Una de las «ideas-adorno» de la que más se hablaba y reivindicaba en los días del la CUP25 de Madrid fue de la justicia climática idea que se remonta a la Cumbre Social Alternativa (CSA) de Bali (2002), Hoy la justicia climática es invocada por macro-corporaciones globales como por ejemplo las de Florentino Pérez con […]
Una de las «ideas-adorno» de la que más se hablaba y reivindicaba en los días del la CUP25 de Madrid fue de la justicia climática idea que se remonta a la Cumbre Social Alternativa (CSA) de Bali (2002), Hoy la justicia climática es invocada por macro-corporaciones globales como por ejemplo las de Florentino Pérez con sus empresas [1] de ACS [2] y su filial «Acciona» de «energías limpias y alternativas» [3] .
Acciona resulta ser el primer operador de «energías renovables-limpias» del mundo. Con filiales y proyectos (según detalla la empresa en su informe anual), a parte de en España, en: Chile, México, Perú, Brasil, Sudáfrica, Taiwán y Reino Unido.
Justicia climática sí, pero ella solo puede darse bajo la justicia social [4] de todas las sociedades de la tierra conectadas y coordinadas en los ecosistemas. Es decir, las sociedades minerales, vegetales y animales, en esta última deberá estar también incluido el homo sapiens.
Sin ésta justicia ni las equidades entre todos los miembros de estas sociedades sucede que a causa del fanatizado fetiche del crecimiento económico en forma de PIB, se producen irremisiblemente los efectos suicidas de Cambio Climático y colapso a los que se llega por vía de los siguientes desastres causados por el crecimiento y el consumismo-productivismo:
Pérdida de biodiversidad; sequías continuas; desertificación (a una velocidad de 7 Km/año); acumulación de residuos; contaminación: radiactiva, química o electro-magnética; agotamiento del: agua dulce, de las fuentes de energía no renovable (petróleo, gas, carbón, uranio,…) y de las energías y materias renovables: suelos vivos, sin destrucción de la materia orgánica (M.O.), hoy envenenados por los fertilizantes químicos derivados del petróleo. Y por otra parte, esquilmación, ni futuro agotamiento, de los materiales no renovables (coltán, litio, tierra raras, etc.) indispensables para producir energías «limpias».
No hubo especial preocupación ni ocupación en centrarse en éstos suicidas DESASTRES, generados por el crecimiento económico. Mas bien la CUP25 siguió la tradición y rutina de proponer el desarrollo del «capitalismo verde»; es decir: «revolución verde global», «economía verde global», «comercio verde global» y ahora le tocó el turno a la «energía verde global». Toda una mentira verde, ya histórica.
Al dejar de considerar estos desastres causados por el crecimiento dejamos que se abra paso, aunque fuera sin CO2, la vorágine del: consumismo compulsivo, explosión demográfica, urbanización global, etc.
Pues bien, ninguno de estos desastres causados por el crecimiento, generadores del cambio climático global, gozó del seguimiento que era preciso en una cumbre sobre el clima como la COP-25.
Se hicieron intensivas horas, e incluso intensos días extras, para una discusión casi monográfica sobre el mercadeo de las emisiones de CO2. Se convirtió la Cumbre en una lucha mercantil, en la gran disputa de los negocios más gigantescos de la historia de varias mercancías: compra de las emisiones de CO2, desarrollo multinacional de las llamadas energías limpias (solar, eólica, hidroeléctrica, biocombustibles, etc., que tampoco es que sean tan limpias), así como la limpieza tecnológica del las emisiones de CO2, mediante geoingeniería, etc.
Se planteó crear, un fondo de dinero para ayudar a arreglar el desestere del cambio climático, mediante el aporte de los Estados, parte del obtenido del mercadeo de emisiones, las instituciones intermedias, comunidades, diputaciones, ayuntamientos, etc. Con este fondo se contratarían a grandes corporaciones que teóricamente limpiarían la atmosfera, las aguas y las tierras. Pero, en realidad, este anuncio «ecológico» de las macro- corporaciones no dan prioridad a la limpieza del medio ambiente, si no al enorme volumen de negocio que supone toda esta «limpieza». Pero más limpieza, es solo un nuevo tipo de negocio. Está comprobado que la geo-ingeniería es tremendamente cara (y que aporta un gran volumen de negocio a corto plazo) pero ese dinero que se emplea en ella no cae del cielo, sino que, en su mayor parte, proviene de procesos fabriles contaminantes; además, parece ser que los resultados no son aceptables; pero eso sí, suponen un alto volumen de negocio. Otro ejemplo es el de la energía nuclear, que la llaman limpia por no producir CO2, igualmente es tan gigantescamente cara que se necesitarían mucho mas años de vida para que fueran rentables o al menos amortizables; pero además, no es tan limpia como dicen pues tiene un altísimo índice de contaminación radiactiva en caso de accidente, genera residuos radiactivos con milenios de años duración de vida, y además tienen un altísimo riesgo y peligro de accidente nuclear. Finalmente hay que tener en cuenta de que si se da el caso de que en el planeta sólo queda uranio disponible para unos pocos lustros.
Otro ejemplo nefasto, que no se quiere ver como nefasto, es el coche eléctrico. Dicen que no contaminan las ciudades porque no produce combustión de energías fósiles, pero los enchufan a la red eléctrica, y esta red se abastece de centrales térmicas, nucleares e hidroeléctricas, que poco tienen de limpias, por el contrario si están repletas de ataques a la atmósfera y a la biosfera en general. Además, se acaba de hablar de la tremenda contaminación de las nucleares y también de los problemas de la geo-ingeniería. Tampoco el coche eléctrico es tan limpio como dicen; por lo pronto es necesario considerar el alto impacto en cuanto extractivismo y en contaminación que supondrá el hecho de reponer miles de millones de automóviles de gasolina para remplazarlos por un parque automovilístico mundial eléctrico. Y también abra que considerar el enorme aumento de desechos que ésta eliminación automovilística generará, así como la esquilmación de recursos que supondrá la obtención de tanto hierro y carbón para fabricarlos. También habrá que considerar la enorme contaminación que generará la fabricación de una cantidad tan ingente de vehículos. Parece que se nos olvida que vivimos en un planeta finito que estamos calentando y destruyendo aceleradamente. Tal vez lo más indignante de todo sea la ausencia de estas consideraciones e indispensables soluciones. Ausencia que se da nada menos que en una Cumbre del clima.
Y es que decía mi abuela que: «no es limpia la que limpia, es limpia la que no mancha». Desde luego la solución no puede ser del tipo que propone «Acciona», el Green New Deal de Alexandria Ocasio-Cortez o Bernie Sanders [5] en los EEUU, a base aportar mucho dinero para limpiar la contaminación de las ciudades, si las limpia pero a costa de ensuciar el campo, de espoliar profundamente una vez más al Tercer Mundo y de llegar al agotamiento de los recursos no renovables.
Y es que no se puede limpiar la mierda que produce el dinero con más dinero y esquilmación.
Volviendo a lo de que no es limpio el que limpia sino el que no mancha, vislumbramos que la única solución no es limpiar, sino ¡no seguir manchando más! ¿Y que significa no manchar?: pues abandonar para siempre el consumismo-productivismo, el despilfarro, la obsolescencia programada, la revolución verde, los remedios del Cambio Climático industriales, etc. En terminar para siempre con la acumulación oligárquica, y el crecimiento del PIB.
En una palabra, la única solución es salirse del capitalismo suicida e iniciar un decrecimiento feliz. Sí feliz, en cuanto que significa abandonar todos los fetiches y adicciones que nos están haciendo infelices y lo que es peor suicidas.
Notas:
[1] https://www.elconfidencial.com/empresas/2019-09-10/acciona-north-east-link-final-7900millones_2217155/
[2] https://es.wikipedia.org/wiki/Grupo_ACS
[3] https://www.elplural.com/economia/empresas/florentino-perez-impulsa-su-apuesta-por-las-renovables_214379102
[4] Es evidente que las macro corporaciones globales están muy alejadas de la JUSTICIA SOCIAL, pues siempre ponen la rentabilidad cortoplacista y el crecimiento oligárquico por encima de las sociedades minerales, vegetales y animales .
[5] https://www.theguardian.com/environment/video/2019/nov/29/what-is-the-green-new-deal
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