La producción de aceite de palma para alimentación y para agrocombustibles (también llamados biocombustibles) está causando graves abusos a los derechos humanos en Indonesia, según un informe publicado por una coalición de grupos ecologistas internacionales [1]. En el informe «Perdiendo Terreno: El coste Humano de la Expansión del Aceite de Palma», Amigos de la Tierra, […]
La producción de aceite de palma para alimentación y para agrocombustibles (también llamados biocombustibles) está causando graves abusos a los derechos humanos en Indonesia, según un informe publicado por una coalición de grupos ecologistas internacionales [1]. En el informe «Perdiendo Terreno: El coste Humano de la Expansión del Aceite de Palma», Amigos de la Tierra, Sawit Watch y LifeMosaic exponen los enormes problemas sociales impulsados por los objetivos de la Unión Europea (UE) de aumentar el uso de agrocombustibles en el transporte.
David Sánchez, responsable de agricultura de Amigos de la Tierra en España afirmó: » Este informe muestra que, además de suponer un desastre ambiental, los combustibles fabricados a partir de aceite de palma suponen también una catástrofe social. La clase política europea y española debería cuestionarse sobre la conveniencia de los objetivos obligatorios para sustituir combustibles fósiles por agrocombustibles. Están marcando objetivos obligatorios de uso de agrocombustibles sin garantizar el origen de las materias primas ni las condiciones en las que se obtienen.»
El informe realizado por Amigos de la Tierra, Sawit Watch y LifeMosaic revela que las compañías de aceite de palma a menudo usan prácticas violentas para tomar posesión de las tierras de las comunidades indígenas, con la complicidad de policía y autoridades. Familias antes autosuficientes a partir de los recursos del bosque que los rodeaba denuncian ser víctimas de engaños para dejar sus tierras bajo promesas de trabajo y desarrollo. En su lugar, terminaron atrapados en deudas y trabajo mal remunerado, mientras que los bosques son reemplazados por monocultivos de palma de aceite. La contaminación por abuso de pesticidas, fertilizantes y el proceso de represas está dejando a varios pueblos sin acceso a agua potable.
La Comisión Europea marcó un objetivo de sustitución obligatorio del 10% de combustibles fósiles por agrocombustibles en el transporte para 2020. Se trata de un intento de reducir las emisiones de CO2 a pesar de la multitud de evidencias que muestran que los agrocombustibles no conseguirán alcanzar estas reducciones. Pero estos objetivos están impulsando una enorme expansión de la superficie dedicada al cultivo de, entre otras materias primas, aceite de palma. Todos los estudios y previsiones apuntan a un origen importado de las materias primas utilizadas para alcanzar este objetivo, por falta de superficie cultivable en Europa y por el menor precio de materias primas de origen tropical, como el aceite de palma [2].
Desde 2005 Amigos de la Tierra, Sawit Watch y LifeMosaic han estado trabajando conjuntamente en un proyecto que tiene como objetivo brindar información imparcial a las comunidades afectadas por las plantaciones de aceite de palma en Indonesia, para facilitar la toma de decisiones informadas acerca de su tierra y su futuro. «Perdiendo Territorio» está basado en testimonios de las comunidades contactadas durante este proyecto, nuevos datos aportados por Sawit Watch e investigaciones anteriores para proporcionar una visión desde el terreno en los impactos sociales, económicos y culturales de las plantaciones de palma de aceite.
Serge Marti, de LifeMosaic y autor del informe aseguró: «Indonesia es un país con una biodiversidad única, pero sus comunidades y su patrimonio natural están siendo sacrificados para mayor beneficio de un puñado de empresas y millonarios. En Europa debemos darnos cuenta que incentivar a grandes multinacionales para hacerse con el control de las tierras de las comunidades en países en desarrollo no es una solución al cambio climático. La UE debe asumir sus responsabilidades y abandonar los objetivos obligatorios de introducción de agrocombustibles.»
Abetnego Tarigan, Director Ejecutivo de Sawit Watch añadió :»Las empresas de aceite de palma ya han acaparado 7,3 millones de hectáreas de tierra para plantaciones, con el resultado de 513 conflictos en marcha entre empresas y comunidades. Considerando los negativos impactos sociales y ambientales del aceite de palma, Sawit Watch exige la reforma del sistema de plantaciones de palma de aceite en Indonesia y reconsiderar los planes para extender las plantaciones.»
Notas
1. El informe completo está disponible en: http://www.foe.co.uk/resource/reports/losingground.pdf
El resumen ejecutivo en español está disponible en: http://www.tierra.org/spip/IMG/pdf/Perdiendo_Terreno_esp.pdf
Un dossier sobre aceite de palma está disponible en: http://www.tierra.org/spip/IMG/pdf/Aceite_de_Palma.pdf
2. La Comisión Europea propone unos criterios de sostenibilidad para los agrocombustibles, que no incluyen medidas para enfrentarse a los impactos sociales de su producción. Esto implica que el incremento en el uso de agrocombustibles por parte de la UE tendrá como consecuencia más problemas como los expuestos en este informe, según más superficie de tierra se transforme para cubrir la demanda de aceite de palma.
El 85% del aceite de palma a nivel mundial se produce en plantaciones de Indonesia y Malasia. Según los planes de los gobiernos locales, solo Indonesia planea incrementar en 20 millones de hectáreas más las plantaciones para 2020, una superficie equivalente a Inglaterra, Holanda y Suiza juntas. La industria del aceite de palma asegura que el desarrollo de más plantaciones es vital para el desarrollo económico y que los métodos utilizados son sostenibles y beneficias a la población local. Sin embargo, en los vastos monocultivos que resultan tras las plantaciones, hay espacio para poca vida. La mitad de la pérdida del hábitat del orangután durante la última década ha estado asociada al aceite de palma.
Además, la deforestación y destrucción de los bosques pantanosos de turbera para producir aceite de palma han convertido a Indonesia en el tercer país emisor de gases de efecto invernadero por detrás solo de EE.UU. y China.