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Ideas en acción (I)

Lenin para twitter@s

Fuentes: En lucha / En lluita

Iniciamos una serie de artículos en esta sección que tratarán de explicar la relevancia de las ideas de Lenin para el movimiento 15M. La primera cuestión es entender que cuando hablamos de leninismo nos referimos a un corpus teórico práctico que se origina en Marx y Engels, y pasa por Trotsky, Rosa Luxemburg, Gramsci o […]

Iniciamos una serie de artículos en esta sección que tratarán de explicar la relevancia de las ideas de Lenin para el movimiento 15M.

La primera cuestión es entender que cuando hablamos de leninismo nos referimos a un corpus teórico práctico que se origina en Marx y Engels, y pasa por Trotsky, Rosa Luxemburg, Gramsci o los más recientes Cliff, Bensaïd o Callinicos, entre otros. Aclarado este tema insistiré más, sin embargo, en las aportaciones del propio Lenin, ya que hoy es presentado como una especie de vengador totalitario que abrió el camino a Stalin.

La segunda cuestión es la insistencia de Lenin en analizar la realidad concreta en la que se desarrollan las luchas, para así adaptar las tácticas y estrategias al contexto del momento. Tony Cliff decía que un reloj parado puede dar la hora dos veces al día, pero realmente es inútil. Es decir, ningún movimiento debe actuar con clichés predeterminados. De hecho el 15M, tras casi cuatro meses de existencia, se está desarrollando en circunstancias diferentes a las que vieron su nacimiento.

El Gobierno está adaptando su discurso para cooptar a cierta parte del movimiento; la represión empieza a concentrarse en aquellos sectores del movimiento más activos, como los que tratan de impedir los desahucios; sobre todo, el conjunto de la sociedad ya conoce al 15M y de alguna manera espera nuevos avances.

El movimiento debe ser consciente de esta necesidad de flexibilidad y análisis o puede quedarse fosilizado.

Las personas tienen diferentes motivaciones para luchar, pero la mayoría lo hace para mejorar sus propias vidas. Dado que la mayoría de la sociedad no es revolucionaria, las ideas dominantes en el 15M, al ser éste un movimiento amplio, son reformistas, es decir abogan por cambiar cosas tales como la ley electoral, las pensiones, la ley hipotecaria, el salario mínimo, defender los servicios públicos, etc.

Es aquí cuando llegamos a la tercera cuestión: el papel de las demandas y cómo el camino para conseguir las mismas determina el fin en sí mismo. De hecho, Lenin solía repetir una frase similar de Lafarge (yerno de Marx). Es decir, cuando en la Rusia de 1917 la gente pedía «Paz, Pan y Tierra», algunos como los «social-revolucionarios» (reformistas) abogaban por intentar conseguir esas demandas mediante el parlamento. En cambio Lenin, en Las tesis de abril, abogaba por tomar el poder desde los soviets para obtener estas mismas demandas. El resultado fue la revolución rusa, la primera victoria total de la clase trabajadora frente al capitalismo.

Así en el 15M, salvando las distancias, el método de lucha para conseguir las demandas es la clave.

Una cosa es esperar a que los políticos modifiquen la ley de extranjería para evitar las redadas contra los inmigrantes. Otra muy diferente es formar redes de solidaridad que impidan las mismas y forzar a los políticos a cambiar la ley. Los diferentes caminos recorridos determinan resultados diferentes. Las redes de solidaridad, la modificación de las consciencias y la autoorganización generadas por el segundo camino son los que el movimiento debería buscar en todos los ejes.

El papel de las demandas introduce la cuarta cuestión: lo que Lenin llamó «la enfermedad infantil del comunismo», el ultraizquierdismo.

Desde ciertos sectores del movimiento se ha torpedeado la aprobación de un documento de mínimos, argumentando que no era más que una carta a los reyes. Los defensores de esta posición cometen al menos tres errores importantes.

El primero es no entender la interacción entre el nivel de consciencia y el desarrollo de las luchas. Miles de personas en las calles luchando por demandas de manera radical, están mucho más cerca de la revolución que unos cientos hablando de la misma.

El segundo error es reducir la posición revolucionaria a la propaganda, no entender el papel que los «mínimos» juegan dentro del 15M como aglutinadores del mismo en cuanto al discurso y la acción. Además, fuera del movimiento, son uno de los mecanismos centrales mediante el cual el 15M establece vínculos con el resto de la sociedad, al incidir sobre aspectos fundamentales de la clase trabajadora: vivienda, servicios públicos y condiciones laborales.

El tercer error es utilizar la existencia de contradicciones en el seno del 15M para calificarlo de pequeño burgués, por no tener un programa revolucionario -o de españolista por no tener del todo claro el derecho a la autodeterminación- y en consecuencia dejar de participar en el mismo o hacerlo desde la barrera. Aquí Lenin le decía a Luxemburg algo así como «quien espere una revolución socialista pura deberá esperar sentado».

Quedan tres cuestiones clave: el papel de las y los revolucionarios dentro del movimiento; la democracia dentro del 15M y el papel de las asambleas; y la cuestión del poder y la clase trabajadora. A éstas volveremos en los próximos artículos.

Óscar Simón es militante de En lluita / En lucha

Fuente:  http://enlucha.org/site/?q=node/16325

VERSIÓ EN CATALÀ: http://www.enlluita.org/site/?q=node/3934