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La unificación monetaria y cambiaria en tiempos del coronavirus

Fuentes: IPS

No hay que esperar que termine el impacto de la covid-19 para comenzar pasos concretos hacia la recuperación económica cubana.

Concebida como un proceso transitorio, la dualidad monetaria y cambiaria se ha extendido sin embargo por más de 25 años, creando desigualdades en el acceso al consumo en la población cubana, entre otras dificultades económicas, sociales y políticas.

Los problemas que acarrea este asunto suelen aflorar a la superficie, interpretándose como propias de la circulación, cuando en realidad corresponden a temas estructurales de la economía cubana.

La compleja situación se manifiesta tanto en la población, como en el sistema empresarial y aún continúa demandando soluciones lo más pronto posible. Sin duda la dilación en el tiempo ha contribuido a complicar más la situación en todos los ámbitos.

Al final del pasado año e inicios del presente, fuentes oficiales manifestaron que los estudios, preparativos y trabajos realizados por las diferentes comisiones creadas para abordar el complejo proceso de la unificación monetaria y cambiaria se encuentran bastante avanzados.

Cuando todo brindaba señales de la cercanía del proceso de reunificación monetaria y cambiaria, lamentablemente surgió la covid-19.  Antes del brote epidémico, muchos

poseedores de sumas significativas de CUC, guardados en sus casas, se apresuraron a cambiar esa moneda divisa por CUP o USD. Otros compraron viviendas, autos y otros bienes.

Lo anterior propició una depreciación del (CUC), y a la vez apreciación del CUP y USD, donde la tasa de cambio CUC por USD alcanzó la relación de 1.10- 1,15 CUC por USD, o aún más en algunas provincias.  De hecho, estos estratos poblacionales concentradores de dinero (CUC y CUP) poseen un poder económico que continúa incidiendo de forma no favorable sobre la economía del país, tanto en su relación interna como externa.

La apertura para nuevos entes económicos no estatales en el mercado interno, tanto cuenta propista como cooperativo, ha generado una demanda interna que grava la economía nacional, por cuanto motiva gastos en USD u otra divisa sin retorno.

Dado lo significativo del momento por el que transita actualmente la economía cubana, sin duda se requiere de transformaciones más profundas, innovadoras y osadas para algunos, pero necesarias, que eliminen las ataduras que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas.

Las medidas de recrudecimiento del bloqueo por parte de la actual administración norteamericana, la baja disponibilidad de divisas (descenso de los ingresos del turismo, insuficiente cosecha azucarera, disminución de ingresos por servicios profesionales externos, compromisos de la deuda), limitan la capacidad financiera para la importación de alimentos.

A la vez, el no disponer de una respuesta necesaria y estratégica por la vía de incrementos sostenidos de la producción nacional de alimentos, en realidad la misma suele ser cada vez menor, motivando una mayor dependencia alimentaria externa. ¿Qué es lo que realmente sucede?  ¿Se requiere profundizar en las transformaciones? ¿Por qué no se profundiza más en las transformaciones? Son interrogantes que de inmediato surgen.

La producción nacional de alimentos resultante del sector agropecuario cubano constituye un aspecto sumamente estratégico para la economía cubana, como abastecedor de productos frescos con destino inmediato a la población y a la vez como suministrador de productos alimenticios orientados a la producción animal para el consumo humano.

Este sector constituye el principal suministrador de materias primas destinado a la industria alimentaria, en un escenario que, en lo inmediato se avizora como insuficiente.

Cabe destacar además que la agroindustria cañera constituye un eslabón que forma parte del encadenamiento conformado por: agricultura-industria alimentaria procesadora-agroindustria cañera, que interactúan entre ellas. En reiteradas ocasiones no suele ser reconocido a plenitud el desempeño de este sector en la producción de alimentos con destino humano y animal, derivados de alto valor agregado, la generación de energía renovable y creación de fondos exportables.

Se requiere rescatar la agroindustria de la caña de azúcar la cual forma parte ineludible del encadenamiento señalado y por supuesto de la estrategia del programa alimentario.

A la vez se necesita recuperar la ganadería bovina. Por determinadas circunstancias, a través de los años, se ha priorizado la producción de carne de cerdo apoyada  en líneas genéticas, alta consumidora de granos (maíz y soya, entre otros), para lograr buenos resultados (peso en pie),  en periodos relativamente cortos; pero a la vez con alta dependencia de las importaciones de granos.

La agricultura cubana no se caracteriza por ser una gran productora de granos. Hay que ser racional, descansar una ganadería porcina de forma general sobre la base de importaciones de alimentos no es consecuente con las limitaciones económicas y productivas que presenta el país. De igual forma, en la avicultura hay que propagar la crianza de líneas rústicas, de las cuales se dispone.

La estrategia de recuperación de la ganadería particularmente la bovina, incluye lograr que los productores generen su propia fuente de alimentos, entre pastos naturales, artificiales, rotación por cuartones, áreas destinadas a la producción de granos, gramíneas y los vínculos con la agroindustria de la caña de azúcar como fuente importante de suministro de alimentos, para el ganado bovino.

Impacto de la covid-19 en la economía cubana

En realidad no es totalmente previsible el tiempo y duración de la pandemia, y las implicaciones para la salud del pueblo cubano y su economía.

De igual forma que se han elaborado proyecciones, alternativas y escenarios posibles del curso de la enfermedad, resulta necesario elaborar, proyectar posibles escenarios sobre el comportamiento actual, inmediato de la economía y alternativas de recuperación, vías, medidas innovadoras y osadas, para lograr una rápida recuperación, una vez que se haya salido de la presencia de la pandemia. Más bien no hay que esperar que termine la incidencia de la covid-19, para comenzar a elaborar y dar pasos concretos para la recuperación económica.

Con anterioridad se hizo referencia a la existencia en la economía interna de la presencia de los estratos poblaciones que concentran dinero (CUC, CUP y USD), riquezas y que poseen poder económico y dificultan las medidas aplicadas en busca del orden económico, disciplina y equidad. Se trata de personas que propician concentraciones y tumultos en los establecimientos de ventas de productos cuya oferta registra limitaciones, con relación a la demanda.

A la vez, medidas administrativas burocráticas, inadecuadas al momento, desorganización en la distribución y formas de ventas no apropiadas, dan lugar y facilitan la indisciplina, que favorece el desorden económico-social.

En las reiteradas “colas”, más bien tumultos, son visibles los grupos, la forma de proceder y actuar los identifica, con grandes mochilas donde cargan los productos acaparados. Estas personas dominan el comportamiento de las colas, se dedican al acaparamiento para la reventa de los productos y con ellos obtener ingresos de forma fácil. Así se enriquecen y aumentan su poder económico.

En el caso de La Habana, estos grupos provienen de diversos puntos de la capital. Se trasladan hacia aquellos municipios de la ciudad, donde suele registrarse mayor presencia o abastecimiento de productos críticos (pollo, cerdo, derivados cárnicos, aceite de cocina, lácteos, artículos de higiene personal, etc.).  Posteriormente retornan a sus lugares de origen u otros espacios, para realizar labor de reventa.

Estos grupos durante sus operaciones de acaparamiento se comunican mediante sus teléfonos celulares con quienes están haciendo cola en establecimientos cercanos, se informan sobre la cercanía o no del momento de entrar, de la disponibilidad del producto, se mueven con rapidez, para acudir y cubrir su turno en la otra cola y actúan simultaneando su presencia en varios establecimientos e interactúan entre sí.

En los municipios a los cuales acuden estas personas, no en todos lugares el orden está debidamente establecido, ni existe una correcta disciplina; estos grupos suelen identificar los establecimientos, disponen de información anticipada de la llegada de los productos en falta y lugares de venta en los cuales pueden dominar las colas incorporándose varias veces, acaparar, vender espacios y turnos, a la vista de todos.

La dilación no es aconsejable

En ocasiones la forma de proceder y actuar de los grupos señalados, que intervienen en este proceso no los identifica propiamente como integrante de los estratos que concentran el dinero y surge la interrogante ¿Son aquellos que en cierta medida son contratados, reciben dinero para realizar las compras para estos estratos de poder económico?   ¿Se está manifestando una forma de canje, cambio o utilización del dinero concentrado y acumulado, por esta vía? En el momento de efectuar el pago de la compra disponen de cantidades importantes de dinero en efectivo (rollos de billetes, CUC y CUP), visible para todos.

Evidentemente la dilación de acometer el proceso de reunificación monetaria y cambiaria ha creado espacios y condiciones favorables para la gestión y decisión de aquellos que desde hace tiempo y con conocimiento del hecho concentran el dinero y no con buenas intenciones aprovechan la oportunidad de comprar, acaparar, revender e incrementar su capital, sin trabajar.

Sin duda el gobierno está realizando un extraordinario esfuerzo económico, para mantener cierta oferta en su mayoría de productos importados, pero no logra, dar sostenibilidad al  proceso de  acceso a los consumidores en el mercado minorista, por cuanto los estratos con poder económico obstaculizan cualquier iniciativa en este sentido.

El tema salud de la población siempre es prioritario, pero en este momento se manifiesta como de mayor prioridad en las decisiones. Lo anterior inclina a considerar que no es el instante oportuno para iniciar un proceso de reunificación monetaria y cambiaria. No obstante es de considerar que no se puede ser tan absoluto, es decir hay que buscar formas, vías previas que marquen pasos de inicio, algunos ya identificados.

Algunas sugerencias  

-Por la forma en que se estructura la economía cubana, la empresa estatal ocupa un lugar importante, lo más aconsejable sería iniciar el proceso de unificación monetaria por dicho sector;

-Realizar preparativos para instrumentar aumentos salariales en los sectores productivos en correspondencia real con los incrementos de producción (bienes y servicios), sustitución de importaciones, aumento de las exportaciones, que a la vez motive, incentive a los trabajadores a lograr incrementos sostenidos y crecientes de productos y servicios a ofertar.

-Eliminar trabas, restricciones, regulaciones que impiden la iniciativa del empresario emprendedor. Ir a un necesario proceso descentralizador tanto en el sector estatal, cooperativo y privado, haciendo énfasis en la producción de alimentos y sustitución de importaciones y exportaciones.  Resulta inmensamente necesario en la compleja situación por la que transita la economía cubana, que se permita desarrollar las potencialidades productivas que existen y no son utilizadas.

-La insuficiente producción nacional de alimentos es identificable como el eslabón más débil que atenta contra la seguridad y soberanía alimentaria; constituye un aspecto sumamente estratégico, urge iniciar la profundización de las transformaciones, que conlleven a una amplia descentralización, que las diferentes formas productivas puedan tomar sus propias decisiones, como combinar más eficiente y de formas oportuna los factores productivos, entre otros aspectos.

Todo con vista a lograr incrementos en la producción de alimentos. No bastan los constantes llamamiento y arengas; sólo con el entusiasmo no se llega obtener los resultados esperados (está más que comprobado), se requiere acudir al interés de los productores.

-De igual forma se han realizado propuestas, por diversos autores que han abordado el tema de la reunificación monetaria y cambiaria, encaminadas a desarrollar alternativas que  propicien ingresos y alivio en los desembolsos iniciales en divisa real, para la  compra de productos (alimentos, ropa, calzado, equipos electrodomésticos) y este proceso se acuerde, negocie con cadenas foráneas, para que sitúen sus productos en consignación en el mercado interno y el retorno o pago a las mismas se logre con los propios ingresos generados por las ventas en USD, euros y otras divisas, que la población posee físicamente en sus manos.

-Se requiere de aumentos en  la oferta (alimentos, servicios, otras producciones),  a partir del incremento sostenido y creciente de la producción nacional  y la participación de cadenas foráneas en la forma ya señalada, que ayudarían a evitar y/o reducir procesos inflacionarios que pudiera ocasionar el incremento de salarios e ingresos que llegan a la población por vía remesas.

-Sin duda hay que simultanear tareas, creando grupos  multidisciplinarios de estudios,  constituidos por especialistas, académicos, autoridades del Banco Nacional de Cuba, Ministerio de Finanzas, entre otros. En su defecto o al unísono  poner en práctica aquellos resultados y pasos que se puedan dar,  a partir de las recomendaciones alcanzadas, por las diferentes comisiones de trabajo constituidas, y no divulgadas hasta ahora, para lograr la reunificación monetaria y cambiaria.

-Es de suponer que habilitar  algunas tiendas o establecimiento,  en las cuales, una vez efectuada la compra  el cambio o vuelto  se entregue  en CUP,  ante el pago efectuado  en CUC, así como la apertura de tiendas virtuales  (enzona.net, on line), solo en transacciones  en CUP;  puede considerarse cómo un ejemplo de la instrumentación práctica de algunas recomendaciones realizadas por las diferentes comisiones de trabajos constituidas,  con vista al  proceso de reunificación monetaria y cambiaria.

Sobre las ventas en tiendas virtuales online, cabe alertar que en la práctica se han  confrontado dificultades, ante el numeroso arribo de solicitudes de compra por esta vía, creando congestionamiento  en dicho espacio. Es de suponer que el sistema implementado  no dispone de capacidad de respuesta, para lo que fue concebido.

Además de las medidas señaladas e instrumentadas, sin duda deben existir otras que pueden ser aplicadas en el actual contexto de la covid-19, que no añadan más complejidades, ante el difícil y real escenario económico-social-político, por el que se transita.

Se impone en las actuales y difíciles condiciones romper la inmovilidad, dado el actual y difícil escenario, por un lado el recrudecimiento del bloqueo económico, por otro lado las restricciones internas y la presencia de la covid-19.

Se requiere dar pasos efectivos y seguros, que propicien el proceso de reunificación monetaria y cambiaria, que a la vez, contribuya a eliminar obstáculos evidentes, buscar soluciones inmediatas a dificultades, que hoy se manifiestan de forma preocupante,  por parte de aquellos estratos poblacionales poseedores y concentradores de dinero, que sin duda en silencio, pero de forma práctica manifiestan su poder económico y dificultan la realización de las medidas urgentes adoptadas por la economía nacional

Armando Nova, economista y profesor de la Universidad de La Habana.

Fuente: https://www.ipscuba.net/economia/cuba-la-unificacion-monetaria-y-cambiaria-en-tiempos-del-coronavirus/