El problema está muy claro. Gordon Brown – comentando lo que percibe ser una mejora en sus fortunas políticas- dice, «una hora es mucho tiempo en política.» (1) (solía ser una semana, pero todo va cada vez mas rápido). Para permanecer en el puesto o seguir en el negocio, los que toman las decisiones deben […]
El problema está muy claro. Gordon Brown – comentando lo que percibe ser una mejora en sus fortunas políticas- dice, «una hora es mucho tiempo en política.» (1) (solía ser una semana, pero todo va cada vez mas rápido). Para permanecer en el puesto o seguir en el negocio, los que toman las decisiones deben anteponer el presente al futuro. Los descuentos en impuestos aseguran que las inversiones hechas hoy no valgan nada dentro de diez años; el ciclo político demanda que nadie mire más allá de las próximas elecciones.
La crisis financiera es sólo una consecuencia de un sistema que requiere que los gobiernos sacrifiquen la supervivencia a largo plazo por unas ganancias a corto plazo. En este asunto políticos de ambos lados del Atlántico- desde Reagan a Brown- decidieron contentar a los lobbys de los negocios y aumentar el crecimiento a corto plazo al permitir que los bancos utilicen nuevos instrumentos financieros, muchos de los cuales eran tan raros como una moneda de 3 euros. Tiene todo el sentido político, siempre que el inevitable crash se produjera cuando ellos hubiesen abandonado el cargo.
Por motivos similares, es más que probable que nos tiendan una emboscada con otras sorpresas desagradables: cambio climático fuera de control, fin de los recursos naturales, efecto boomerang en política exterior, más vigilancia y tecnologías genéticas, falta de trabajadores especializados, cambio demográfico, reducción en la base de los impuestos, deuda privada y pública. La política es el arte de transferir el problema de los vivos a los que aún no han nacido.
A primera vista, el aumento en los objetivos del gobierno sobre el cambio climático de la semana pasada parece ser una excepción a su política a corto plazo. De hecho, algo bastante interesante está ocurriendo en este país. Mientras que los presidentes de Italia y de varios países del Este demandan una reducción en las medidas ambientales para salvar la economía (2), en el Reino Unido los políticos de los principales políticos han hecho la conexión entre la destrucción del medio ambiente y la crisis económica. Una de las ideas que más se están extendiendo es la propuesta para un New Deal (Nuevo Acuerdo) verde: Un paquete keynesiano de trabajos medioambientales diseñado para aumentar el empleo y transferir la inversión pública (3). Si esta idea es adoptada no será la primera vez que ha ayudado a rescatar una economía importante. El mayor y más exitoso componente del New Deal de Roosevelt fue the Civilian Conservation Corps, que dio trabajo a 3 millones de personas para plantar árboles y detener la erosión del suelo (4).
Pero ese tipo de propuestas pronto chocan con las realidades del ciclo político. Como Ed Miliband, secretario de cambio climático, admitió, «firmar por una reducción del 80% para 2050, cuando la mayoría de nosotros ya no estaremos aquí, es la parte fácil, la parte difícil es conseguirla e ir poniendo los cimientos que muestren que vamos por el buen camino.» (5) Un estudio reciente en la publicación Energy Policy muestra que el gobierno está persiguiendo las políticas erróneas para conseguir los objetivos erróneos producidos utilizando los métodos erróneos para examinar los datos erróneos. (Si no fuese por eso estaría más o menos en el buen camino).
La publicación muestra que ayudar a tener una pequeña oportunidad para evitar un aumento de 2ºC en la temperatura, el Reino Unido puede generar un máximo de entre 17 y 23 mil millones de toneladas de dióxido de carbono entre 2000 y 2050 (6). En los primeros cinco años de la década hemos producido 3.600 millones de toneladas: a este ritmo nuestra cuota se acaba en 2028. Para alcanzar los objetivos del gobierno sobre la temperatura, las emisiones del Reino Unido necesitan reducirse entre el 6 y el 9% anualmente desde 2012. Actualmente siguen aumentando.
Las políticas actuales, no tienen ninguna relación con el objetivo a largo plazo. Con esta trayectoria, la única manera en la que el gobierno puede cumplir con sus obligaciones bajo la ley sobre el cambio climático será comprar derechos a otros países, lo que significa que no hará ninguna contribución a la reducción global.
Pero al menos en este caso existe el reconocimiento de que las políticas actuales tienen implicaciones a largo plazo. En otros asuntos, el gobierno simplemente se niega a mirar mas allá del presente, por miedo a ver algo que no les guste. Por ejemplo, no ha conducido ningún estudio sobre las reservas de petróleo globales. Cuando pregunté al departamento de negocios que planes de emergencia tenían para la eventualidad de que la producción de petróleo llegara al cenit, me dijeron que «El gobierno no siente que necesite tener planes de emergencia» (7). La supervivencia de nuestros sistemas de transporte – y por consiguiente de la economía- está asegurada tocando madera o cruzando los dedos.
En otros casos, el asunto ni se menciona. Las políticas alimentarias en todos sitios está dirigida por las expectativas de que las cosechas pueden seguir aumentando para cumplir con la demanda. Un factor que puede limitar esto es la cantidad existente de rocas fosfóricas necesarias para producir fertilizantes. Pregunté al investigador Tom Bailey si podría realizar un estudio sobre los depósitos globales de fosfato que pueden ser explotados a un precio razonable (8).
Descubrió que hay una amplia variedad de estimaciones y bastante confusión entre las reservas (depósitos conocidos que pueden ser explotados inmediatamente) y recursos (el total geológico). El estudio mas extenso que se ha publicado hasta la fecha sugiere que la demanda global de fosfato es muy probable que se duplique en 2050 (9). ¿Se puede abastecer esta demanda sin incrementar el precio de los alimentos para los pobres? Quizás. Algunos informes sugieren que la falta de fosfato provocara una crisis de alimentos global para mediados de siglo.
En otras palabras, esto es un tema critico, incluso existencial. Ayer busqué entre las sesiones parlamentarias de los últimos cinco años. No hay ninguna mención. Pero la posibilidad que los pasajeros de los aviones y las tripulaciones puedan estar expuestos a otro componente con fósforo- fosfato tricresyl- se ha mencionado 1670 veces en el mismo periodo. Este es un tema minúsculo comparándolo con la pregunta de si se debe o no alimentar al mundo. Pero claro, el anterior tiene la virtud política de afectar a la gente hoy.
En 1791, Thomas Paine se quejo: «La vanidad y presunción de gobernar mas allá de la tumba es la más ridícula e insolente de todas las tiranías» (10). Estaba contestando al argumento de Edmun Burke sobre una declaración del Parlamento en 1688 que unía a las gentes de Inglaterra «para siempre». Un parlamento que considera sólo las consecuencias inmediatas de sus decisiones impone la misma tiranía insolente a las futuras generaciones. No tienen forma de contestar el legado de las crisis económicas, falta de recursos y limitación de alternativas que les dejamos.
¿Qué se puede hacer con el corto plazo político? Junto al pensador ambientalista Matthew Prescott, hemos dado con lo que podría ser una solución parcial. Proponemos un nuevo grupo parlamentario -El comité de los 100 años- cuyo objetivo es examinar los posibles impactos de las políticas actuales dentro de 10, 20,50 y 100 años. Como cualquier otro selecto comité, recopila pruebas, publica informes y hace recomendaciones al gobierno. La diferencia es que no tiene intereses en el actual ciclo político. Su espacio temporal es mas o menos el mismo, que el CO2 permanece en la atmósfera.
Los miembros de este comité no estarán equipados con boas de cristal, simplemente no estarán atados a los intereses a corto plazo. Su objetivo será dar voz a aquellos que aun no la tienen. Un Comité de los 100 años no puede asegurarnos contra la estupidez política, pero le quitaría a los gobiernos una de sus excusas: el no poder ver los peligros venideros.
Traducido por Félix Nieto para Globalízate
Artículo original:
Free the Unborn!
Posted October 21, 2008
A proposal for slowing down politics.
By George Monbiot. Published in the Guardian 21st October 2008
http://www.monbiot.com/archives/2008/10/21/free-the-unborn/
References:
1. Andrew Rawnsley, 12th October 2008. Why the crisis puts a spring in the Prime Minister’s step. The Observer.
2. David Gow, 16th October 2008. EU pledges to lead climate change fight despite financial crisis. The Guardian.
3. Andrew Simms et al, July 2008. A Green New Deal. New Economics Foundation.
http://www.neweconomics.org/gen/z_sys_publicationdetail.aspx?pid=258
4. Neil M. Maher, 2008. Nature’s New Deal. Oxford University Press.
5. Edward Miliband, 16th October 2008. Statement to the House of Commons. http://www.publications.parliament.uk/pa/cm200708/cmhansrd/cm081016/debtext/81016-0006.htm#08101662000006
6. Kevin Anderson, Alice Bows and Sarah Mander, 8th August 2008. From long-term targets to cumulative emission pathways: Reframing UK climate policy. Energy Policy 36, 3714-3722.
7. DBERR, 8th April 2008. Response to FoI request Ref 08/0091.
8. Please contact me if you would like a copy of his assessment.
9. Ingrid Steen, September-October 1998. Phosphate Recovery. Phosphorus and Potassium, no. 217. http://www.nhm.ac.uk/research-curation/projects/phosphate-recovery/p&k217/steen.htm
10. Thomas Paine, 1791. The Rights of Man, pp41-42. Penguin edition, 1984.