampoco creemos que sea una línea que no pueda franquearse. Hay vida fuera del euro. Es un debate que debe abordarse. En LAB no luchamos actualmente por una salida de la eurozona, pero sí por una Europa social y de los pueblos. Si ese proyecto transformador pudiera hacerse fuera del euro, no tendríamos ningún problema en plantear la ruptura.

-¿Cómo es actualmente la relación del sindicato abertzale con los movimientos sociales? ¿Existen recelos, al igual que ocurre habitualmente con la izquierda política?

Pienso que no. Un buen ejemplo es la aprobación de la «Carta de Derechos Sociales de Euskal Herria». Cuando estalló la crisis en 2008, tomamos la decisión no sólo de movilizarnos y de llevar a cabo la unidad sindical, sino también de extender esta unidad a los movimientos sociales. Y poco a poco se han ido configurando marcos de alianzas en los que participamos sindicatos abertzales y no abertzales (como CGT, CNT y otros) y movimientos sociales. Hemos compartido «agenda» neoliberal y decidimos colaborar en un proyecto alternativo. Tras un debate de unos meses, elaboramos entre más de 150 agentes una carta de derechos sociales. El proceso empezó tras la huelga general de 2013, la séptima desde el inicio de la crisis en Euskal Herria. Más allá de una enumeración de derechos, dibujamos nuestra utopía, es decir, cómo queremos que sea Euskal Herria. A partir de ahí marcamos las estrategias: la interpelación institucional, pero también ofrecer a la sociedad espacios para salirse del capitalismo.

-¿Ha penetrado esta propuesta en la sociedad vasca?

De momento ha entrado en el sindicalismo, lo que es muy importante porque ya es una manera de penetrar en las empresas. También en barrios, en debates locales y, sobre todo, entre los agentes que anteriormente trabajábamos de manera dispersa y a veces, incluso disputándonos el espacio. En estos espacios poco a poco se va confluyendo.

-Por útlimo, ¿Es el País Vasco un territorio con un músculo social para las movilizaciones superior al del resto del estado español?

Hay una realidad específica en el País Vasco, por ejemplo, la mayoría sindical se presenta en otras claves. El hecho de que CCOO y UGT sean una minoría es determinante. En Euskal Herria es muy importante además el tejido asociativo. Pero no creo que la movilización social sea exclusiva de nuestro territorio. En el estado español han tenido lugar movimientos importantes y muy fructíferos en los últimos años. No creo que sea una casualidad que esté abierto el debate de la reforma constitucional, y es cierto que la cuestión de Cataluña es uno de los factores, pero hay una necesidad de respuesta a demandas sociales que se han logrado articular. Esto es una realidad en Euskal Herria, pero también en Cataluña, Galicia, Andalucía o Valencia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.