Cuando leía el artículo «Con Fidel al teléfono«, publicado el domingo 20 de noviembre en el periódico Juventud Rebelde, enseguida me vino a la mente lo expresado por el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, en la Inauguración del XVIII Festival Internacional de Ballet de La Habana, el 19 de octubre de 2002, «Mientras […]
Cuando leía el artículo «Con Fidel al teléfono«, publicado el domingo 20 de noviembre en el periódico Juventud Rebelde, enseguida me vino a la mente lo expresado por el líder de la Revolución cubana Fidel Castro, en la Inauguración del XVIII Festival Internacional de Ballet de La Habana, el 19 de octubre de 2002, «Mientras en el mundo se escuchan los tambores de guerra o se dilapidan recursos para fabricar armas cada vez más sofisticadas y destructivas, en Cuba revolucionamos la educación para multiplicar los conocimientos de las nuevas generaciones, universalizamos el acceso a los centros superiores de enseñanza, llevamos las escuelas de arte a todo el país y proyectamos crear las condiciones para que el disfrute y el placer de sus maravillosas creaciones alcance a todos».
Por eso, no es extraño que Fidel haga un alto en sus tareas investigativas para preocuparse por las problemáticas asociadas al uso de las nuevas tecnologías en las universidades, echando por tierra una vez más, una de las falsedades más difundidas contra Cuba: que la Revolución es enemiga de Internet.
Coincido con los estudiantes de periodismo autores del trabajo, «Extraña desconexión en las universidades», en que se precisa mayor organización en el uso de los laboratorios de computación existentes en estos centros y también una mejor distribución del ancho de banda disponible.
Como política, el gobierno cubano prioriza el acceso social de la población a las tecnologías de la información y las comunicaciones a partir de los escasos recursos disponibles, en particular el acceso de los estudiantes universitarios.
Pero no podemos desconocer las limitaciones tecnológicas y económicas del país, que limitan el ancho de banda en el acceso a Internet a 413 Megabit de entrada y 229 Megabit de salida, por debajo de lo que posee cualquier institución o empresa en los países desarrollados. Si fuera poco, las leyes estadounidenses establecen que cualquier nueva adición o modificación del canal requiere la obtención de licencia del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos y que se pague a un precio considerable; cada incremento oscila en unos 2 mil dólares el megabit mensualmente. La mayor red cubana, Infomed, con más de 100 mil usuarios, tiene solo 16 Megabit en el canal de Internet y las universidades 12 Megabit en todo el territorio nacional.
A esto se suma que el bloqueo impuesto a la isla impide la adquisición de equipos, aplicaciones informáticas y software de las compañías de Estados Unidos que son las más importantes en esta actividad, aumentando en un 30 por ciento los costos de cualquier inversión al tener que buscar alternativas en mercados más distantes.
Sin embargo, los esfuerzos realizados en estos años, han permitido que la Unión Internacional de Telecomunicaciones, en su último informe sitúe a Cuba en el cuarto lugar en habilidades en el uso de las TIC, entre todos los países miembros de este organismo de la ONU. Se trata, como ha dicho Fidel de utilizar con más eficiencia estas tecnologías para conectarnos al conocimiento y participar en una verdadera globalización de la información que signifique compartir y no excluir; trasmitir nuestras verdades y nuestros mensajes, e informarnos del acontecer internacional, teniendo en cuenta que las ideas nacen de los conocimientos y de los valores éticos.
En tiempos en que redoblan las campanas de la guerra incitadas por el imperio del norte y sus aliados europeos, vale recordar a Fidel cuando expresó el 1 de mayo de 2003: «Nos acompaña la convicción más profunda de que las ideas pueden más que las armas por sofisticadas y poderosas que éstas sean».
Fuente:http://lapupilainsomne.wordpress.com/2011/11/22/las-ideas-las-armas-de-hoy/