La disputa legal contra Chevrón interpuesta por las víctimas del desastre ecológico y que dura más de una década, ha dado un giro recientemente, después de darse a conocer la decisión de la «justicia» holandesa responsabilizando al Estado ecuatoriano por la polución causada sobre el territorio y dejando impune los actos de la multinacional. Chris […]
La disputa legal contra Chevrón interpuesta por las víctimas del desastre ecológico y que dura más de una década, ha dado un giro recientemente, después de darse a conocer la decisión de la «justicia» holandesa responsabilizando al Estado ecuatoriano por la polución causada sobre el territorio y dejando impune los actos de la multinacional. Chris den Hond, veterano director documentalista, fue al encuentro con los habitantes y las autoridades de la Amazonía ecuatoriana con el fin de realizar una investigación fílmica que recogiera el punto de vista de los principales testigos en este caso, es decir, las víctimas. Cuidadosamente documentada, la película ha sido co-dirigida con Mireille Court. Entrevista con el autor de «Ecuador: la selva envenenada».
La presencia de la empresa estadounidense Texaco-Chevrón en territorio de la Amazonía ecuatoriana llegó definitivamente a su término tras la demanda interpuesta colectivamente por treinta mil (30.000) habitantes de la región, que denunciaron la contaminación de sus tierras. ¿Cuáles fueron los principales daños causados debido a la explotación del petróleo que realizaba la Texaco-Chevrón en la Amazonía ecuatoriana?
Texaco estuvo durante treinta años en la Amazonía, de 1964 a 1992. Esto son treinta años de contaminación continua. Posteriormente, Texaco fue tomada por Chevrón, esta última dejó Ecuador después de un año de actividades (de ahí el nombre Texaco-Chevrón). Los treinta mil demandantes cuentan hoy con el apoyo del gobierno de Rafael Correa. Ellos exigen, de una parte, una indemnización por las víctimas mortales de cáncer y por otra parte, la reparación y descontaminación de los daños ambientales causados por la actividad de la compañía.
Después de haber estado en la región, mi conclusión es que la contaminación es aún peor de lo que yo imaginaba en un principio. También pude constatar que el daño es innegable. Los equipos científicos afirman que la región contaminada presenta de 30% a 40% más de casos de cáncer que en otras regiones del Ecuador. Esto quiere decir que hasta el día de hoy, estas personas siguen muriendo por esta causa.
¿Todavía quedan habitantes en las zonas donde Texaco-Chevrón realizó su actividad?
Si, la gente todavía vive allá. Existen de 1000 a 1700 pozos, es un grave problema incluso en la actualidad. Lo único que se hizo fue taparlos con un poco de tierra, pero basta solamente meter un poco la mano para darse cuenta que todavía hay petróleo. Es decir, el suelo está contaminado y se extiende por varias decenas de metros cuadrados. Los ríos están contaminados, el ganado está afectado y las plantaciones de café ya no crecen. Los impactos sobre los pobladores y los pueblos indígenas son inmensos…
Cuando se busca la verdad se debe tomar en cuenta el punto de vista de todas las partes implicadas. En ese sentido y después de haber visto su película, perturba bastante el hecho de leer o de escuchar a los técnicos de la Texaco de la época, cuando afirman ante los incrédulos que, los pozos de petróleo no representan ningún peligro. Es más, alaban las propiedades medicinales de este líquido negro y viscoso, afirmando que contiene vitaminas, que es benéfico para contrarrestar el reumatismo… en fin, ¡ellos recomiendan abiertamente a los habitantes de irse a bañar en los pozos!
Es correcto. Y no es todo, los mismos técnicos de la Texaco registraron patentes para disminuir la contaminación durante su actividad. Sin embargo, esta tecnología nunca fue utilizada durante las extracciones. No obstante existen normas que prohíben derramar el petróleo sobre la tierra; se deben utilizar lonas impermeables durante la extracción y este no fue el caso. Adicionalmente había tubos que dejaban escapar agua tóxica sobre el suelo.
¿Qué piensas de las voces que están en contra del gobierno de Rafael Correa? Pareciera paradójico que estas críticas estén concentradas sobre los temas ecológicos…
Con relación a esto yo respondo que las cosas no son en blanco y negro. No se puede afirmar que el gobierno de Correa apoyara al 100% a los ecologistas y los movimientos de protesta en contra de las multinacionales. Al comienzo, fueron los demandantes los que tuvieron la iniciativa de iniciar el proceso ante un tribunal ecuatoriano en contra de la Texaco. Si el gobierno de Rafael Correa se involucró en el caso de Chevrón, la razón de fondo se debe a que la misma Chevrón interpuso una segunda demanda en contra del Estado ecuatoriano, exigiendo que este último pagara por los daños causados. Es decir que los ciudadanos y los mismos demandantes asumieran ellos mismos los costos del desastre. Fue entonces cuando el estado inició una serie de acciones judiciales con el fin de apoyar la causa de los demandantes. Pero lo que es seguro, es que el gobierno actual está ayudando a los demandantes.
Lo que complica un poco el panorama, es la cuestión del llamado modelo «extractivista»
Nosotros nos hemos concentrado sobre el caso de Chevrón. Creemos que la política energética del gobierno actual ecuatoriano es un asunto en el cual son autónomos y que solo les compete a ellos. Sobre este modelo «extractivista», existen diversas opiniones en Ecuador. De una parte, está la visión del partido del movimiento ecologista, de personas como Alberto Acosta o la Presidenta de Acción Ecológica que dicen: «Hay que parar, es decir, parar este modelo basado sobre la extracción». Pero incluso ellos están de acuerdo que se deberá pasar por un periodo de transición. Esto depende de múltiples factores, no se puede parar un modelo o un sistema económico de un día para otro, se necesita una transición. Sin embargo, ellos no están de acuerdo con el hecho que el gobierno de Rafael Correa continúe con la apertura de nuevos pozos. Los que tienen esta posición, manifiestan que el gobierno debería limitar la explotación a los pozos existentes, pero esta idea no es realista ya que estos pozos están agotados. Un pozo dura entre diez, doce o hasta quince años hasta su agotamiento. Es indudable que no se puede tener el mismo nivel de producción limitándola a los pozos existentes.
Y ¿qué piensan los habitantes de la región, por ejemplo las comunidades indígenas?
Bien, en la película se puede escuchar el testimonio de una mujer que dice: «si se para todo, ya no habrá trabajo para nosotros». Evidentemente habría que cerrar las minas, se tendría que dar lugar a una reconversión industrial. Sin embargo, los que dicen que hay que parar la extracción minera o petrolera deberían pensar también en las personas que viven de ello. Considero que se debe tener mucha humildad y no pretender decirle al gobierno lo que debe hacer. Yo me limito a constatar que el gobierno ayuda a los demandantes en el caso Chevrón. No se trata de idealizar, pero sin duda el gobierno está haciendo esfuerzos considerables para contrarrestar la contaminación de los suelos. Recordemos que la extracción petrolera actual no es ni la sombra de lo que era hace veinte o treinta años atrás.
¿Se han instaurado algunas normas?
Si, existen normas y existe un Ministerio del Medioambiente. En la película aparece una representante del Ministerio que nos dice de manera muy honesta que, el más grande problema que se tiene es la corrosión del oleoducto. La única forma efectiva de prevenir derrames y filtraciones sería remplazando los miles y miles de metros de tubería.
¿De qué medios dispone el gobierno de Rafael Correa para presionar sobre Chevrón?
Lo más interesante de todo, jurídicamente hablando, es que Chevrón no está en Ecuador. La sentencia de la corte ecuatoriana estableció que Chevrón debe pagar 9.2 billones de dólares, pero este fallo no se puede hacer efectivo ya que la empresa no se encuentra en el país. ¿Qué puede hacer entonces el gobierno? Buscar recursos en los sesenta países donde Chevrón tiene presencia y por lo tanto posee bienes, por ejemplo en Canadá o en Argentina. Este aspecto jurídico es difícil de explicar y llevaría un buen tiempo para poder explicarlo de una manera que todos lo pudiéramos entender. En Argentina, donde Chevrón tiene bienes, un juez de este país ha dicho que la sentencia de la corte ecuatoriana sobre el pago de los 9.2 billones de dólares se podría hacer efectivo en Argentina para indemnizar a las víctimas. Sin embargo, Chevrón chantajea al gobierno con la amenaza de salir del país si esto llegara a suceder. Por otra parte, en septiembre de 2015, un juez canadiense se pronunció en el sentido que esta demanda podría ser instaurada y que un proceso podría ser abierto con el fin de establecer la responsabilidad de Chevrón para eventualmente poder confiscar los bienes de la empresa en Canadá.
Los demandantes no han dejado de lado la lucha…
En efecto, es una lucha de largo aliento. Durante toda su vida, el abogado Pablo Fajardo, cuyo testimonio aparece en la película, se ha dedicado a estudiar la forma cómo la sentencia de la corte ecuatoriana en favor de los demandantes, puede ser efectiva en los otros países donde tiene presencia Chevrón.
Ver el documental Ecuador: la selva envenenada