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Entrevista a Zeltia Laya, de la plataforma Ulloa Viva

La resistencia de un pueblo a ser avasallado

Fuentes: Viento Sur

Versión original: A resistencia dun pobo a ser asoballado

Entrevista a Zeltia Laya, portavoz de la plataforma Ulloa Viva que lucha contra el proyecto de macrocelulosa de Altri en Palas de Rei (Lugo).

Ya hacía más de dos años que las ecologistas miraban con preocupación el proyecto de Altri, aunque entonces se hablaban maravillas del proyecto. “Una biofábrica de fibra textil ecológica” decían, sin ahorrar en calificativos, cada cual más ecoglamuroso.

Aunque el proyecto se ubicaba inicialmente en la Mariña lucense, pronto dio el salto a la comarca de la Ulloa, en la ribera del río Ulla. El agua junto con el eucalipto son las materias primas esenciales para la producción de celulosa. Para el eucalipto valdría cualquier rincón, el país está colonizado de norte a sur bien por el glóbulo o por el nitens. Para el agua que mejor que el Ulla, uno de los ríos más caudalosos en el corazón de Galicia.

Prendieron las alarmas cuando la promotora del proyecto solicitó la concesión de captación de aguas y el permiso de vertido industrial. Los caudales solicitados mostraban la magnitud del proyecto. Una captación diaria de 46.000 m3, más agua que la que bebe la población de la provincia de Lugo en el día. Gran parte del agua captada regresaba al río como residuo de los procesos de fabricación. Una vetedura de 30.000 m3 diarios que arrastraría productos químicos y una gran carga orgánica y que, además, provocaría un aumento muy perjudicial de la temperatura aguas abajo del punto de vertido. No es la única consecuencia, también emitirá la atmósfera azufre reducido total, óxidos de azufre, óxidos de nitrógeno, monóxido de carbono y particulas finas.

Aun así, por entonces, todos los grupos parlamentarios del país seguían maravillados con el proyecto. Si antes habían aprobado de la mano la declaración de proyecto estratégico, nada más comenzar este año, los tres partidos demandaban en el parlamento gallego que Madrid sufragara el proyecto con 250 millones de euros de dinero público de los PERTE. Un tercio de la inversión total.

Unas cuantas semanas después, la Xunta hace pública la documentación del proyecto, aparejada en su tramitación. La glamurosa biofábrica resultó ser una macrocelulosa. Una pastera diez veces mayor que la planta de ENCE en extensión y tres veces en producción. El proyecto GAMA de Atri-Greenfeaber, así comenzó a llamarse, era una macro fábrica de 400.000 toneladas al año de celulosa y 200.000 de Lyocell.

Las voces de la comarca críticas con el macro proyecto, antes inaudibles, comenzaron a resonar con fuerza. Agrupadas en la plataforma Ulloa Viva emprendieron la tarea de explicarle al vecindario la gran amenaza que se cernía sobre el futuro de la comarca. A Ulloa, principal comarca afectada, así como las colindantes, son un territorio rural basado en una economía agroganadera tradicional y sus derivados. También en un floreciente ecoturismo al paso del Camino francés.

Ambas actividades económicas se verían gravemente afectadas tanto por el impacto ambiental como por el efecto en el paisaje. El proyecto de Altri, además de afectar a varios espacios de la red Natura 2000 y provocar una mayor eucaliptización del noroeste peninsular, ponen en peligro el sector primario gallego.

La plataforma Ulloa Viva consiguió canalizar la pulsión y efervescencia del vecindario indignado tanto por la magnitud del proyecto en sí, como por haber sido engañada desde la administración. En un tiempo récord, digno de estudio, el vecindario ganó el relato. La sociedad y la prensa hicieron suyo el término “Macrocelulosa” relegando al olvido aquello de “biofábrica ecológica”. Alcaldes y concejales del Partido Popular de la comarca retrocedieron, al PSdeG le entraron muchas dudas y el BNG dio un ovacionado giro copernicano para oponerse con todas sus fuerzas al proyecto. Incluso haciendo de Altri No el eje de la reciente campaña electoral europea.

Para conocer cómo se articuló tan rápido y con tanta fuerza este movimiento de resistencia vecinal hablamos con Zeltia Laya, portavoz de la plataforma y una de las integrantes del grupo semilla que ejerce de coordinación.

Viento Sur: El tema de Altri lleva más de dos años encima de la mesa y al principio apenas había oposición al proyecto. También es cierto que había muy poca información y la poca que se dio difería mucho del proyecto real. ¿Cuál fue el punto de inflexión que llevó a esa eclosión del movimiento contra Altri?

Zeltia: La primera vez que tenemos información del tema es en abril de 2022. Al principio se vendió en los medios como un proyecto verde, ecológico, de fibras textiles vegetales que iba a generar muchos puestos de trabajo y aumentar la riqueza de la zona. A partir de ahí, nosotros como personas que empezamos a reunirnos por cuestiones que tenían que ver con el rural, decidimos en diciembre de 2022 solicitar una reunión con el Ayuntamiento de Palas, con la Xunta y con la empresa para que habían venido a explicar estas cuestiones. Solo acudió el Ayuntamiento de Palas, que tenía la misma información que nosotros, la que llegaba a través de los medios. La empresa dijo que esperaban poder reunirse con nosotros en enero de 2023 pero pasó un mes y otro y no supimos nada más hasta que en diciembre de 2023 se hizo público el tema de la captación de aguas. Nosotros preparamos otra reunión en diciembre y ahí ya no apareció ni el Ayuntamiento de Palas.

En marzo salió el impacto ambiental y entonces la ciudadanía comenzó a enfadarse porque nadie les había informado. ¿“Por qué si el proyecto era tan bueno nadie nos explicaba nada?” Ese es el momento en el que a través del activismo que hicimos a nivel rural empezó a haber miedo en las personas afectadas. El miedo es potente, puede paralizar, pero puede activar también: “Tengo que hacer algo, tengo fincas que me van a destrozar”. Cuando comienza a haber plazos públicos para poder alegar, la gente comienza a informarse, organizarse y activarse, ya que descubren que la realidad no es cómo nos la contaron. Esto ayudó a que otros colectivos ecologistas y sociales se sumaran y después llegaron los partidos políticos.

VS: En enero de este año hubo una nueva votación en el parlamento gallego en la que todos los partidos votaron pidiendo que el Gobierno del Estado financiara el proyecto de Altri.

Z: Los partidos no dan el paso hasta que no ven una movilización social potente, cuando el trabajo ya está hecho.

VS: Cuando se comienza a clarificar el proyecto y aparece una macrocelulosa, se modifica la percepción, y se relaciona con la lucha histórica contra ENCE. Con una rapidez nunca vista se crea un movimiento de resistencia que obliga a girar la posición de partidos y sindicatos. ¿Como acogéis vosotros esos recién llegados?

Estamos aprendiendo mucho de esta gestión, cuando todo el mundo comienza a sumarse tuvimos que hacer un trabajo muy potente de aclaración, canalizar las cuestiones que nos llegaban, ya que estábamos desbordadas. Creamos grupos de trabajo, llamados “grupos vivos” para derivar estas peticiones y organizar a la gente, canalizando esas energías para que fueran efectivas y duraran más en el tiempo. Creamos un equipo de medios muy potente para articular un discurso de mínimos que exportar. Somos apartidistas, aunque sabemos que esta es una cuestión política, e inclusiva, y conseguir ese equilibrio cuesta, pero nos permitió construir este movimiento tan grande.

Canalizar estas cuestiones organizativas cuesta para las personas que no tenemos una tradición activista. Queremos que se integre bien la manera de trabajar que tenemos como plataforma con las estructuras de partidos y sindicatos, creando una red rural muy importante, queremos que se fragüe algo de manera sólida.

VS: A mí me sorprendió mucho como esa forma de combinar asamblearismo con grupos de trabajo permitió sacar notas de prensa con mucha calidad y gran capacidad comunicativa en un ámbito rural. Vosotros tejéis alianzas y primáis vuestra demanda que es la que aglutina, pero además podéis despertar conciencia para atender otras problematicas ecológicas.

Y cuestión de voluntad. Se nos sumó gente muy diversa con muchas capacidades: desde periodistas a técnicas de aguas. Esto nos dio mucha fuerza, conociendo vecindario que no nos conocía, nos permitió tejer red saliendo por un motivo que nos permite trabajar codo con codo. Adquirimos muchos aprendizajes en poco tiempo.

Lo de las alianzas es muy importante, hay que mantenerlas siguiendo con nuestro mensaje central, hilando para mantener la unidad de objetivos y aglutinando intereses diversos.

Hubo un revirar de muchos ayuntamientos que apostaban por este proyecto y de repente comienzan a cuestionarlo. Como conseguísteis trabajar este tema para conseguir este cambio de opinión tan rápida.

Desde el comienzo intentamos que los ayuntamientos de la zona cero se posicionaran . El hecho de que la empresa no había informado y nosotros me los había hecho esa labor de información y aclaración con técnicos independientes hizo que la gente se fiara de nosotros y, el enfado de ser ayuntamiento afectado y no saberlo, por la falta de información, jugó a nuestro favor en ese cambio de posición.

VS: Ellos (Altri) intentaron hacer una serie de palestras pra hacer propaganda del proyecto. ¿Como conseguísteis contrarrestarlas?

Llevábamos un listado de preguntas para que las respondieran. La puesta en escena de ellos era realmente cutre, para ser una empresa tan importante, no tenían datos, no sabían responder las preguntas y cuando los interpelábamos marchaban. Hicieron tres charlas y suspendieron todo, decidiendo informar sólo de manera particular. Nuestra respuesta fue, “no quieren informar, pues hacemos nosotros ese trabajo”. Las personas técnicas que colaboran con nosotros desvelaron muchos errores de este proyecto.

La Xunta y la empresa fueron muy torpes en la comunicación con la sociedad, dieron el tema como algo hecho, se confió. Ahora vendrán mucho más sibilinos para convencer a la gente.

Pensaron “Aquí no hay ni Dios, hay despoblación rural” y se llevaron una sorpresa. Ahora la Xunta tiene un papel paternalista, diciéndole a Altri “Dejadme a mí, hay gente enfadada pero no os preocupéis porque son mis votantes”. Es muy importante visibilizar que hay gente del PP dentro de la plataforma porque al PP puede afectarles que haya gente suya protestando.

VS: ¿Qué expectativas de movilización tenéis a corto plazo? ¿Cómo vais a mantener el pulso?

De cara al verano a nivel de comarca estamos pensando en hacer talleres, coloquios, cine de verano sobre cuestiones ambientales, formaciones asamblearias, serigrafía de camisetas, actividades más lúdicas que ayuden a que haya una implicación familiar, lo cual en el rural es clave. El importante es no perder energía, ya que el tema va para rato y precisamos dosificar.

Estamos en los momentos dulces de pulsión y efervescencia de este movimiento de resistencia, Aunque sabemos que el reflujo traerá momento más pausados, desde el ecologismo combativo nos causa una enorme satisfacción apreciar la enorme capacidad de autoorganización y resistencia en el rural gallego y ver que está impulsado por gente muy xove, muy concienciada y de la que estamos aprendiendo. Hay relieve, compañeras y eso debe impulsarnos a seguir luchando por alcanzar nuestro horizonte.

Cristóbal López y Xaquín Pastoriza son activistas de Ecoloxistas en Acción y Anticapitalistas Galiza.

Fuente: https://vientosur.info/la-resistencia-de-un-pueblo-a-ser-avasallado/