Llegaron las sillas, ya podemos sentarnos. En la fabulosa película cubana de Tomás Gutiérrez Alea, adaptación de una novela soviética escrita por Yevgeni Petrov e Ilya Ilf, aparecen dos personajes que ahora cobran actualidad en su émulo por un dirigente de la mafia de Miami. Resulta que el miamense cubano Rodolfo Frómeta ha declarado su […]
Llegaron las sillas, ya podemos sentarnos.
En la fabulosa película cubana de Tomás Gutiérrez Alea, adaptación de una novela soviética escrita por Yevgeni Petrov e Ilya Ilf, aparecen dos personajes que ahora cobran actualidad en su émulo por un dirigente de la mafia de Miami.
Resulta que el miamense cubano Rodolfo Frómeta ha declarado su disponibilidad de ir a Cuba a matar a los líderes de la Revolución porque «Esa gente no va a entregar el poder, esa gente hay que matarla» .
Su gran colega de aventura no es otro que el famosísimo Posada Carriles ( el terrorista que puso la bomba en el avión de Cubana de Aviación con 74 deportistas a bordo), según él mismo y a quien espera lo liberen para emprender tan importante hazaña.
»Todo esta casi listo para que la gente venga de Miami a liberarnos», decía Oscar (Reynaldo Miravalles) a un grupito de vecinos en »las doce sillas» producidas en el 1962 . »Aquí , sin ir mas lejos, está la prueba: Don Hipólito. Ustedes serán todos diputados, El Ministerio de recuperación de Valores se llamará Oficina de Devolución de Bienes… ¡vaya!, el que haya perdido sus casas la recuperará con intereses; pero necesitamos preparar el terreno con la colaboración de ustedes».
Don Hipólito Garrigó ( Enrique Santiesteban) miraba para todos lados al tiempo que se ponía el índice en la boca y decia »Ssshhh que nos pueden oir». Oscar, tremendo avivato, perfecto muelú, logra recaudar 100 pesos para que Hipólito pueda adquirir, en una subasta, las 12 sillas; una de las cuales debe tener escondido los brillantes de una tia que recién había muerto.
Rodolfo Frómeta, el moderno Oscar, lleva mas de diez años recabando dinero para comprar armas e ir directamente a Cuba a »acabar de una vez y por todas el régimen dictatorial de los Castros».
La novedad ahora es que »hemos logrado penetrar las Fuerzas Armadas de Cuba».
Como el diccionario norteamericano tiene otras definiciones de las palabras terrorismo, democracia y derechos humanos, Don Rodolfo seguirá recogiendo cuartos a las dos manos sin que el FBI, ni la policía, ni nadie se meta con ellos, con su »magnífica labor patriótica».
En definitiva Rodolfo Frómeta no ha hecho mas que aprender del método que ha venido aplicando Bush con el miedo al terrorismo, o no ?
Lástima que Alea nos haya dejado en el 1996. Tendría material para otra silla: la número 13.
marzo MMVIII
P.s.
Ironía del destino, las 12 sillas fue calificada para entonces, como una película de propaganda del régimen cubano, como un panfleto de los comunistas. Hoy dia es catalogada por los expertos como una obra maestra del cine. Alea es el mismo que hizo »Fresa y Chocolate» con la que ganó un oscar en Hollywood, a donde se le tenía prohibido ir gracias al bloqueo.