La música popular del Perú oculto es el paisaje de la última película del realizador Javier Corcuera. Coincidiendo con el próximo estreno en Madrid de ‘Sigo siendo. Kachkaniraqmi’ entrevistamos a este director peruano
El 12 de noviembre se estrena en Madrid la última película de Javier Corcuera (Lima, 1967) Sigo siendo. Kachkaniraqmi. Un documental sobre la música peruana que ha generado opinión en Perú desde el mundo de la música a la política, desde la sociología y la antropología a alusiones en el fútbol, manteniéndose en cartelera durante diez semanas. La película ha puesto sobre la mesa no solo una increíble riqueza musical, sino el interrogante de qué significa en este momentos «existir», «seguir siendo». DIAGONAL conversa con el director.
¿Qué significa el título de la película?
Sigo siendo es la traducción o una de las traducciones de Kachkaniraqmi, un saludo en quechua chanca. Cuando dos personas se encuentran después de mucho tiempo se saludan así. Quiere decir «sigo siendo» o «aún estoy», «todavía soy». Como además, en quechua no existe ni plural ni singular, también es: «aún somos todos», «todavía, seguimos siendo». La película recoge la idea de ese saludo porque habla de los mundos del Perú desde la identidad, es un viaje a la semilla, al lugar de donde partes, donde empezaste a ser… Por eso es un viaje en las vidas de músicos a los lugares donde nacieron, donde se hicieron músicos, donde compusieron sus primeras melodías, a las casas donde crecieron. El ‘sigo siendo’ de la película tiene muchas lecturas, habla de quienes están, pero también de quienes ya no están y siguen siendo, siguen viviendo en el corazón de la gente, del pueblo, en el recuerdo. También, de alguna manera, la película habla de seguir siendo en el sentido de la lucha de resistencia, de estar todavía de pie, porque además, la traducción exacta es: «a pesar de todo, sigo siendo». Está rodada fundamentalmente en Ayacucho, donde fue el conflicto armado interno y donde hay una riqueza musical muy grande. Son pueblos que han sido muy golpeados por la violencia política y desde ahí también se habla del Perú, de su pasado y de su presente. También la película ha sido rodada en la Amazonía, en las zonas afroperuanas y en Lima.
También el agua ocupa un lugar importante…
La película está contada desde el recorrido del agua, desde las ríos de la Amazonía, bajando por los valles andinos y terminando en el mar. El agua sigue siendo un tema de presente en el Perú, de los mayores conflictos sociales que existen ahora vienen por la defensa del agua, contra las multinacionales mineras que están destruyendo el ecosistema de estas comunidades, de estos lugares donde hemos rodado la película y donde le van cantando al agua.
Hay una línea fina, a veces, entre los discursos de identidad y los nacionalismos impuestos…
Sí, pero esta no es una película sobre la autoestima impuesta desde la oficialidad, no es una película «marca país». Al contrario, habla del país oculto, del que no se muestra, del que se tapa pero sigue siendo a pesar de todo. En un momento en el que se vende el Perú como un lugar de oportunidades, donde hay un boom económico, aunque Lima sigue siendo una de las ciudades con mayor índice de trabajo infantil y de tuberculosis de América Latina. La película habla de lo contrario, del verdadero país, del verdadero Perú, de un país oculto, negado y lo cuenta desde la música popular. Está rodada en tres lenguas, en quechua chanca, shipibo-conibo y castellano. De alguna manera, esas lenguas recogen también la cosmovisión y el universo de los mundos del Perú. Sin embargo, el Perú es de una complejidad muy grande, por eso tampoco es una película sobre todos los mundos del Perú, pero sí recoge de cierta forma los tres grandes universos: la selva, la Amazonía andina y la costa del Perú.
…y también una línea fina entre los discursos de identidad y los esencialismos…
Esta es una película que habla de identidad, de las identidades tan fuertes que hay en el Perú, que son fuertes y están arraigadas pero se tocan, conversan entre ellas, se mezclan, se juntan…. Son mestizas, por eso un violinista andino puede hacer zapatear a los afroperuanos con su violín, eso sucede en la película. Hay muchas formas de ser y concebir lo mestizo. De alguna manera quien representa eso también en la película es el escritor, antropólogo musicólogo, poeta peruano, José María Arguedas, que escribió en quechua y en castellano. Él tiene una reflexión que puede resumir también el espíritu de la película, decía: «cualquier ser humano no engrilletado y embrutecido por el egoísmo puede vivir feliz todas las patrias». La tradición popular no es conservadora, cambia, evoluciona, la música ha evolucionado y va evolucionando, va cambiando… y claro las costumbres y las tradiciones también cambian. Por eso, por ejemplo, hay una danzante de tijeras mujer, que antes no existían… en palabras de uno de los maestros de la película, Carlos Hayre: «somos un gran mestizaje y la música va evolucionando y se defiende sola».
¿Por qué ahora?
Esta película es algo que yo quería hacer desde hace mucho tiempo. He rodado mucho fuera del Perú, pero tenía como una deuda pendiente con el país donde nací. Tenía ganas de contar el Perú y pensé que la mejor manera de contarlo era cantarlo, desde la música popular, desde la música de abajo, del pueblo, desde el arte de un país negado. Esa música popular, poesía del pueblo, desde y para el pueblo, podía contar el país.
¿Cómo llegas a los músicos?
Llegamos a esos músicos después de un trabajo de investigación muy largo, hay algunos que son muy importantes, son iconos de la música peruana, popular, pero también hay algunos que son menos conocidos y otros que son absolutamente anónimos. Son músicos que se mueven en ámbitos de la música popular y probablemente son muy conocidos en sus lugares de origen pero no en la gran ciudad o en los medios de comunicación de masas. Son cultura viva, es la gente que está en las fiestas populares, en los barrios, son, como dice uno de ellos: los que le dan más vida a la vida. La película, en realidad, no pretende ser una antología sobre la música de peruana, son historias de vidas de personajes de los tres grandes mundos del Perú, que tiene en común que son músicos, o viejos músicos, pero la película no pretende ser un estudio exhaustivo sobre la música en el Perú, hay grandes ausencias y además, la riqueza musical no cabe en una película. Es una película sobre la vida y sobre la música, y creo que por eso es universal, porque la música y la vida son universales.
Para ver la película en Madrid
El próximo jueves 28 de noviembre se exhibe Sigo siendo. Kachkaniraqmi en Madrid a las19.30h en el Patio Maravillas C/ Pez 21 (metro Noviciado) con el concierto posterior de Sara Van y Consuelo Jeri.
También se puede ver la película en la Casa de América del miércoles 13 al domingo 24 de noviembre, y del miércoles 4 al sábado 14 de diciembre de 2013 (excepto lunes y martes).
Fuente: https://www.diagonalperiodico.net/culturas/20688-la-riqueza-musical-peru-no-cabe-pelicula.html