La señora Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación de las Madres de la Plaza de Mayo, es un modelo de valentía y perseverancia. Todos los jueves, desde hace 28 años, se reúne con sus compañeras de lucha en la Plaza de Mayo para exigir la verdad sobre la desaparición de sus tres hijos y […]
La señora Hebe de Bonafini, presidenta de la Asociación de las Madres de la Plaza de Mayo, es un modelo de valentía y perseverancia. Todos los jueves, desde hace 28 años, se reúne con sus compañeras de lucha en la Plaza de Mayo para exigir la verdad sobre la desaparición de sus tres hijos y de todas las otras víctimas asesinadas. Este personaje extraordinario ha dedicado toda su energía para que los responsables de la dictadura argentina, que ensangrentó el país de 1976 a 1982, no queden impunes.
Con sus largos 77 años, la señora de Hebe de Bonafini no vacila en recorrer el planeta y denunciar los crímenes cometidos diariamente a través del mundo sea la invasión de Afganistán y de Irak, la ocupación de los territorios palestinos, el hambre en el Tercer Mundo y las múltiples agresiones contra Cuba.
Miembro permanente del Comité contra la Tortura de Nueva York, la señora Hebe de Bonafini ha recibido numerosos premios en reconocimiento a su incansable combate en favor de los oprimidos – tales como el premio «Educación y Paz» de la UNESCO en 1999 -, de las universidades del mundo entero, de las ciudades, de los sindicatos y de muchas otras entidades.
La entrevista siguiente fue realizada el 4 de junio de 2005 durante el Encuentro Internacional contra el Terrorismo, por la Verdad y la Justicia, en el Palacio de las Convenciones de La Habana.
Primero, déjeme decirle que la Plaza de Mayo está en Argentina y en ningúna otra parte. Nuestro pañuelo blanco simboliza la vida mientras que estas mujeres de las que usted me habla representan la muerte. Ésta es la diferencia más importante y más sustancial que hay que señalar a estos periodistas. No vamos a aceptar que nos comparen o que utilicen nuestros símbolos para pisotearnos. Estamos en total desacuerdo con ellas.
Pero sin embargo exigen la liberación de los suyos. ¿No le parece legítimo?
Estas mujeres defienden el terrorismo de Estados Unidos. Ellas defienden el primer país terrorista del mundo, el que más sangre tiene en las manos, el que más bombas lanza, el que invade más países, el que impone las sanciones económicas más fuertes contra los demás. Estamos hablando de la nación que es responsable de los crímenes de Hiroshima y Nagasaki.
Estas mujeres no se dan cuenta de que la lucha de las Madres de la Plaza de Mayo simboliza el amor por nuestros hijos desaparecidos, asesinados por los tiranos impuestos por Estados Unidos. Nuestro combate representa la Revolución, la que nuestros hijos y nuestras hijas quisieron hacer. Su lucha es diferente, pues defienden la política subversiva de Estados Unidos que sólo contiene opresión, represión y muerte.
¿Qué intereses defiende lo que se llama la «disidencia cubana», según usted?
Los intereses de Estados Unidos por supuesto. Hay que estar ciego o ser deshonesto para no verlo. Sólo tiene que leer los informes publicados por el Departamento de Estado norteamericano, en que está dicho que un presupuesto de 50 millones de dólares se destina a la fabricación de una oposición en Cuba. La información es pública y está disponible. Los propios disidentes como se les llama se reúnen con el señor James Cason y están a sus órdenes. Estos disidentes se han pronunciado abiertamente por el mantenimiento de las sanciones económicas que tanto dañan al pueblo cubano. ¿Quién, salvo Estados Unidos, apoya las sanciones económicas? ¡Dígame!
¿Usted piensa que es Estados Unidos el que asesinó a sus hijos?
Pienso que Estados Unidos asesinó a más de 200 000 revolucionarios y combatientes en América Latina, entre los cuales por supuesto se encuentran mis hijos. Son directamente responsables y es la razón por la cual exigimos que sean juzgados. No hay que juzgar y condenar simplemente a los que pusieron el Plan Cóndor pero a todos los que han dirigido este país que tienen las manos manchadas de sangre. Hay que condenar a Kissinger, a Bush padre, a Bush hijo y a todos los que han aplicado la misma política de terror. Hace años que llevan la misma estrategia pero esto les va a caer encima porque su propio pueblo los va juzgar un día u otro. Usted sabe, el verdugo nunca va a tener estatuas ni reconocimiento por parte de su pueblo.
¿Como en Argentina?
Lo que les pasó a los militares en Argentina les va a pasar a estos tiranos que se encubren de manera desvergonzada en un discurso sobre la democracia. Sus propios hijos los van a juzgar. Hemos tenido muchos juicios éticos y políticos en las Plazas. Un día, hicimos el juicio de los propios jueces de la dictadura. He hablado del juez Carlos Adamo a quien yo había denunciado las torturas contra mis hijos que se encontraban en una celda con 70 otras personas. Le había contado cómo les trataban, cómo les tiraban comida en medio de sus propios excrementos. Con otras madres, le rogamos, le suplicamos que fuera a la comisaría para impedir que fueran asesinados. ¿Usted sabe lo que me contestó el juez Adamo? Que yo era una mentirosa, que estaba soñando, que eso no pasaba. ¿Usted sabe quién traía comida a nuestros hijos encarcelados? La Iglesia que estaba al lado de la comisaría? Así que mire la responsabilidad de la Iglesia. La gente se asombró cuando dije que el papa Juan-Pablo II que acaba de morir iba a ir al infierno. Pero es verdad porque es cómplice de los crímenes.
Volvamos al juicio público del juez Adamo.
Entonces durante el juicio público, dije que el juez era tan responsable de los crímenes como los que los habían cometido. Y allí, la nieta del juez, que estaba presente entre el público, se levantó y dijo que no era verdad, que su abuelo no era un asesino.
¿Qué le contestó usted?
Le pedí que fuera a ver a su abuelo y que se lo preguntara. Regresó a casa y le preguntó al abuelo. ¿Sabe lo que pasó? Murió enseguida de un ataque al corazón. No le pudo contestar a su nieta. Era demasiado fuerte, demasiado violento. Es la mejor condena que uno pueda tener, que la propia familia del juez le pida cuentas. Un día, el pueblo de Estados Unidos va a despertarse y va a exigir justicia a los que gobiernan.
¿Usted lo cree realmente?
El pueblo no puede ser tan cándido, tan ignorante. A mí me invitaron muchas veces a las universidades norteamericanas. ¿Sabe lo que pasa con este pueblo? Dispone de todas las comodidades, carros, casas. Pero no sabe que si tiene este tren de vida, es porque su gobierno pilla las riquezas del Tercer Mundo por la fuerza. Los estudiantes no se dan cuenta de que están adoctrinados desde muy joven por la escuela, el colegio y luego el instituto y la universidad. Creen realmente que pertenecen a una raza especial, porque lo tienen todo. No saben que si tienen todas esas riquezas es porque se las roban a otros mediante la violencia.
¿Por qué defiende usted a Cuba?
Defiendo la Revolución cubana porque representa la esperanza de nuestros hijos desaparecidos. Es un país donde se distribuye a todos, de manera equitativa, lo poco que tienen. Aquí, la educación y la salud son principios de base. Dése cuenta, aquí, no sólo se educa al pueblo cubano sino también se permite a los desamparados del planeta venir a recibir una educación gratuita. A Haití, en vez de mandar a tropas, Cuba manda médicos. Esta es la diferencia más importante y más clara. Los cubanos, además, no piden nada a cambio.
No piensa usted que la presencia de Fidel Castro en el poder desde hace tanto tiempo pueda ser un problema?
Escúcheme, ningún dictador prepara a su pueblo como está preparado el pueblo cubano. Ningún dictador facilita tanto la educación de su pueblo. La propaganda mediática es muy fuerte, pero resulta muy fácil desbaratarla abordando las cuestiones fundamentales, algo que la prensa internacional nunca hace. Sólo hace falta poner un pie en Cuba para darse cuenta de que, a pesar de las dificultades ligadas a las sanciones económicas y a la guerra que lleva Washington desde hace 45 años contra Cuba, la gente es feliz y defiende su proyecto revolucionario. Dése cuenta que en el peor momento del periodo especial, nadie se quejaba. Todos decían que había que resistir y seguir adelante para defender la Revolución. Este pueblo tiene un nivel de conciencia muy elevado y una formación política que ningún otro pueblo de la tierra tiene. Los cubanos aman la Revolución porque Fidel se las puso entre sus manos, es la suya y de nadie más. Saben que ellos son la Revolución y por eso la defienden.
Todo el mundo sabe que Fidel no es eterno.
El otro día, Aleida Guevara fue entrevistada por la televisión argentina y le preguntaron lo mismo. Parece que todo el mundo quiere que Fidel se muera pero sólo por eso va a vivir aún muchos años. Entonces, le preguntaron lo que pasaría después de Fidel. Les contestó: «qué error cometen ustedes, periodistas, pensar que la Revolución cubana la hizo un hombre solo. La hizo un pueblo entero. Si piensan que la Revolución reside únicamente en la persona de Fidel, no han entendido nada de la realidad cubana». Después de Fidel, habrá aún un pueblo entero para seguir la construcción de la Revolución. Y por supuesto es lo que queremos nosotras madres de la Plaza de Mayo.
¿Qué les contesta usted a los que en Europa y en Occidente, denuncian la falta de libertad en Cuba?
Muchos pueblos piensan que tienen libertades pero están equivocados. Cuando los gobiernos deciden hacer la guerra, nunca le preguntan al pueblo. En cambio, han mandado al pueblo a hacer la guerra y a morir por defender los intereses de los poderosos. ¿De qué soberanía popular me están hablando? Los europeos se han opuesto mayoritariamente a la guerra, sin embargo los señores Blair y Aznar han mandado tropas. ¿Usted piensa que estos pueblos son más libres que los cubanos? No creo. ¿Qué hace Fidel cuando hay una guerra? Manda médicos y profesores. No manda ni balas, ni bombas, ni ejército. Las veces en que las tropas cubanas fueron a otro país, era para defenderlo de una invasión.
¿Usted se refiere a Angola?
Sí. ¿Quién, según usted, puso fin al Apartheid en Sudáfrica? Fueron los cubanos, gracias a su victoria en Cuito Cuanavale contra el ejército racista de Sudáfrica. Y no lo digo yo, sino Nelson Mandela. Acuérdese de sus palabras: «Ningún país del mundo hizo tanto por la liberación de África como Cuba». ¿Por qué, según usted, el primer país que visitó Nelson Mandela después de su elección como presidente, no fue ni Estados Unidos ni Europa sino Cuba? Acuérdese de su discurso aquí en La Habana: «Sin Cuba, todavía estaría en la cárcel». El mundo debe reconocer eso.
La prensa europea considera a Cuba como el último país no democrático del continente americano.
La prensa europea o no ha entendido nada, o sufre de una hipocresía monumental. En Cuba, no hay un solo niño en las calles, todos están en las escuelas. Aquí, desde el triunfo de la Revolución, no ha habido un solo niño muerto de hambre. En Argentina, en mi país, cada mes 100 niños mueren de hambre o de enfermedad curable. ¿De qué democracia me están hablando? Vaya a decir a los niños de África, de América Latina o de Asia que han recibido la atención médica de los doctores cubanos gratuitamente que viven en democracia y que Cuba es una dictadura y verá su respuesta. Vaya a decir a los miles y miles de alumnos que se forman actualmente en este país a expensas del Estado cubano? Mientras haya un niño que muera de hambre en el mundo, no se puede hablar de democracia. Celebramos este mes el día internacional del niño. 250 millones de niños son explotados en el mundo. El único país de América Latina en que no hay un niño que tenga que trabajar es Cuba. Es a partir de estos datos que hay que hablar o no de democracia.
¿Qué piensa del multipartidismo?
Es la superchería más grande del capitalismo. ¿Usted piensa que el pueblo puede realmente decidir cuando hay varios partidos que son creados por las elites y que defienden los intereses de las elites? ¿Quién puede crear un partido en América Latina? ¿Los pueblos? No, las elites, pues hacen falta presupuestos astronómicos. Ustedes creen que son más libres en Europa mientras la diferencia entre los ricos y los pobres es cada vez más grande. Usted es francés ¿no?
Efectivamente
¿Cuántos franceses viven por debajo del nivel de pobreza?
Un 15%.
Entonces vaya a decirles a esa pobre gente que vive por debajo del nivel de pobreza en su país que tienen los mismos derechos que los demás y verá su respuesta. Hace dos años, un número importante de personas mayores fallecieron en el verano en Francia, ¿no?
Sí, efectivamente, cerca de 15 000 personas murieron de calor en Francia en 2003.
¿15 000? ¡Pero es increíble! ¿Cómo un país que deja morir a sus padres y sus abuelos puede dar lecciones a Cuba. Déjeme decirle una cosa; En agosto [de 2004], aquí, hubo un ciclón que arrasó toda la isla. Se mobilizó toda la población y hubo 4 muertos. ¿Cómo en un país desarrollado como Francia 15 000 personas pueden morir de calor? ¿Y después Francia se atreve a condenar Cuba por violaciones de derechos humanos? Déme una explicación.
Desgraciadamente no tengo ninguna. ¿Qué piensa usted de la Unión Europea y de sus relaciones con Cuba?
La Unión Europea es cómplice porque piensa que cuando desaparezca la Revolución, creo que va a esperar mucho tiempo, va a poder compartir el mercado que representa Cuba. Pero Francia, Italia, España etc. se equivocan bastante pues los Estados Unidos no comparten nada con nadie. Lo quieren todo para ellos. Por eso todo el mundo está retirando sus tropas de Irak porque todos se dieron cuenta de lo que pasó: después de masacrar a decenas de miles de inocentes, después de destruir un país entero, después de saquear sus tesoros culturales, los Estados Unidos lo guardan todo para ellos. Estuve en Irak y vi este pueblo magnífico y terriblemente afectado por las sanciones económicas y esta horrible invasión. Los Estados Unidos como las Naciones Unidas son responsables, porque son hermanos en el horror.
¿Entonces, Europa se alinea con Estados Unidos?
Claro porque son países capitalistas. El capitalismo es terrorismo puro. Europa es responsable de las más terribles guerras. Aceptó lo inaceptable. Francia mandó a Argentina militares que habían hecho la guerra de Argelia para enseñar a los militares argentinos a torturar. Italia mandó armas. Cada uno de los países de Europa tiene su parte de responsabilidad. ¿Quién critica a los Estados Unidos por lo que hacen? Nadie, pues temen perder a este socio maldito, un socio ligado al terror y a la muerte. Hablo por supuesto de los dirigentes y de las elites económicas, no del pueblo.
Sin embargo Europa no vacila en condenar a Cuba.
¡Claro! Es más fácil atacar un país que ha sufrido de más de 45 años de guerra terrorista y de sanciones económicas que ningún país del mundo, incluso desarrollado, podría soportar. Es más fácil atacar a un pueblo asediado, bloqueado por Estados Unidos. ¿Sabe cómo se llama eso? ¡Cobardía, vileza de marca mayor!
Entonces por eso el único país contra quien Estados Unidos presenta una resolución cada año sobre los derechos humanos en Ginebra es Cuba.
Sí, Cuba ha logrado mantener su Revolución durante años y Fidel representa la esperanza de los que creen en el socialismo. Como quieren destruir el socialismo, piensan que si destruyen a Fidel, van a lograrlo. No saben que cuanto más nos peguen más nos rebelamos y más fuertes nos volvemos. Yo, cada vez que me han pegado, me he levantado con más energía y convicción. Los pueblos a quienes quieren aplastar resisten y se vuelven cada vez más fuertes. Lo que quiero es que el enemigo me pegue de frente a ver si se atreve y no por detrás como suele hacer desde hace varios años.
¿Por qué participa a este Encuentro Internacional contra el Terrorismo?
Me han invitado a este Congreso para hablar del Plan Cóndor del que hemos sido víctimas las madres y nuestros hijos desaparecidos. Todas las amenazas que hemos recibido desde hace años tenían que ver con el Plan Cóndor porque el grupo que las firmaba se llamaba «Comando Cóndor». Pensábamos que era algo marginal pero nos dimos cuenta rápidamente que tenía que ver con una gran parte de América del Sur. Hemos guardado cuidadosamente todas las cartas de amenazas que hemos recibido durante años, todas firmadas «Plan Cóndor». Cuando nos mandaban pedazos de las manos de nuestros hijos, nos decían que era lo que quedaba de ellos y firmaban «Comando Cóndor».
¿Qué representa Cuba para usted?
Cuba representa el futuro, este país siempre ha representado el futuro. Desde el primer día de la Revolución, desde julio de 1953, Cuba es la esperanza de muchos pueblos, de millones de hombres y mujeres. Sabe, mis hijos no han muerto, los veo todos los días en Cuba, son este pueblo.
¿Un último mensaje, a los periodistas quizás?
Sí. No les pido que apoyen el proceso revolucionario cubano. No tengo que pedirles esto. Cada uno tiene la libertad de escoger lo que le parece digno de defender. En cambio, lo que les pido, lo que les ruego que hagan es decir la verdad sobre Cuba, sólo la verdad, no manipular de manera obsesiva las informaciones, y acabar con las mentiras que apestan los cálculos ideológicos a varios kilómetros a la redonda.
Con estas palabras termina la conversación con la señora Hebe de Bonafini, uno de los más grandes símbolos de la dignidad humana de nuestro tiempo. Compartimos la misma convincción profunda: visto el contexto histórico y geopolítico, la Revolución cubana habría ya logrado un milagro con solo un 10% de su obra. Pero ahora, estamos convencidos de que lo que ha edificado no representa más que el 10% de lo que estará en condiciones de hacer el día en que Estados Unidos se decida a aceptar la independencia de Cuba, y poner término a las sanciones económicas y a la guerra terrorista.