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Las pensiones vitalicias del ex honorable y ayudas para fundaciones dedicadas a la ética

Fuentes: Rebelión

De las ilegalidades del clan político-familiar iremos conociendo detalles poco a poco. Algunos, no todos probablemente. Pongamos ahora el foco en las «legalidades». Desde las elecciones autonómicas de 1980 hasta 2003, Cataluña fue gobernada por la coalición CiU, con la figura más que central, objeto de una amplísima e indiscutida veneración incluso entre sectores de […]

De las ilegalidades del clan político-familiar iremos conociendo detalles poco a poco. Algunos, no todos probablemente. Pongamos ahora el foco en las «legalidades».

Desde las elecciones autonómicas de 1980 hasta 2003, Cataluña fue gobernada por la coalición CiU, con la figura más que central, objeto de una amplísima e indiscutida veneración incluso entre sectores de izquierda, de Jordi Pujol, no el honorable, sino el «molt honorable» se decía entonces.

Don Jordi el ex banquero dejó el cargo en 2003. Unos ochos meses antes de su despedida se redactó una ley, aprobada en el Parlament catalán, que echaba una generosa mano a los futuros ex presidentes catalanes (que están entre los políticos profesionales que, en activo, más cobran de España). Se trataba y se trata del cobro del 80% del suelo presidencial durante la mitad de los años que haya durado el mandato (eso sí, con un mínimo de cuatro, una buena propina). En el caso del Gran Defraudador y Manipulador (GDM), 76.800 euros durante 11 años, hasta 2014 [1]. Luego, la sólida generosidad pública, falsando a Marx, no se desvanece en el aire y una pensión vitalicia de 57.600 euros (en caso de fallecimiento, la esposa percibe el 50% de la pensión) acompaña los difíciles años de los ex presidentes. Estas son también, salvo modificación de la ley, las prerrogativas de los ex Pasqual Maragall y José Montilla y, cuando sea el caso, de don Artur Mas.

Pero no sólo es eso. A la pensión, en el caso del GDM, hay que sumar su oficina de ex president en el número 39 de Paseo de Gracia (¿con quién mantendría reuniones a lo largo y ancho de toda esta década?, ¿de qué hablarían?, ¿qué negocios se cocieron en ese despacho oficial?, ¿hay una lista pública de los encuentros?), un despacho, decía, de 441 metros cuadrados con un alquiler anual, a cargo de los presupuestos de la Generalitat por supuesto, de 191.119 euros, unos 16 mil euros mensuales. Además del alquiler, los gastos de oficina, un responsable del despacho, dos secretarias (unos 115 mil euros anuales entre ambas), un coche oficial y su chofer. ¿Cuánto en total? Aproximadamente, contando muy, pero que muy a la baja, no es fácil el cómputo, unos 5 millones de euros. ¡Cinco millones de euros, unos 850 millones de las antiguas pesetas!

¿Es todo? No, no es todo. Está también el «Centro de Estudios Jordi Pujol». ¿Un centro de estudios JP? ¿Cómo el Centre d’Estudis sobre Moviments Socials (CEMS) que fundó Francisco Fernández Buey en la UPF, presidido actualmente por su discípulo Jordi Mir Garcia y coordinado por su compañero Jordi Guiu? Por favor, las comparaciones son odiosas. El centro de estudios de don Jordi es privado, no público. Miquel Calsina fue y es su director y estaba dedicado, según se dice, al fomento -¡agárrense fuerte!- de los valores y la ética. ¡Pobre Kant, pobre Russell! El centro de estudios, ni que decir tiene, puesto al servicio de su ex señoría el GDM, ha servido para catalizar su más que prolífica actividad política: ¡como el rayo crematístico-político que no cesa! Tras la confesión del 25 de julio del GDM, la continuidad de la fundación queda en el aire. ¿Por el momento?

Con el objetivo de difundir su «gran obra teórico política», el CEJP encabezó proyectos -¡agárrense otra vez!- relacionados con la estado de bienestar, las políticas sociales, la ética y la promoción de la juventud. La figura de don Pujol siempre como referente. El Centro se nutría económicamente de financiaciones privadas y de subvenciones públicas para la realización de sus proyectos [2]. Entre 2011 y 2013, recibió 150.000 euros de la Generalitat. El Departament de la presidencia, el de don «Quico» Homs, es el principal benefactor del centro: 55 mil en 2011, 45 mil euros en 2012, 40 mil en 2013 [3].

¿Y cuál ha sido el contexto político-económico de esos ingresos? Durante algunos años, los recortes-estafa, especialmente a los más vulnerables. Por ejemplo, a las personas que cobraban ayudas para ir tirando sobre las cuales el gobierno de don Mas, Artur esta vez, se lanzó con nocturnidad, alevosía y ningún escrúpulo. Supongamos un PIRMI de 7 mil euros anuales, ¿a cuántos PIRMI equivalen las generosas ayudas recibidas por el GDM? Aproximadamente, a lo que reciben 700 de estos trabajadores/as durante un año.

Se impone un experimento mental, un Gedankenexperiment que diría el más que ex honorable germanista: ¿se imaginan a todos los componentes del clan familiar Pujol-Ferrusola, a todos ellos, sin excepciones, viviendo durante medio año con los ingresos del PIRMI? ¿No nos querían dar lecciones de ética? ¿No estudiaban las políticas sociales y defendían el mal denominado Estado de bienestar?

Notas:

[1] Según otros cálculos, 86.418 euros (El País, 29 de julio de 2014, p. 12). Tomo la cantidad menor para los cálculos.

[2] Maiol Roger, «La confesión de Pujol pone en jaque su fundación…». El País, 5 de agosto de 2014, p. 10.

[3] No es el único caso. Don Andreu Mas-Colell, ex alumno de Manuel Sacristán, uno de los líderes del movimiento universitario antifranquista de Barcelona en los años sesenta, fundó en 2006 la escuela internacional de negocios Barcelona Graduate School of Economics (BGSE). En 2012, la Generalitat, de cuyo gobierno formaba parte, le concedió 85.500 euros; fueron 90 mil euros el año anterior. El gobierno central también fue generoso con el BGSE de don Andreu (Rafa Burgos, Crema catalana, Icaria, Barcelona, 2014, p. 108), un economista matemático que, como es sabido, defiende la más salvaje versión del neoliberalismo. ¡Fuera las sucias de manos del Estado del puro ámbito económico… menos cuando interesa a determinadas élites, él incluido por supuesto!

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.