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"No importa Raúl Rivero, importa derribar a Castro"

Las deudas olvidadas

Fuentes: Rebelión

La cobertura noticiosa sobre los funerales del PAPA fueron fatales, mañana, tarde, noche y madrugada en todos los espacios televisivos, algunos madrileños comenzamos a utilizar los móviles para convocar a una misa en la Puerta del Sol y pedirle a Dios que era preferible que lo resucitaran. Ahora tendremos que convocar a otra, para que […]

La cobertura noticiosa sobre los funerales del PAPA fueron fatales, mañana, tarde, noche y madrugada en todos los espacios televisivos, algunos madrileños comenzamos a utilizar los móviles para convocar a una misa en la Puerta del Sol y pedirle a Dios que era preferible que lo resucitaran. Ahora tendremos que convocar a otra, para que Dios convierta al publicitado disidente cubano Raúl Rivero, en Castrista para que desaparezca de los medios desinformativos. Lo del PAPA fue una semana, pero esta nueva campaña… ¿Hasta cuándo?

Para el homenaje se reunieron el presidente José Luis Rodríguez Zapatero y su portavoz en Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez y junto a ellos los Impopulares Mariano Rajoy, la fraudulenta presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el portavoz en el Congreso, Eduardo Zaplana y el vocero en Asuntos Exteriores, Gustavo de Arístegui.

Todos juntos en el periódico EL MUNDO, donde ahora Rivero es colaborador. Allí le entregaron el Premio Internacional Columnistas, de manos del director Pedro J. Ramírez, quien en su discurso, recordó la figura de José Luis López de la Calle, a cuya memoria se crearon los premios. «Lo asesinaron por lo mismo que te encarcelaron a ti -le ha dicho-; por pensar y por expresar sus opiniones en voz alta».

A López de la Calle, LO ASESINARON, pero ese no era el caso de Rivero, que pudo asistir a ese festejo en compañía de su esposa y la hija de esta y además la prisión de Rivero fue por servir a una potencia enemiga y no por pensar y expresar sus opiniones.

La afirmación del Director de EL MUNDO es coincidente con lo que dijo el escritor Abel Prieto, Ministro de Cultura de Cuba, que Rivero estaba en Madrid, porque en otro lugar lo hubieran asesinado y tirado en alguna cuneta, lo que irritó a todos. El señor ministro de Cultura expresó una verdad.

Si la oposición de Rivero se hubiera producido antes del triunfo de Castro, tal vez estaría en las largas listas de los más de 20 mil muertos y como muchos de ellos, encontrado en las cunetas de las carreteras o caminos de ciudades, pueblos y aldeas, con los ojos y uñas sacados, o los testículos triturados.

Si en lugar de cubano fuera salvadoreño, probablemente no estuviera en Madrid, porque en ese país no respetaron ni al Arzobispo Arnulfo Romero, que lo asesinaron alevosamente. Si fuera guatemalteco estaría en las listas de los más de 100 mil asesinados o desaparecidos y si por casualidad hubiera emigrado a España, nadie lo conocería, como no hay publicidad para ningún escritor latinoamericano encarcelado o que se traslade a nuestro país.

Suerte para Rivero no ser uno de los 30 mil argentinos, masacrados, desaparecidos, torturados y despojados de sus hijos y nietos como le sucedió al poeta Juan Gelman, o el mexicano Manuel Buendía que lo mataron a tiros, o al chileno Víctor Jara que le cortaron las manos o el uruguayo Ibero Gutiérrez y todos sus compañeros de prisión que fueron asesinados.   En el homenaje a Rivero el presidente Rodríguez Zapatero le dijo: «No debes nada a nadie os lo debemos todo a ti…» El mensaje fue muy claro, Rivero no le debe ni a Socialistas ni Populares nada, porque según diferentes fuentes José María Aznar declaró en Miami, cuando se enteró de su liberación: «no importa Rivero, importa derribar a Castro». Este homenaje en EL MUNDO, con la concurrencia de unos y otros era una lucha entre ellos mismos, que como aves de rapiña, le daban picotazos al poeta-mercenario-mercancia-propaganda-.

¡Que desagradable y humillante espectáculo!, eran como lobos disputándose a un animal muerto. Rivero, con la sensibilidad de los poetas, seguramente ya comprendió que el homenaje no era para él y que llegó a una prisión sin muros ni rejas visibles, pero que aplasta al ser humano.

Rivero no le debe nada a José María Aznar, que lo utilizó en su campaña contra Castro y la Revolución Cubana, tanto él como su partido. Divulgaron su prisión porque convenia a sus intereses, dieron la cara para ayudar a la CIA, a la ultraderecha de Miami, a la terrorista Fundación Cubana Americana y al Gobierno de Bush.

Tampoco Rivero debe nada al periódico Miami Herald y a la Oficina de Intereses de Estados Unidos, porque la notoriedad alcanzada, así les convenía y además pagaron por esos servicios.

Mientras trabajó para instituciones en Cuba, no lo conocíamos, como tampoco conocemos a muchos brillantes escritores y periodistas de la Isla, que son ignorados por defender a la Revolución cubana. Por lo tanto, la publicidad y los premios que recibe Rivero y otros como él, se lo deben a Castro, porque de otra forma no existirían.

Tampoco le debe nada a los funcionarios de la embajada del Partido Popular en La Habana, que cada mes le llevaban una canasta de comida por valor de cien euros y las mejores bebidas de nuestro país, lo que le permitió junto a toda su familia, pasar sin limitaciones, la aguda crísis económica y alimentaria que sufrieron los cubanos después del derrumbre del campo socialista y el incremento del genocida, grosero y criminal bloqueo que le aplica el gobierno de Estados Unidos. No debe nada a los Impopulares porque algo tenían que pagarle por los servicios de propaganda que les ofrecía.

Con relación a las DEUDAS, según algunos cubanos que lo conocen bien, Rivero DEBE a muchos. Dicen que en primer lugar a su padre, un revolucionario, modesto y humilde chofer, que si no llega a triunfar Castro, difícilmente le hubiera dado educación a su hijo y además que le gestionó trabajo en Prensa Latina. Le DEBE a los periodistas y trabajadores de esa Agencia noticiosa por las experiencias y conocimientos que pusieron a su servicio.

Le DEBE al Poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén que le prestó toda la ayuda y parte de su formación. Le DEBE al Gobierno cubano los cargos y puestos en que trabajó durante más de 20 años y al pueblo cubano por la cultura acumulada.

Le DEBE a su ex esposa, una decorosa escritora cubana, que prefirió no llevarlo a juicio, después que ebrio y delante de todos le dio una golpiza en las escaleras de Casa de las Américas y actuó como lo hacen, los que tienen dignidad y decoro. Se divorcio.

Le DEBE a los médicos cubanos, que gratuitamente lo salvaron del alcoholismo, pero esto no tiene que pagarlo, porque en Cuba la medicina es gratis para todos, incluyendo a los llamados opositores y mercenarios.

Rivero reconoció que nunca fue torturado ni maltratado físicamente por las autoridades cubanas y por tanto, DEBE por el hecho de ser cubano y haber vivido en un país con esas garantías, tan olvidadas en muchos lados.

Sin dudas le debe a José Luis Rodríguez Zapatero por las gestiones realizadas y porque con iguales propósitos que José María Aznar y George W. Bush, lo hace de una manera diferente.

Le DEBE al Gobierno cubano, que le permitió viajar a pesar de sus graves delitos y los años de prisión no cumplida. Salvo, que sea cierto lo que dicen en Miami, de que es un agente de los Servicios de Inteligencia Cubanos. En ese caso será Castro quien le agradezca algún día a José María Aznar, a José Luis Rodríguez Zapatero y al director del periódico por la ayuda prestada.

En realidad Zapatero fue muy deferente con Rivero, y con el EL MUNDO, porque se convirtió en el primer presidente español en funciones, que aceptó una invitación de ese periódico en sus 16 años de historia.

En cuanto a la libertad alcanzada en España, veremos si EL MUNDO le permite que escriba sobre la invasión norteamericana a Iraq, las masacres, los bombardeos, los prisioneros y las torturas en la Base Naval de Guantánamo, los periodistas asesinados y entre ellos el nuestro por los invasores norteamericanos en Bagdad, o el terroristas que hizo explotar en pleno vuelo un avión de cubana con sus 73 pasajeros y ahora busca asilo político en Miami, o los cinco jóvenes cubanos presos injustamente en Estados Unidos por luchar contra el terrorismo.

De resultar ciertas las informaciones recogidas en Miami por la periodista mexicana Yolanda Martínez, de que es agente de los Servicios Secretos de Castro, entonces seguramente disfrutó el espectáculo circense ofrecido por Socialistas e Impopulares en el periódico EL MUNDO y esto le ayudará a soportar las nostalgias y sinsabores que les esperan en Madrid.